"Somos tan conscientes
cuanto seamos presentes"...
Sacrificio del alma
Nacemos en la realidad física con los sentimientos, pensamientos y comportamientos de nuestros antepasados.
La existencia en la realidad social está inhibida por la programación de nuestra,
educación, compromiso, herencia, inteligencia y religión...
Adoptamos y actuamos instintiva e intelectualmente filtros perceptuales para aislar nuestros estilos de vida solitarios.
Nuestro deseo de tener razón reemplaza nuestra necesidad de expresar nuestra verdad.
Estamos a la defensiva cuando nos encontramos con algo distinto de nuestras narrativas individuales y socialmente adoptadas.
Sacrificamos nuestro poder personal, convirtiéndonos en víctimas de la adicción, la explotación, el miedo, la influencia y la inseguridad.
Perseguimos ansiosamente la afirmación de los compañeros para una existencia superficial.
El vórtice de nuestro olvido
Nos conformamos con una vida de anonimato, ya que parece el camino más fácil.
Sin embargo, entregar nuestro poder personal a entidades y organizaciones, dependiendo de nuestra aquiescencia para la imposición de su control, es la causa del enigma actual de la sociedad.
Nacemos como un ser eterno en una forma física.
Sin embargo, tenemos miedo de reconocer, convertirnos y expresar nuestra alma única.
A través de nuestra exposición e interacción con la realidad social, eventualmente nos convertimos en un vórtice de egoísmo.
Todos los que sucumben al egoísmo de su deseo, son el vacío de un agujero negro.
Todos los que eligen expresar desde su alma, son una emanación del universo.
Contra todo pronóstico
Estamos condicionados a ocupar nuestras vidas con,
diversiones, obligaciones, pasatiempos y actividades triviales...
La realidad social distorsiona constantemente nuestro foco de consciencia al establecer un equilibrio entre nuestros instintos, pensamientos y sentimientos.
Este equilibrio esencial nos alinea con nuestra intuición, alma y el universo.
Nuestra apatía, miedo, inseguridad, institucionalización, filtros perceptivos y santurronería nos impiden experimentar y convertirnos en la expresión plena de nuestro ser.
Nuestros cuerpos y mentes están abarrotados de sensaciones y pensamientos artificiales, esclavizándonos con una reactividad virtual a la explotación diseñada por la realidad social.
Un acto de voluntad
En cualquier momento, podemos cambiar nuestra experiencia.
El estándar de vida contemporáneo es,
nacer, engañar, esclavizar, manipular, programar e inevitablemente morir...
No importa cómo elijamos percibir estas condiciones humanas, son el resultado de la realidad social a la que nos aferramos en busca de credibilidad, significado, referencia y relevancia.
La consciencia de estos resultados probables, son oportunidades para romper los patrones anticuados de nuestros instintos, pensamientos, sentimientos y comportamientos, para alinearnos con el centro de nuestro corazón, la intuición y el alma.
La experiencia consciente es una expresión de nuestra voluntad enfocada.
Una chispa que enciende el fuego que encendemos con nuestra visión e intención.
"Es nuestro derecho de nacimiento
el crear y empoderar
nuestra consciencia".
Consciencia de sí mismo
Experimentar la relatividad en nuestro entorno y sociedad comienza con la comprensión de nosotros mismos.
No la función, la historia o el conocimiento de lo que hacemos, sino lo que estamos siendo.
Todos somos víctimas del colapso y la combinación de nuestra profesión con nuestra identidad.
Cómo nos mantenemos financieramente no es una expresión del ser.
Hacer esta distinción vital nos libera de convertirnos en prisioneros de nuestra programación.
No podemos ser conscientes de nosotros mismos hasta que estemos relacionados con el universo...
La autoconsciencia es trascender nuestro entorno, transformando nuestras relaciones y potenciando nuestro ser con nuestra intuición y alma.
Consciencia social
Una vez que establecemos y mantenemos nuestra consciencia de nosotros mismos, podemos aplicar y expresar la consciencia en nuestro compromiso social.
Nuestra alma, intuición y centro del corazón nos capacitan para estar lo más presentes posible en nuestra relatividad con la sociedad.
La práctica más importante en todas nuestras relaciones es escuchar...
Cuando brindamos un ambiente auténtico de escucha, estamos expresando nuestro ser.
El regalo más grande que podemos dar a otro es la experiencia de ser,
escuchado, apreciado, reconocido y validado...
Inspiramos poder personal con nuestra escucha y aceptación de quienes son, más allá de su expresión, emoción e inteligencia.
Comprensión existencial
Todo existe de alguna manera.
Sin embargo, no es así como existimos:
es lo que estamos siendo...
Cambiar nuestro paradigma de percepción de sobrevivir a prosperar puede ser la mejor manera de encarnar el existencialismo.
Nuestra institucionalización nos condiciona a soportar los elementos positivos, negativos y neutrales de nuestra experiencia. Cuando estamos motivados para simplemente superar nuestros desafíos, en realidad no estamos viviendo, estamos evadiendo.
Malinterpretamos estas poderosas oportunidades como problemas. Cuando tenemos el poder de progresar conscientemente a través de estas experiencias, estamos evolucionando.
Nuestra comprensión de la existencia se expande, inspirándonos a convertirnos en soluciones.
Consciencia experiencial
Somos seres multidimensionales con la potencialidad de tener experiencias omnidimensionales.
Esta es nuestra universalidad, originada por la sincronicidad de nuestra alma con el universo.
Nuestra intuición transmite el empoderamiento de nuestra alma a través de nuestro centro del corazón, a nuestra mente, cuerpo y entorno. Es nuestro destino personal alinearnos, equilibrarnos y empoderarnos con nuestro equilibrio experiencial único.
Nuestra omnidimensionalidad crea, expresa y manifiesta nuestra experiencia plena.
Vivir la vida en la simulación de la realidad social puede parecer un encuentro gratificante para algunos.
Experimentar estar en la eternidad de la universalidad crea consciencia para todos...
"Estar presente en el presente
es consciencia experiencial"...
Fuente:https://www.bibliotecapleyades.net