V.B. Anglada - La calidad del espacio y del éter primordial.

8. LA CALIDAD DEL ESPACIO Y DEL ÉTER PRIMORDIAL

Después de lo dicho en escritos precedentes puede ser claramente precisado ya que hay una relación muy directa e íntima entre la evolución espiritual de un Logos creador y su campo de expresión, el Universo. Si la evolución es un sistema natural de expresar cualidades cada vez más sutiles y elevadas de conciencia, llegaremos a la conclusión de que el Espacio -una Entidad viva y coherente- es el recipiente de tales cualidades y que cuando esotéricamente se nos dice que "...el Espacio está teñido de karma", estamos expresando la misma idea añadiéndole el aspecto creador que es esencialmente la raíz o la esencia de las cualidades que resultan del karma particular de cualquier Divinidad creadora.
El Espacio, contenedor de todas las posibles cualidades logoicas, adoptará, de acuerdo con la analogía, un tinte especial para cada Logos creador, teniendo en cuenta de que el Espacio es el campo de expresión de todas sus motivaciones universales, siendo el karma el factor dinámico que en forma misteriosa impulsa la entera manifestación de la Vida, ya sea de un Logos, de un Ángel, de un ser humano o de un simple átomo. La Ley siempre es la misma, pudiendo observarse en todo ciclo de manifestación los siguientes factores:


a) El Espacio, el Campo absoluto de manifestación.

b) El Karma, o motivación específica que impulsa a la manifestación.

c) Las Cualidades de Conciencia que surgen del contacto del Karma con el Espacio, es decir, el particular tinte o colorido que adopta el Espacio al ser condicionado, comprimido o sustanciado por las Leyes dinámicas del Karma que rigen la manifestación de la Vida.

d) El Éter, como Espacio teñido de las Cualidades Kármicas, o Espacio particularizado.


Esperamos que estas ideas serán consideradas con toda la amplitud y profundidad que se merecen, por cuanto introducen nuevos elementos de reflexión en nuestros estudios esotéricos y muy particularmente en nuestras investigaciones sobre los Ángeles.

Como habremos podido observar, hay un enlace vital entre el Espacio y el Éter desde el ángulo de la observación oculta, pudiendo deducirse que ambos son esencialmente la misma cosa, siendo la particularización o limitación del Espacio lo que origina el Éter y siendo el Éter el elemento cualitativo que utilizan los Ángeles para construir progresivamente las bases estructurales del Universo de acuerdo con las particulares leyes o principios establecidos por sus Logos creador.

En páginas anteriores habíamos expresado la idea, a nuestro entender básica en la orientación de nuestros estudios, de que el Éter era la mansión de los Ángeles en sus infinitas jerarquías, teniendo presente que el Éter en lo que a nuestro Universo se refiere, está sujeto a Siete grandes sistemas de compresión o sustanciación y que tales sistemas, leyes o principios originan los Planos de la Naturaleza, siendo las jerarquías angélicas las Entidades constructoras que por grados de sutilidad espiritual llenan de formas sustanciales todos y cada uno de estos Planos y correspondientes subplanos. Vemos, por tanto, que los Ángeles no son Entidades pasivas o sólo agentes divinos de inspiración humana, intermediarios celestes entre el hombre y Dios, tal como durante muchos siglos ha sido la opinión de los teólogos, filósofos y místicos del mundo, sino que aparecen a la visión esotérica como la Actividad Inteligente del Logos en la vida total de la Naturaleza.

El investigador esotérico no concibe vida en la Naturaleza sin que exista una adecuada forma que la caracterice y cualifique. Comprende así que la vida de la Naturaleza es la Conciencia de Dios en manifestación y que la Forma es el trabajo de los Ángeles, operando cada jerarquía angélica y cada hueste de devas constructores en un nivel específico del Éter, siendo el Éter el depósito de la sustancia que los Ángeles actualizan y manipulan para crear todas las formas posibles de la naturaleza.

Otra idea que asalta de inmediato nuestra mente al considerar que Espacio y Éter son la misma cosa desde un plano de visión esencial y que el Éter es la zona del Espacio condicionada, alterada, modificada o coloreada de algún tipo particular de karma, es la de que el fenómeno universal de creación es siempre el resultado de la intercomunicación de dos Entidades Logoicas mediante la cual un Logos mayor ofrece a otro Logos menor -dicho esto con toda reverencia- la oportunidad de expresarse. Así, el axioma esotérico "... el Espacio viene teñido de karma aún antes de la manifestación de un Universo", tiene aquí su adecuada expresión.

Esta idea, como podremos comprobar si seguimos atentamente nuestros comentarios, ofrece la particularidad de presentar el Cosmos como siendo totalmente KÁRMICO, eternamente vinculativo e interdependiente, como el maravilloso conjunto familiar o social de infinitas Jerarquías de Logos creadores, obedeciendo todos a la Ley cósmica de demanda o de necesidad, con una increíble gama de respuestas desde todos los centros vivos del Espacio y de toda serie de Huestes Angélicas dispuestas a convertir en Éter cualquier zona del Espacio y originar así el fenómeno creador. Estos son unos conceptos quizás muy distintos a los actualizados hasta aquí, pero démonos cuenta que en su mística composición son una aseveración científica de la gran verdad esotérica de que Espíritu y Materia son la misma cosa y de que sólo el nivel de conciencia desde el cual observa el investigador, hace que se vea esta cosa idéntica en forma dual o separativa.

Si se examina muy críticamente esta afirmación se tendrá al alcance de la mente una nueva concepción científica de la Verdad en lo que al Espacio se refiere y en el valor cada vez más relativo del factor Tiempo, tal como es capaz de percibirlo la mente humana.

Puede asegurarse, de acuerdo con estos razonamientos, que las cualidades que se relacionan con el Espacio y crean la función del Tiempo son lógicamente el producto de la evolución de dos Vidas logoicas siguiendo un proceso de intercomunicación orientado hacia fines cósmicos, mediante el cual un Logos mayor hace sentir la gravitación de Su conciencia sobre un Logos menor y siendo la respuesta de dicho Logos menor aquel tipo particular de esfuerzo creador definido técnicamente como INTEGRACIÓN. Un término con el cual estamos muy familiarizados por estar relacionado en nuestros estudios esotéricos con la técnica científica de la meditación oculta.

Como iremos apreciando, ideas aparentemente muy lejanas como las del Espacio y del Éter empiezan a tener un significado para nosotros, con sólo considerar el Espacio como el Éter característico o cualificativo de una Entidad logoica mayor con respecto a otra menor, la cual y en virtud de los principios de analogía y correspondencia, utiliza el Éter que constituye una emanación directa, kármica o angélica de Sí misma como Espacio dentro del cual otro Logos todavía menos exaltado en la escala creativa del Cosmos, halla los elementos especiales requeridos que le permiten una adecuada, justa y necesaria expresión. El Cosmos absoluto, visto desde el ángulo de expresión objetiva es, por tanto, una permanente expresión de karma mediante el cual cualquier Logos creador puede identificarse con el Universo creado, Su Cuerpo de Expresión.

Para terminar este comentario, vamos a analizar un nuevo concepto de relación con las ideas antes descritas en el sentido de aceptar que hay un DESTINO ÚNICO de perfección como consumación de Necesidades Kármicas, que hermana sin distinción alguna a todos los seres del Universo, desde el más exaltado Logos hasta el más diminuto átomo de la Naturaleza. El DESTINO es Ley y su CUMPLIMIENTO un deber universal. El axioma esotérico "hay un destino para cada hombre y un hombre para cada destino", puede aplicarse a todas las conciencias vivas del Cosmos.

Las condiciones astrológicas que expresan este sentido universal de interdependencia y por las cuales hemos aprendido a estudiar el destino humano, rigen también para todos los Logos creadores, teniendo en cuenta de que el Karma es el verdadero orientador de todo Destino. Varían únicamente las circunstancias impuestas por la evolución de las cualidades de la Conciencia. Para un ser humano rige un sistema específico que llamamos Constelaciones, para nuestro Logos Solar estas Constelaciones aparecerán quizás como simples planetas, pero utilizando la imaginación creadora habrá que suponerse la existencia de inmensos Logos de tal infinita e indescriptible magnitud que Sus Destinos vendrán regidos no ya por Constelaciones siderales, sino por inmensos grupos de maravillosas Galaxias. TAL ES LA LEY.


Vicente Beltrán Anglada



Fuente:
www.trabajadoresdelaluz.com
19  junio del 2020