Es secreto lo que se esconde intencionadamente o
se desconoce; lo que aún no ha visto la luz porque se sale de lo establecido o
resulta anómalo y vergonzoso. Lo que es susceptible de señalar o mancillar la
imagen y la reputación de una familia también será silenciado, convirtiéndose
en secreto familiar. La transmisión transgeneracional en el clan
familiar se nutre esencialmente de todo lo que ha resultado traumático para las
generaciones anteriores; lo reprimido, lo silenciado.
Debemos tener muy presente que los sucesos
traumáticos y dolorosos que ha padecido una persona o una generación de un clan
difícilmente llegan a ser olvidados o aceptados. Por el contrario, superarlos
resulta arduo ya que al ser vividos por sorpresa, con dolor, vergüenza y sin
aparente solución, dejan una huella emocional profunda.
Esos contenidos constituyen precisamente lo que
denominamos secretos de familia o “no dichos” que se incorporan al inconsciente
familiar como asuntos no resueltos, como conflictos inconclusos o
como duelos pendientes.
Secretos familiares: vergüenza, dolor y “no
dichos”
Todo clan familiar, sin excepción, cuenta con su
propia novela familiar, sus secretos ocultos y episodios embarazosos.
Los secretos de familia se convierten en una pesada carga que se instala
en el inconsciente familiar y que se transmite de generación en generación, al
menos durante tres o cuatro generaciones, antes de diluirse.
Con esa transmisión el inconsciente familiar
busca en los descendientes nuevas oportunidades de solución. Mientras están
activos y vigentes, los “no dichos” dan lugar, a su vez, a más traumas y
conflictos entre quienes, ya desvinculados del episodio pretérito, reciben
desorientados una herencia inconsciente que no comprenden; pero que limita y
condiciona sus vidas.
Las razones más habituales de la ocultación y el
silenciamiento de los episodios traumáticos del clan son la vergüenza, el
sentido de culpa y el intento de eludir el juicio público para evitar el riesgo
de ser señaladas y marcados por la sociedad. Lo traumático y vergonzoso se
esconde con el anhelo de proteger a los hijos, los miembros más jóvenes e
indefensos del clan. Se oculta aquello que se cree que les puede perjudicar o
aquello que se considera que los más pequeños no deben escuchar.
Se calla para aislarlos y que no se vean
expuestos al sufrimiento. Y esto se hace ignorando que los propósitos de
ocultación siempre resultan baldíos porque una cosa son los esfuerzos
conscientes y otra muy distinta, y mucho más poderosa, son los mecanismos del
inconsciente para llevar a cabo una y otra vez, como el oleaje, el retorno de
lo reprimido. Estamos, por tanto, a merced del inconsciente que nos maneja y nos
determina. Aquello que luchamos por ocultar acabará manifestándose incluso
varias generaciones después a través de silencios delatores, tonos de voz,
lapsus, lenguaje corporal o gestos inconscientes, miradas que hablan por sí
solas, adicciones, enfermedades y extrañas actitudes ante la vida.
El retorno de lo reprimido es ineluctable; finalmente todo sale a la luz en algún momento. Como indicó la psicoanalista francesa Francoise Dolto (1908-1988), “lo que es callado en la primera generación, la segunda lo lleva en el cuerpo”. Lo que silenciamos se acabará expresando en los descendientes de maneras tan diversas como accidentes, fobias, enfermedades o vocaciones.
El retorno de lo reprimido es ineluctable; finalmente todo sale a la luz en algún momento. Como indicó la psicoanalista francesa Francoise Dolto (1908-1988), “lo que es callado en la primera generación, la segunda lo lleva en el cuerpo”. Lo que silenciamos se acabará expresando en los descendientes de maneras tan diversas como accidentes, fobias, enfermedades o vocaciones.
Las situaciones y sucesos que habitualmente dan
lugar a la aparición de estos secretos familiares suelen estar
relacionados con circunstancias y aspectos rechazados por la sociedad, es
decir, todo lo que puede hacernos destinatarios de miradas y acusaciones. En
primer lugar, las enfermedades mentales, las muertes prematuras y los abortos,
principalmente los que son provocados. Los fallecimientos imprevistos, como
muertes violentas, asesinatos, suicidios y proyectos de vida inesperadamente
truncados.
También los sucesos de índole sexual que son
rechazados o mal vistos por la sociedad, como la homosexualidad, los hijos
ilegítimos, los adulterios, las violaciones, los incestos y la prostitución.
Por último, las situaciones familiares anómalas, como el desempleo o las ruinas
y angustias económicas, la adopción, los maltratos y los embarazos previos al
matrimonio, sin olvidar los encarcelamientos, el alcoholismo y la drogadicción.
Los secretos están determinados por las normas sociales y culturales
imperantes, por lo que cambian con el paso del tiempo y la evolución de los
hábitos y costumbres.
Aspectos que un día resultaron vergonzosos o
rechazados, como la homosexualidad, las relaciones sexuales fuera del
matrimonio o los embarazos prematrimoniales, hoy ya no lo son tanto; pero
surgen secretos nuevos, como el SIDA.
Como hemos visto, el inconsciente
familiar busca sucesivamente nuevas oportunidades de solución en miembros
de las generaciones futuras para que tomen conciencia del trauma inconcluso que
alimenta la pesada carga inconsciente del secreto familiar. Como afirmó la
psicóloga francesa de origen ruso Anne Ancelin Schützenberger (1919), “los
secretos de familia, las identificaciones inconscientes y lealtades familiares
invisibles pasean sobre los hijos y los descendientes”. Si el conflicto
oculto no se sana, sigue abierto y activo, y la transmisión
transgeneracional del mismo continúa.
Esto origina la repetición de determinadas
circunstancias en varios miembros del clan de una misma o de distintas
generaciones. Los afectados pueden ser conscientes o intuir que portan algo
extraño y molesto; pero desconocen en detalle de qué se trata y, por supuesto,
a qué obedece. Por lo tanto, la carga oculta que comporta todo secreto de
familia generará un importante desgaste emocional para las siguientes
generaciones.
Las enfermedades, malestares, actitudes y
bloqueos que se repiten en un clan delatan la existencia de unsecreto
familiar activo que busca solución. Son avisos del inconsciente para
llamar la atención sobre los secretos y la carga emocional que estos asuntos
pendientes comportan.
Las generaciones venideras parten con ese pesado
lastre inconsciente que puede generar desequilibro y limitación en su
evolución. Como afirmara Alejandro Jodorowsky (1929), “la sanación del
árbol consiste en quitar la repetición, comprenderla, o repetirla en una forma
positiva”. Para ello es necesario que surja un miembro del clan que esté
dispuesto a emprender el camino de la búsqueda y la comprensión para iluminar
las tinieblas; alguien que esté dispuesto a elevar su propio nivel de
conciencia y, con ello, el del clan para liberar al grupo de los lastres
emocionales.
Por
Jesús Casla
Terapeuta de BioNeuroEmoción –
Descodificación Biológica
& Hipnosis Clínica Reparadora
http://www.dbr-casla.com
Terapeuta de BioNeuroEmoción –
Descodificación Biológica
& Hipnosis Clínica Reparadora
http://www.dbr-casla.com
CARTA DE DUELO – CARTA DE LIBERACIÓN DEL CLAN
FAMILIAR
Esto está en otra entrada del blog, pero se las
coloco para quien quiera hacer este trabajo de liberación. Saludos. Solange.
Esta carta la redactarás puño y letra. Con esta
carta liberas y te liberas, de todo aquello que puedas estar heredando de tu
familia y personas que te rodean y que no te corresponde: enfermedades, culpas,
rencores, frialdad, indiferencia, violaciones, mala suerte en el amor, falta de
cariño, dureza, secretos, tragedias, engaños, infidelidades, traiciones, robos,
mentiras, etc. Vas a liberarte de todo aquello, que está provocándote
enfermedades o problemas el día de hoy.
CARTA
Yo…(Escribe tu nombre y Apellidos) en este
acto de mi puño y letra, redacto hoy esta carta como regalo a la familia a la
cual pertenezco. Con la ayuda, el amor y la presencia de Dios y del Espíritu
Santo, yo bendigo a mi familia y los perdono. Yo libero a mi familia y me
libero de ella. Me libero y libero a mis bisabuelos, a mis abuelos, a mis
padres, a mis tíos, a mis primos, a mis hermanos, a mis hijos (aunque no los
tengas), a los amigos o enemigos de la familia, a toda persona a mi alrededor y
a toda persona que en algun momento haya estado conmigo, de todos los programas
inconscientes que me han heredado. Los libero y me libero, de cualquier ofensa
que otra familia haya recibido de la mía, y pido perdón a todos, en nombre de
aquel que haya ofendido por parte de mi familia.
Hoy me libero y libero a toda mi familia y conocidos, de memorias de pérdida económica, conflictos por herencias, derroches, asesinatos, muertes repentinas o violentas, suicidios, enfermedades mentales, enfermedades físicas, accidentes, violaciones, tocamientos, adulterios, hijos no deseados, hijos no nacidos, hijos no reconocidos, hijos abandonados, incestos, abandonos, crueldades, golpes, violencia física, violencia emocional, infidelidades, engaños, traiciones, mala suerte en el amor, maldiciones, desarraigos, desamor, trabajos forzados, esclavitud, guerras, secretos no revelados, memorias de dolor, tristeza y llanto, y de todo aquello que sea una vergüenza o una limitación. Hoy me libero y libero a toda mi familia y conocidos, de todo aquello que haya afectado a los miembros de mi familia y a otras familias, para que estas memorias, ya no se sigan heredando a través mío, para que ya no se sigan perpetuando en mi persona ni en generaciones venideras.
…aquí los detalles: Ejemplo: Hoy Libero y me libero de mi padre (Nombre), de sus maltratos y su alcoholismo. Hoy libero y me libero de mi madre (Nombre), su carácter sumiso y su diabetes. Etc.Hoy corto todo lazo con esa memorias y me libero de todas las cargas que no me corresponden. Para mi bien y el de todos los involucrados. Hoy agradezco a Dios, al Espíritu Santo y al Universo. Hoy sé que soy libre y quedo libre. Hecho está.
Gracias, Gracias, Gracias!
Cuando hayas finalizado tu carta, la lees en voz
alta, la quemas y te deshaces de las cenizas. Así de sencillo y con conciencia,
te liberas de todo aquello que tu inconsciente viene cargando y peor aún,
heredando. Una vez realizada la ceremonia de lectura y quema de la carta,
deberás esperar 30 días (Cuarentena), para que tu mente vaya asentando lo
vivido, lo sentido, lo soltado. Serán 30 días de cambios de ánimo intensos.
Algunos días, podrás tener mucho sueño, o no tener nada de sueño, estar alegre,
triste, eufórico, emocionado, deprimido, etc. Todo esto es normal. Para el día
30, te sentirás increíblemente ligero, con los pensamientos más claros, con más
paz interior, con la certeza de todo lo que has soltado y con la seguridad para
tomar nuevos rumbos y decisiones en tu vida. Para comenzar por fin, tu nueva
vida.
Importante: – El período de cuarentena varía de
persona a persona, por lo que puede ser que los cambios se noten a los 15 días
para algunas personas, y para otras, 30. O bien, en algunas otras, demore hasta
60 o 90 días. – Esta carta se puede hacer todas las veces que sea necesario,
por las mismas personas, pero NO POR LOS MISMOS MOTIVOS. Es decir, si ya hice
una carta de duelo por mi padre alcohólico, ya la quemé, ya hice mi cuarentena y
dentro de 6 meses, recuerdo que una noche atropelló a una señora, hago
nuevamente una carta, pero sólo por este atropellamiento, ya no menciono el
alcoholismo, porque de eso ya se hizo duelo.
Y esta carta sirve para eventos futuros también,
porque nos faltan muchas cosas por vivir. Por lo tanto, si en 10 años, tenemos
nuevos problemas cargando, con familiares, amigos, compañeros de trabajo,
jefes, etc. Podemos volver a hacerla para no heredar a nuestros hijos nuestros
futuros errores o fallas.
https://compartiendoluzconsol.wordpress.com
01 de Agosto del 2016