El virus evolutivo.


Últimamente todos nos sentimos preparados como soldados esperando instrucciones. No entendemos por qué estamos al límite, pero todo lo que nos rodea nos dice "tomen conciencia" de que algo no parece estar bien. Nuestros cuerpos experimentan fenómenos inusuales que la medicina no comprende. Nuestros corazones laten de manera diferente como si tuviéramos dos o tres. Nuestros cuerpos emocionales nos rodean como lunas binarias que buscan aterrizar. Nosotros, como planeta, vamos todos juntos.

Avanzamos con precaución como si estuviéramos caminando en arenas movedizas o en un campo minado abandonado, sabiendo que el paradigma puede cambiar en cualquier momento y podríamos estar aleteando en las afueras de la Ciudad Esmeralda. Miramos a la Naturaleza en busca de comprensión y revelación, pero ella nos mira igual de confundida. Las reglas han cambiado para todos nosotros. Tal como el hombre de Neanderthal que encuentra un teléfono celular, nos golpeamos la cabeza tratando de averiguar qué hacer a continuación.

La mayoría de los días es mejor no tratar de forzar un resultado, como un mago de antes que intenta que una ex-esposa lo obedezca. Miramos por las ventanas de nuestros autos, las ventanas de nuestras casas y las ventanas de nuestras almas, buscando una señal que se mantenga durante los próximos cambios. Como si condujésemos a través de una tormenta de polvo, todo lo que podemos hacer es detenernos hasta que pase. Muchos están estacionados al costado de sus vidas esperando el único evento que cambiará su existencia. Todo está alineado como un oponente formidable durante un juego fuera de casa. Nos enfrentamos cara a cara con lo que deliberadamente nos provoca miedo en todas sus formas. La vida se vuelve más espesa y pegajosa y más letal al tacto.

A lo largo del tiempo, los virus han tenido el poder de cambiar y trastornar a la especie humana. Como un ángel de la muerte en un ámbito bíblico, desencadenan un profundo y antiguo miedo en nuestro interior, una impotencia para luchar contra un enemigo invisible. Una vez más, entramos en un tiempo de profecía e inquietud como pueblo y como planeta. Las líneas dentro del rompecabezas de la Tierra se dibujan cerradas a medida que país tras país cierra sus fronteras a la amenaza biológica. Todos estamos luchando contra un adversario invisible que viene a cambiar nuestro propio ADN como un ladrón en la noche. Nos sentimos despojados de nuestras elecciones.

Se produce una gran agitación planetaria a medida que cada célula de nuestro cuerpo lucha por aferrarse a quién es. En los últimos años, como planeta, hemos sufrido grandes pérdidas en todos los niveles, hemos entrado en un tiempo en el que nos mantenemos en guardia las 24 horas del día, los 7 días de la semana, ya que podemos sentir de forma innata la penetración de energías desconocidas, pensamientos desconocidos y miedos desconocidos.

Los virus están vivos y conscientes y experimentan evolución y selección natural al igual que toda vida, y la mayoría evoluciona rápidamente. Cuando dos virus infectan una célula al mismo tiempo, pueden intercambiar material genético para crear nuevos virus "mixtos" con propiedades únicas nunca antes vistas. Los virus ARN tienen altas tasas de mutación que permiten una evolución especialmente rápida. ¿Se han preguntado alguna vez por qué cada año aparece una cepa diferente del virus de la gripe? ¿O cómo los virus pueden volverse resistentes a los medicamentos?

La respuesta corta es que los virus evolucionan igual que nosotros. El "acervo genético" de una población de virus puede cambiar con el tiempo. En algunos casos, los virus en una población o área geográfica pueden evolucionar por selección natural. Los virus no solo evolucionan, sino que también tienden a evolucionar más rápido que sus huéspedes humanos. Los científicos estiman que hay aproximadamente virus del 10 a la enésima potencia en cualquier momento dado. ¡Es un 1 seguido de 313.131 ceros! Si de alguna manera pudieran colocar estos virus lado a lado y alinearlos, la columna de virus se extendería casi 200.200.200 años luz en el espacio. En otras palabras, hay más de diez millones de veces más virus en la Tierra que estrellas en todo el Universo.

Los virus pueden provenir de muchos lugares: del espacio, del suelo, del agua, de los animales y los seres humanos. Se pueden liberar cuando se desentierra un sitio antiguo o se abre una tumba. Pueden nacer de víctimas de desastres terrestres que han estado enterradas durante mucho tiempo.

Nosotros, como planeta, hemos dado a luz la energía de la misma palabra virus, ya que se ha vuelto una expresión común. Esta poderosa palabra se ha convertido en más de lo que estamos listos para manejar. Cuando se la ve a través de la numerología, la palabra virus es una vibración # 8 que en sí misma es una activación de la secuencia del ADN/ARN. Siempre estamos sacando la basura del ADN a medida que desarrollamos más verdades que muestran quiénes éramos y en quiénes nos estamos convirtiendo.

Este es un virus evolutivo que demanda toda nuestra atención. No esperen que otro los rescate o los salve. La única salida de esta energía es arriba y lejos. Como quien sube por la escala de luz evolutiva de Jacob, desplacen su energía fuera del holograma terrenal del miedo planetario, y desde este lugar más elevado de luz perciban lo que los ensombrece, lo que se adhiere a los zapatos de su alma, lo que reduce su inmunidad psíquica y física. Como un anciano que se encuentra en una meseta alta mirando hacia Monument Valley, desplacen su sabiduría y su luz hacia un lugar de paz y conocimiento.

Las palabras mismas "miedo” y “víctima" tienen la misma vibración. Tal como quien grita “¡Fuego!” en un teatro cerrado, el miedo siempre crea una estampida, se activa el mecanismo de lucha o huida dentro de las especies de la Tierra. El miedo tiene una voz fuerte y se asegura de que todos sus terrores dormidos se despierten. Se filtra a través de las líneas virtuales y las líneas Ley de la Tierra. Como un cubo de Rubik que se cierra por la noche, todas las alfombras están enrolladas, las ventanas están cerradas y trabadas y las puertas están tapiadas.

Somos los hijos e hijas de la luz, nacimos para ser guerreros como los mismos ángeles que nos acompañan. No fuimos puestos aquí en la Tierra para acobardarnos y temerle a la vida. Nosotros, como especie, hemos sobrevivido más de lo que se haya anotado en los registros akáshicos del tiempo. Fuimos creados específicamente para este tiempo y lugar en nuestra historia evolutiva. Tenemos lo necesario para disolver los temores que residen en nosotros y ver que la verdad sobrevive y nada a través de los mares de la humanidad.

Ustedes tienen la capacidad de separar los mares/las percepciones de todo este diálogo planetario. Ustedes son el capitán de este barco y el dueño de su alma; aférrense a eso y estén empoderados y sean libres.



Publicado el 3 de Marzo de 2020
Gillian MacBeth-Louthan
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Traducción: Susana Peralta




Fuente:
www.trabajadoresdelaluz.com
14 marzo 2020