V.B. Anglada - Los ángeles y la curación de las enfermedades.

Hemos rebasado ya el último cuarto del siglo XX y la humanidad continúa enfrentando todavía enfermedades engendradas durante los períodos atlante y lemur. El escaso éxito alcanzado por los especialistas y técnicos en el Campo de la Medicina en lo que respecta al tratamiento y curación de aquellas enfermedades consideradas como "incurables", tales como el cáncer, la diabetes, el artritismo y determinadas lesiones en el sistema nervioso y en el corazón, puede ser una prueba de que la investigación de las causas productoras de las mismas se realiza en niveles demasiado objetivos y posiblemente, ellas se hallan localizadas en niveles etéricos, psíquicos o subjetivos.
El hecho de que la investigación se realice mediante un cerebro tridimensional, cuya propia constitución exige un incalculable número de comprobaciones concretas y objetivas, constituye un verdadero impedimento para la investigación de las causas más profundas o el origen más remoto de las enfermedades conocidas y catalogadas por la Ciencia médica. El estudio del "cuerpo etérico" o aura magnética humana, tal como muy seriamente ya lo han iniciado algunos eminentes tratadistas en el campo de la Medicina, puede ser el primer paso en la localización de las causas ocultas de las enfermedades, el inicio de una serie ininterrumpida de inteligentes comprobaciones en los niveles subjetivos de la Humanidad y el reconocimiento de que las enfermedades en general obedecen más a razones psíquicas que a fenómenos meramente orgánicos o puramente físicos. La introducción del sistema de investigación de lo puramente orgánico a lo etérico o espacial puede trastornar completamente las bases empíricas sobre las cuales se apoyó hasta el presente la Ciencia de la Curación.


Esotéricamente se sabe y se poseen pruebas irrefutables de ello por la calidad de las investigaciones realizadas en los niveles ocultos de la Humanidad por cualificados discípulos mundiales, que todas las enfermedades adoptan en el éter una forma específica y que esta forma -por maravilloso que pueda parecer- detenta una entidad psicológica, es decir, que posee una especie de mente instintiva y una serie de reacciones psíquicas muy parecidas a las corrientemente humanas.

La forma psíquica de una enfermedad -tal como puede observarla el investigador esotérico dotado de clarividencia mental-, es el resultado de una lenta cristalización o sustanciación de las violentas tensiones emocionales y de la forma incorrecta de pensar. El mal psíquico como cualquier tipo de enfermedad física proceden de muy lejanas edades, algunas de ellas del principio mismo de la Raza, constituyendo lo que en términos bíblicos se llama el "pecado original", o más técnicamente, el Karma, generado en aquellos tiempos en que el ser humano enfrentaba la vida y los acontecimientos con una mente incipiente y rudimentaria y utilizando inadecuadamente su cuerpo de expresión física y su naturaleza emocional. Estos males, cuyas raíces están profundamente hundidas en lo cósmico, fueron invocados -si podemos utilizar semejante expresión- en la raza lemur y a través de la raza atlante que les añadió poder psíquico, llegaron a nuestra raza actual, la aria, que trata técnicamente de descubrirlos y de extirparlos del karma racial. La técnica, sin embargo, por elevados que sean sus logros y conquistas en el orden científico, sólo servirá como en el caso de las computadoras electrónicas para registrar hechos y examinar críticamente las situaciones que en la vida humana vayan produciéndose. Claro que por sí sola, no logrará alterar el curso fatal de los acontecimientos cuando una fuerza tremendamente destructiva como la que maneja la entidad psíquica del cáncer por ejemplo, hace sentir su terrible presión sobre el cuerpo etérico de una persona y a través del mismo introduce en su cuerpo físico algunos de sus repugnantes tentáculos, produciendo una alteración o desequilibrio celular y asentando en ciertos puntos definidos del organismo las bases de la enfermedad, que convenientemente desarrollada por las incorrectas formas de vida llevará fatalmente a la muerte.

Estructuración Dévica de las Formas Esto que decimos con respecto al cáncer puede aplicarse igualmente a todas las enfermedades conocidas. Un axioma proveniente del lejano pasado y popularizado dice así: "La Medicina alivia pero no cura". ¿No será este axioma la expresión evidente de que la Ciencia médica no ha penetrado todavía en el mundo de las causas determinantes de las enfermedades? Hasta el momento presente tal ha sido la triste verdad debido a que no existen enfermedades puramente físicas, sino que la potencia radioactiva de cualquier dolencia, es decir, su poder de expansión y su grado de intensidad dependerán siempre de las reacciones mentales y psíquicas de los seres humanos de acuerdo con su contenido kármico o genético, de su constitución psicológica y, muy singularmente, del grado de evolución espiritual. La angustia, el temor y las grandes tensiones individuales y comunales constituyen el semillero de toda clase de enfermedades. Las personas predominantemente emocionales o psíquicas así como las muy irritables están predispuestas al cáncer de hígado, del bazo y también a la diabetes. Las de tipo acusadamente mental suelen contraer enfermedades de tipo nervioso y cardiovascular. La presión general de la vida moderna, el creciente imperio de la técnica que crea excesivo confort y reduce progresivamente la actividad física, la utilización del sistema de la velocidad como un método científico de vencer al tiempo y que obliga al ser humano a unos intensos y frecuentes cambios de ritmo de vida, la creciente contaminación ambiental que ha alterado casi por completo el equilibrio ecológico de la Naturaleza y las tensiones ambientales producidas por los impactos de las energías acuarianas al chocar con el aura etérica de nuestro mundo, profundamente pisceano, han provocado una potentísima activación de todas las enfermedades potenciales en el seno oculto de la Naturaleza.

También han propiciado el desarrollo de algunas otras enfermedades de carácter psíquico, más difíciles de localizar, que producen estragos en la vida mental y afectiva de los seres humanos.

Hoy, más que nunca, en que la presión de las fuerzas psíquicas planetarias sobre la Humanidad es casi total y abarca todos los sectores de la vida organizada, interesa fundamentalmente penetrar en las zonas ocultas del Planeta y localizar allí las verdaderas causas de las enfermedades, los motivos sutiles que trascienden de aquellos centros de poder radiactivo en los bajos estratos mentales y psíquicos de nuestro mundo y las terribles consecuencias de su poder cuando han llegado a contactar directamente con cualquier órgano físico o determinadas áreas psicológicas del ser altamente sensibilizadas. Como siempre, el hombre enfrenta todavía hoy, en este siglo de grandes oportunidades espirituales, el terrible dilema de la acción correcta, el único remedio aparente para descubrir en la mente y en el corazón, y finalmente en el éter, la causa de todos sus problemas, sus tensiones y sus dificultades.

Al inicio de este capítulo hemos hablado de "entidades psíquicas" al referirnos a cualquier tipo de enfermedad, pero la mente se resistirá quizás a considerar a la enfermedad como "alguien" después de tantos siglos de admitirla y reconocerla como "algo". Sin embargo, ésta es la verdad, y el estudio del problema de la enfermedad desde este punto de vista puede propiciar el descubrimiento de los métodos profilácticos directos y efectivos para destruirla. La investigación ha de pasar por consiguiente del método analítico o deductivo al método intuitivo, utilizando los descubrimientos técnicos, singularmente en el campo de la electrónica, como puntos de partida para una futura profilaxis de orden general.

Tal como decía un conocido Adepto de la Jerarquía a un grupo de discípulos en Su Ashrama: "...El Espacio es tierra virgen, pero hay en el mismo toda clase de semillas. Unas buenas porque proceden del Bien Cósmico, malas las otras, porque provienen del Mal cósmico y fueron engendradas en las primitivas edades universales, cuando las distintas humanidades no habían adquirido todavía una verdadera conciencia de selectividad entre el Bien y el Mal. Las enfermedades de la Raza y todo tipo de dolencias humanas deben ser localizadas en el Espacio y es Estructuración Dévica de las Formas en el Espacio donde finalmente deberán ser destruidas".

El hecho de que las enfermedades tengan sus causas o raíces en el Espacio, tal como dice el Maestro, nos obliga esotéricamente a "penetrar" en el Espacio y descubrir allí, en la zona correspondiente, a la Entidad psíquica que centraliza en sí a las semillas o gérmenes nocivos correspondientes a determinado mal o enfermedad y estudiar después inteligente y científicamente la manera de destruirlos. Pero, hay que tener en cuenta también, ya que ello constituye la parte más importante del proceso de curación, "el enlace directo o kármico” de un grupo determinado de personas con un grupo específico de enfermedades y considerar de qué manera y hasta qué punto la Entidad psíquica representativa de una enfermedad es "alimentada" por las reacciones psíquicas de los seres humanos. Descubrir y localizar en los mundos ocultos una "enfermedad individualizada" es una cosa, cortar los hilos o lazos psíquicos que ligan esta enfermedad a un grupo de seres humanos, es otra. Lo más importante, la verdadera profilaxis deberá iniciarse fundamentalmente en los pensamientos y voluntades de los hombres.

Un gran número de discípulos inició en todos los Ashramas de La Jerarquía, a partir de la segunda mitad de este siglo, un trabajo específico de "invocación del Bien Cósmico" como una forma directa y positiva de vencer el Mal planetario y reducir progresivamente así el poder radiactivo de todas las enfermedades y dolencias que aquejan a la Raza humana. La comprobación clarividente en los mundos ocultos demostró que las Entidades psíquicas reconocidas como el Cáncer, la Diabetes, el Artritismo y otras muchas consecuentes de la vida presurosa, inquieta e incontrolada de los seres humanos, habían sido reducidas en tamaño y radiación. La obra continúa y se espera introducir en la gran corriente invocativa de los discípulos mundiales a todos los aspirantes espirituales así como a hombres y mujeres de buena voluntad de este mundo.


Las reglas de curación, mediante la técnica invocativa, tal como fueron oportunamente señaladas por el Maestro, son las siguientes:

a) Invocación de las Fuerzas cósmicas del Bien, representadas por aquellos Ángeles denominados AGNISCHAITAS y muy particularmente por un grupo específico dentro de los mismos a quienes esotéricamente se les reconoce como ÁNGELES DE CURACION.

b) Invocación de las Jerarquías angélicas conocidas esotéricamente bajo la denominación de AGNISURYAS, cuya expresión en los éteres planetarios es posible mediante la actividad de unos excelsos Ángeles llamados del EQUILIBRIO cuya misión es estabilizar el cuerpo emocional de los seres humanos y llenar de armonía los éteres que envuelven nuestro mundo.

c) Invocación de los poderosísimos ÁNGELES AGNISHVATTAS, o Señores del Fuego creador. Sus representantes más directos en nuestro mundo son los ÁNGELES SOLARES. Éstos están kármicamente vinculados al destino de la Humanidad y, según se nos dice esotéricamente, fueron los que en un remoto pasado dotaron de mente a los seres humanos y su misión espiritual es enseñar a los hijos de los hombres el camino de la verdad, de la comprensión y del amor.

Las considerables fuerzas invocativas utilizadas por las mentes y corazones de los seres humanos conscientes y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad del mundo, crearán progresivamente unas nuevas Formas Psíquicas representativas del Bien Cósmico y basadas en el amor al Bien, tal como puede actualmente comprenderlo el Alma humana de una cierta evolución espiritual, que irán contrarrestando paulatinamente la nefasta actividad de las poderosas Entidades Psíquicas que desde los mundos ocultos y desde tiempos inmemoriales, promueven y determinan toda clase de dolencias físicas, tensiones astrales y dificultades mentales. Los Ángeles Estructuración Dévica de las Formas de Curación, los Ángeles del Equilibrio y los Ángeles Solares, a través de sus correspondientes y compactas huestes de devas menores y de elementales constructores serán, como siempre, los fieles amigos del hombre, los Testigos del Bien Cósmico y los realizadores de la Paz Universal (*).


(*) Más amplias y detalladas informaciones acerca de la invocación angélica y sobre los Ángeles Solares, pueden ser halladas en los libros del mismo autor "LA JERARQUÍA, LOS ÁNGELES SOLARES Y LA HUMANIDAD" y "LOS MISTERIOS DEL YOGA".


# LA CIENCIA DE INVOCACIÓN Y DE CONTACTO

Se trata del medio científico de aproximación del Reino humano al mundo de los Ángeles, del sistema lógico, comprensible y racional mediante el cual los seres humanos de cierto grado de desarrollo espiritual, los aspirantes y los discípulos mundiales pueden establecer contacto consciente con los Ángeles. Dicho contacto ha de ser establecido obviamente "en cierto nivel de conciencia", el que mejor se adapte a las posibilidades latentes, frutos de la evolución, de todos y cada uno de los seres humanos. Nunca puede ser forzada la marcha de la evolución ni sobrepasarse la medida espiritual que tal evolución impone a cada unidad de conciencia en la vida de la Naturaleza. Quebrantar un ritmo en tal aspecto sería destruir la forma específica y natural impuesta por este ritmo en el proceso evolutivo general. La forma debe ser modelada suave y armoniosamente ejercitando las normas naturales de invocación y de contacto que rigen el destino general de la Naturaleza.

Todos los Reinos del Universo son esencialmente invocativos siendo la invocación la base del proceso de la evolución. Cuando la invocación de la corriente evolutiva llega al Reino humano se convierte en "aspiración superior", en un deseo imperioso y avasallador de alcanzar alguna definida meta en el aspecto psicológico, social o espiritual trascendente. Al llegar a este punto la invocación se hace científica y el proceso mágico de "llamar a la puerta" y de "pedir las llaves" que permiten introducirse en el interior del Santuario donde se hallan silenciosamente recogidos los Misterios de la Divinidad, es rigurosamente mental y asombrosamente técnico. Los grandes arrebatos emocionales y los profundos ardores místicos deben quedar para siempre ante los dinteles de la Puerta sagrada a la expectante espera del momento de la oportunidad, es decir, de las palabras de pase que conjuntamente con las llaves han de propiciar las nuevas fórmulas de la invocación.

Las fórmulas mantrámicas, las palabras de pase al interior del círculo sagrado en donde se guarda un Misterio son absolutamente mentales y en el corazón del verdadero investigador esotérico deben haber sido trascendidas las etapas condicionadas por los fervores emocionales y los arrobamientos místicos. Únicamente ha de quedar en el corazón "la decisión de llegar" más allá y por encima del simple "deseo de llegar". Lo emocional va siendo progresivamente reemplazado por lo técnico y es en términos de mente que se realiza la invocación y se ejecuta el mandato. El axioma crístico de "llamad y se os abrirá, pedid y se os dará" vela la clave mística de los Misterios y es precisamente en los niveles mentales en donde se hallan escritos con caracteres de fuego las normas y los deberes que deben regir la vida de los candidatos a la Iniciación.

Ahora bien..., ¿cuál es el papel que juegan los Ángeles, de cuyas Vidas estamos tratando, en todo este proceso de polarización de la conciencia de lo emocional a lo mental? Se trata, como vemos, de un simple cambio de Ritmo, pero..., ¿acaso no es el Ritmo la propia Vida de los Ángeles, utilizando modalidades de energía en infinitas e increíbles modificaciones? La Vida de la Divinidad es una constante y permanente proyección de variados ritmos. Un Reino de la Naturaleza expresa Estructuración Dévica de las Formas un ritmo particular dentro de la gran Conciencia Creadora y dentro de cada Reino los elementos químicos que lo integran constituyen pequeños y particularizados ritmos. A este proceso incesante de cambios de ritmo se le denomina técnicamente la "polaridad" y tal polaridad motiva la luz, el sonido y cada una de las formas geométricas de que se reviste cada parcela de vida en la Naturaleza. Así, el cambio de polaridad del ser humano con respecto a la técnica de la invocación es Magia, siendo esencialmente la Magia la respuesta de los Ángeles a la técnica invocativa. Esta respuesta existe en todos los Planos y subplanos de la Naturaleza en donde el ser humano posee cuerpos organizados en determinadas fases de desarrollo. Más allá de estos Planos existen lógicamente Ángeles que responden a más elevadas fórmulas invocativas, pero están fuera del alcance de los aspirantes y discípulos mundiales en su presente estadio de evolución y sólo pueden ser contactados utilizando la intuición y la elevada inspiración espiritual ya que el cambio de ritmo es tan extremadamente rápido que la mente, como elemento técnico de contacto, ha quedado sumida en un impresionante y desconocido silencio. La creación del Antakarana en la vida espiritual del discípulo, es decir, del sutilísimo hilo de luz causal que va del intelecto a la intuición es obra también de ciertos Ángeles de elevada jerarquía espiritual. Proceden del planeta Venus y son unas de las corrientes de vida evangélica que actuaron en el áurea etérica de la Tierra cuando encarnó en la misma el Logos planetario de nuestro Esquema terrestre por medio de SANAT KUMARA, Aquel a Quien los tratados esotéricos denominan el SEÑOR DEL MUNDO y los textos bíblicos EL ANCIANO DE LOS DÍAS.

Existe así una infinita corriente invocativa que se eleva del más humilde electrón dentro de un átomo hasta la Vida esplendente del Logos Solar. Con la técnica de la invocación no se intenta crear un nuevo proceso de vida, sino sublimizar técnicamente cualquier proceso de vida con vistas a una mayor expansión de conciencia en la vida oculta de la Humanidad. Como hemos dicho anteriormente, tal expansión de conciencia se realiza por un armonioso sistema de polarización o de cambio de ritmo. El ser humano puede pasar así de lo instintivo a lo emocional y de lo emocional a lo mental, empezando a penetrar técnicamente desde este punto en los niveles intuitivos. La etapa actual de la humanidad considerada en su conjunto viene condicionada por aquella imperiosa necesidad de convertir la aspiración emocional en una definida y bien organizada técnica mental. "NO BASTA CON PEDIR, HAY QUE ESFORZARSE POR LLEGAR". Esta es una respuesta dada por un conocido Adepto de la Jerarquía a uno de Sus discípulos al pedirle éste información acerca de la técnica invocativa. Tal respuesta, como advertiremos, presenta a la Invocación como un acto de Resolución y tal aspecto resolutivo de la mente hallará siempre su adecuada réplica en los éteres por parte de las jerarquías angélicas. Como ya dijimos en otras partes de este Tratado "hay un ángel para cada hombre y un hombre para cada ángel", es decir y utilizando la analogía, hay un ángel para cada tipo de invocación y un tipo de invocación para cada ser humano. Cuando la incesante impetración que se eleva de lo más hondo de la conciencia del hombre se convierte en la resolución indómita de llegar, se alcanza una elevada meta en el proceso evolutivo de la Humanidad. Los Ángeles que responden a tal llamada proceden de las elevadas zonas etéricas correspondientes a los niveles superiores de la mente y siendo su modalidad extremadamente ígnea. Al penetrar en el cerebro de los seres humanos henchidos de resolución, destruyen las gastadas estructuras geométricas de antiguos y trascendidos conocimientos e implantan la ley de los Arquetipos superiores de la Raza que los grandes Ángeles planetarios gestaron al amparo de Sus indescriptibles visiones divinas.

Vamos introduciéndonos, así, por las absolutamente asépticas y desconocidas avenidas que conducen a Síntesis, esotéricamente hablando, es una expresión muy particular en la vida de SANAT KUMARA, el Señor del Mundo. Su expresión más asequible a nuestra inteligencia humana es el sentimiento inquebrantable de Unidad y el vehículo natural mediante el cual este Estructuración Dévica de las Formas sentimiento se expresa en una modalidad de Fuego creador que surge de los primeros subplanos del Quinto Plano Cósmico, la Mente de Dios. Por lo tanto no hay que esforzarse mucho para comprender lo extremadamente peligroso que resulta utilizar este tipo de fuego sin estar debidamente preparados. La invocación de estos AGNISHVATTAS, Señores de los Fuegos superiores del Sistema, exige una pureza de vida a toda prueba y la indomable resolución de llegar a los sagrados Retiros internos para conquistar la Luz de la Verdad, ponerse en contacto con los grandes Seres que guían la evolución espiritual de la Raza y aprender el NOMBRE, o mántram invocativo, al que responden maravillosamente organizados aquellos Ángeles que secundan los planes de La Jerarquía Espiritual en esta Tierra.

De esta manera, el llamado invocativo de Resolución basado en las más estrictas leyes de la Magia organizada en nuestro planeta, conduce al ser humano "de la oscuridad a la Luz, de lo irreal a lo Real y de la muerte a la Inmortalidad", antiguo axioma que constituirá siempre el norte y guía de los candidatos a la Iniciación. Su exposición en lenguaje técnico y a los fines específicos de este Tratado podría ser ésta: "de la luz al color, del color al sonido, del sonido a la forma geométrica y de la forma geométrica al Arquetipo". Esta nueva fórmula axiomática expresa el dictado esencial de la Nueva Era, cuyas prodigiosas energías angélicas imponen un ritmo superior de vida y de conciencia a los seres humanos y a todos los Reinos de la Naturaleza, nuevas formas de enfrentar los hechos y las situaciones ambientales y sociales. Una nueva modalidad de contacto angélico y un nuevo y más adecuado sistema de introducirse en los profundísimos Misterios de la vida del ser constituyen el escalonado proceso de la Iniciación...


Vicente Beltrán Anglada



Fuente:
www.trabajadoresdelaluz.com