Varios/Otros
El cuerpo es el sirviente de la mente. Obedece a las operaciones de la
mente, ya sean escogidas deliberadamente o expresadas automáticamente. Ante las
órdenes de pensamientos ilícitos, el cuerpo cae rápidamente en la enfermedad y
el decaimiento; bajo las órdenes de pensamientos alegres y hermosos, se viste
de juventud y belleza.
La enfermedad y la salud, así como las circunstancias, están arraigadas en el
pensamiento.
Los pensamientos enfermizos se expresarán por medio de un cuerpo enfermo. Se
sabe que los pensamientos de temor han matado a más de un hombre tan
rápidamente como una bala, y están continuamente matando a miles de personas de
la misma manera, aunque más lentamente. Las personas que viven con miedo a la
enfermedad son las que enferman. La ansiedad desmoraliza rápidamente a todo el
cuerpo y lo abre para la entrada de la enfermedad; los pensamientos impuros,
aunque no sean consentidos físicamente, pronto destrozarán el sistema nervioso.
Los pensamientos fuertes, puros y alegres construyen un cuerpo vigoroso y grácil. El cuerpo es un instrumento delicado y plástico que responde prestamente a los pensamientos que se imprimen en él, y los hábitos de pensamiento producen sus propios efectos, buenos o malos, en él.
El hombre continuará teniendo sangre impura y envenenada mientras siga teniendo malos pensamientos.
De un corazón limpio salen una vida y un cuerpo limpios. De una mente deshonrada derivan una vida deshonrada y un cuerpo corrupto.
El pensamiento es la fuente de la acción, la vida y la manifestación; haz que la fuente sea pura y todo será puro.
Un cambio en la dieta no puede ayudar a un hombre que no cambia sus pensamientos. Cuando un hombre tiene pensamientos puros, ya no desea el alimento impuro.
Los pensamientos limpios hacen hábitos limpios.
Aquel que se dice santo y no desea lavar su cuerpo, no es santo. Aquel que ha fortalecido y purificado sus pensamientos, no necesita considerar al malévolo microbio.
Si quieres perfeccionar tu cuerpo, vigila tu mente.
Si quieres renovar tu cuerpo, embellece tu mente.
Los pensamientos de malicia, envidia, pesimismo, le quitan al cuerpo su salud y su gracia. Una cara no se vuelve amarga por casualidad; está hecha de pensamientos amargos. Esas arrugas que estropean vienen del orgullo, la locura y la pasión sin medida.
Conozco a una mujer de noventa y seis años que tiene el rostro luminoso e inocente de una niña. Conozco a un hombre joven cuyo rostro ha adquirido contornos inarmónicos. El primer caso es el resultado de una disposición dulce y luminosa; el segundo es el resultado de la pasión desmedida y el descontento.
Así como no puedes tener una morada dulce y completa a menos que dejes entrar el aire y la luz del sol libremente en sus habitaciones, así también un cuerpo fuerte y luminoso y un semblante luminoso, feliz y sereno sólo pueden ser el resultado de la admisión de pensamientos de gozo, buena voluntad y serenidad en la mente.
En los rostros de los ancianos hay arrugas producidas por la comprensión, otras por el pensamiento fuerte y puro, y otras están surcadas por la pasión desmedida. ¿Quién no podría distinguirlas?.
Para aquellos que han vivido correctamente, la vejez es tranquila, pacífica y dulce como una puesta de sol.
He visto recientemente a un filósofo en su lecho de muerte. No era Viejo más que en cuestión de edad.
Murió dulce y pacíficamente, como había vivido.
No hay mejor médico para curar los males del cuerpo que el pensamiento alegre; no hay nada que conforte más que la buena voluntad para dispersar las sombras de las penas y las tristezas. Vivir continuamente con pensamientos de mala voluntad, cinismo, sospecha y envidia, es estar confinado a una prisión construida por uno mismo. Pero pensar bien de todo, estar alegre con todo, aprender pacientemente a encontrar lo bueno en todo, tales pensamientos son las puertas del cielo; morar cada día en pensamientos de paz hacia cada criatura traerá abundante paz a su poseedor.
Extracto de: Como un hombre piensa, así es su vida
james allen
Fuente:https://www.trabajadoresdelaluz.com/
El cuerpo es el sirviente de la mente. Obedece a las operaciones de la
mente, ya sean escogidas deliberadamente o expresadas automáticamente. Ante las
órdenes de pensamientos ilícitos, el cuerpo cae rápidamente en la enfermedad y
el decaimiento; bajo las órdenes de pensamientos alegres y hermosos, se viste
de juventud y belleza.
La enfermedad y la salud, así como las circunstancias, están arraigadas en el
pensamiento.
Los pensamientos enfermizos se expresarán por medio de un cuerpo enfermo. Se
sabe que los pensamientos de temor han matado a más de un hombre tan
rápidamente como una bala, y están continuamente matando a miles de personas de
la misma manera, aunque más lentamente. Las personas que viven con miedo a la
enfermedad son las que enferman. La ansiedad desmoraliza rápidamente a todo el
cuerpo y lo abre para la entrada de la enfermedad; los pensamientos impuros,
aunque no sean consentidos físicamente, pronto destrozarán el sistema nervioso.
Los pensamientos fuertes, puros y alegres construyen un cuerpo vigoroso y grácil. El cuerpo es un instrumento delicado y plástico que responde prestamente a los pensamientos que se imprimen en él, y los hábitos de pensamiento producen sus propios efectos, buenos o malos, en él.
El hombre continuará teniendo sangre impura y envenenada mientras siga teniendo malos pensamientos.
De un corazón limpio salen una vida y un cuerpo limpios. De una mente deshonrada derivan una vida deshonrada y un cuerpo corrupto.
El pensamiento es la fuente de la acción, la vida y la manifestación; haz que la fuente sea pura y todo será puro.
Un cambio en la dieta no puede ayudar a un hombre que no cambia sus pensamientos. Cuando un hombre tiene pensamientos puros, ya no desea el alimento impuro.
Los pensamientos limpios hacen hábitos limpios.
Aquel que se dice santo y no desea lavar su cuerpo, no es santo. Aquel que ha fortalecido y purificado sus pensamientos, no necesita considerar al malévolo microbio.
Si quieres perfeccionar tu cuerpo, vigila tu mente.
Si quieres renovar tu cuerpo, embellece tu mente.
Los pensamientos de malicia, envidia, pesimismo, le quitan al cuerpo su salud y su gracia. Una cara no se vuelve amarga por casualidad; está hecha de pensamientos amargos. Esas arrugas que estropean vienen del orgullo, la locura y la pasión sin medida.
Conozco a una mujer de noventa y seis años que tiene el rostro luminoso e inocente de una niña. Conozco a un hombre joven cuyo rostro ha adquirido contornos inarmónicos. El primer caso es el resultado de una disposición dulce y luminosa; el segundo es el resultado de la pasión desmedida y el descontento.
Así como no puedes tener una morada dulce y completa a menos que dejes entrar el aire y la luz del sol libremente en sus habitaciones, así también un cuerpo fuerte y luminoso y un semblante luminoso, feliz y sereno sólo pueden ser el resultado de la admisión de pensamientos de gozo, buena voluntad y serenidad en la mente.
En los rostros de los ancianos hay arrugas producidas por la comprensión, otras por el pensamiento fuerte y puro, y otras están surcadas por la pasión desmedida. ¿Quién no podría distinguirlas?.
Para aquellos que han vivido correctamente, la vejez es tranquila, pacífica y dulce como una puesta de sol.
He visto recientemente a un filósofo en su lecho de muerte. No era Viejo más que en cuestión de edad.
Murió dulce y pacíficamente, como había vivido.
No hay mejor médico para curar los males del cuerpo que el pensamiento alegre; no hay nada que conforte más que la buena voluntad para dispersar las sombras de las penas y las tristezas. Vivir continuamente con pensamientos de mala voluntad, cinismo, sospecha y envidia, es estar confinado a una prisión construida por uno mismo. Pero pensar bien de todo, estar alegre con todo, aprender pacientemente a encontrar lo bueno en todo, tales pensamientos son las puertas del cielo; morar cada día en pensamientos de paz hacia cada criatura traerá abundante paz a su poseedor.
Extracto de: Como un hombre piensa, así es su vida
james allen
Fuente:https://www.trabajadoresdelaluz.com/