Comunicaciones relativas a los ángeles.

 Andrés: Yo pensaba que el ángel era lo mismo que el espíritu guía.

Mae: No, son diferentes; recuerda, te guía, no te dirige. Avalon y yo te guiamos. Pero tu ángel es el que está para cuidarte.

Andrés: ¿Y el ángel es un espíritu?
Mae: Los ángeles son espíritus, y como tales, nunca han encarnado. Se mantienen como fueron creados, por eso es que hay ángeles jóvenes, mayores y menores. Los santos son los que encarnan, porque ellos vienen a sufrir la vida terrenal para poder tener santidad. Pero los ángeles son cuidadores de almas y nunca han encarnado, porque eso les quita su calidad de ángel.

Andrés: ¿Y cada uno tiene un ángel?

Mae: Sí, hay ángeles de la guarda y muchos otros. Hoy día, tú puedes estar con el ángel de la verdad, mañana con el ángel de la creatividad, depende de lo que necesites.

Siempre va a estar un ángel que te esté cuidando y te va a guiar en la actividad que estás haciendo. Y, además, tienes tu ángel protector que es tu ángel de la guarda; busca el tuyo, lo vas a encontrar.

Andrés: ¿De la misma forma?

Mae: Sí, ellos toman su propia forma de presentarse.

Andrés: Pero no se presentan.

Mae: Sí, se presentan. Lo que pasa es que tú no los miras.

(Pausa. En ese momento, Mae exclama: ¡Qué lindos son, por Dios!)

“Son ángeles guardianes, tanto tú como Elizabeth los tienen. Por un lado, hay espíritus que nunca han sido terrenales y hay otros que sí lo han sido, y que han sido parte de la familia o que han tenido un estrecho contacto con nuestros espíritus durante otras vidas, pero que en este momento no están en forma terrenal. Ellos están para ayudarnos permanentemente junto con nuestros maestros. Pero cuando tengamos angustias, cuando tengamos cosas bien terrenales, cerremos los ojos y pensemos en nuestros ángeles guardianes. Y díganles: “Ángeles guardianes, rodeen mi espacio, rodeen mi cuerpo, rodeen mi espíritu, envíenme energía, envíenme la luz que yo necesito para esta situación”. Aunque no los veamos, los vamos a sentir y vamos a percibir su presencia y el calor de nuestros ángeles guardianes.

En otra sesión en que Andrés trabajaba con Mae, ella comienza a relatar:

Mae: Estoy en un túnel horizontal, blanco, con mucha luz y voy con un ángel con cara de niño. Me está llevando hacia una de las salidas del túnel. Salgo, estoy en una luz blanca, el ángel me tiene de la mano, y desde arriba los veo a ustedes. Cada uno tiene un ángel que los está cubriendo de luz. El tuyo, Elizabeth, te está poniendo una luz azul.

Ponte bien derecha, está en este momento sobre tu cabeza mirando hacia a ti, y con sus manos sobre tu cabeza está esparciendo alrededor de tu cuerpo una luz azul, radiante, muy fuerte. Y esa luz por fuera es azul, por dentro es rojiza, anaranjada, y lo que va a tu cuerpo, lo que está en contacto con tu cuerpo es rosado. El ángel te toca el pelo, se pone ahora en tu espalda, es un niño. El tuyo, Andrés, está sentado en tu hombro izquierdo, también es un niño, es más travieso; te está llenando de una luz amarilla y en su interior es blanca; se hacen gestos entre ellos. Y yo estoy sentada en el aire con las piernas cruzadas mirando esta situación, y mi ángel está sentado al lado mío mirándome y transmitiéndome pensamientos, porque no me habla. Y me dice: ángel de mi guarda, dulce compañía. Que los invoquemos todos los días, que no importa que seamos adultos, dice.

“Nosotros protegemos de la negatividad a los niños y adultos, no dejen de invocarme todos los días, pidiendo: ángel de mi guarda, dulce compañía. Esto va para los tres.

Andrés: ¿Tienen nombre estos ángeles?

Mae: Dicen que no, porque son ángeles niños encargados de proteger y sellar para impedir que entre la negatividad. Que no son los ángeles de la guarda propiamente tales, sino ángeles que nosotros invocamos cuando tenemos un poco de angustia, cuando estamos solo s, y dice que nuestros ángeles protectores son otros. Nuestros ángeles protectores son maestros... son otros. Misrael es un ángel que podemos invocar los tres, Uriel es otro ángel que podemos invocar, el arcángel Miguel también puede venir.

Misrael, Uriel y Miguel son ángeles que se pueden invocar cuando estamos haciendo este tipo de trabajo. Ellos son arcángeles, son ángeles superiores. Estos que veo ahora son ángeles niños que protegen... ahora se van... se están yendo los tres y yo sigo sentada aquí arriba. Hay mucha luz, pero como de sol brillante, de día, muy claro, y estoy sentada en el aire y ustedes dos están acá abajo, y los ángeles acaban de retirarse y los dejaron cubiertos con sus luces, y yo estoy en una luz blanca. Mediten un minuto que ya los maestros vendrán.

Andrés: Gracias por su presencia y cubrirnos de luz para protegernos.

(Pausa)

Mae: Reaparecieron los angelitos.

Andrés: Les pido que nos carguen de energía.

Mae: Ahora están tirando luz, están los tres arriba, yo estoy acá abajo en la camilla con Andrés y Elizabeth, y ellos están tirando una luz blanca que nos está cubriendo a los tres... Se fueron.

En otra oportunidad, a través de Elizabeth, los maestros nos dijeron: “El ángel de la guarda siempre está pegado a ti, no tiene otro destino”. Y Heraldo nos comunicó: “No olviden llamar a los ángeles; tanto tu ángel custodio como ángeles que ayudan en distintos planos pueden colaborar en tu labor con las personas afectadas a quienes tú tratas. Recurre a cada uno de los ángeles de sanación. Nosotros trabajamos en distintos aspectos, no solo con los maestros que están en nuestro nivel, sino que tenemos ángeles como ayudantes, ángeles que pueden ayudar a traer la energía necesaria para cicatrizar heridas, para sanar enfermedades o distintos problemas”.



Extracto de MAESTROS ESPIRITUALES I
Mensajes y sanación
Salim Hodali - María Eugenia Muñoz - Erna Lueg