Ramtha - Es posible adueñarse de todo en una sola vida

¿Y es posible adueñarse de todo esto en una sola vida? ¡ Claro que lo es! Porque si uno tiene el privilegio de ir por la vida como un conquistador y conquistarse a sí mismo, conquistando las limitaciones y la ignorancia propia de éstas, entonces uno llega naturalmente a un lugar —lo que te acabo de enseñar—; está dotado natural y afortunadamente de suficiente sabiduría como para ver la lógica y la sabiduría de dispersar los apegos, porque en su dispersión no hay amenaza ni hay coloración del Yo, de modo que no hay ninguna pequeña actitud que nos ate a otra vida.

¿Y es posible en una sola vida beberse todas las mañanas en las que Ra se eleva y salpica el cielo de la noche con colores rosa, púrpura y carmesí? ¡Claro que sí! ¿Y puedes en una sola vida beberte la luna mientras crece y mengua hasta el amanecer? ¿Es posible en una sola vida adueñarse de la experiencia de modo que esta experiencia quede para siempre? ¡Claro que sí! ¿Y no es posible en una vida haber comido y haberse deleitado en la comida? ¿Es posible en una vida haber bebido suficiente vino? ¡Claro que sí! ¿Es posible en una sola vida haber crecido hasta tal extremo que ni siquiera la vida es un apego? ¡Claro que sí!

Yo nunca hubiera querido estar en la rueda de la reencarnación, porque la rueda, entonces, me hubiera esclavizado. Y os diré, mi querida gente: la cosa más horrible y aterradora que os haya pasado nunca es haber nacido sin memoria de quién fuisteis una vez. Ese es el vino de semejante encantamiento, que es un terror. Y no tener plenas facultades de lo que una vez vi, supe y experimenté, y que esto sea abolido en mí en beneficio de una nueva vida en un nuevo cuerpo que no puede recordar, porque el cerebro no vivió en aquellos tiempos —haber tenido un cerebro que no pudiera recordar las mañanas que vi y, en verdad, las noches que conocí; las batallas en las que estuve y los soldados con los que conviví; y el olor de la pudrición, la sangre y las carnicerías; y sí, el jazmín, las aceitunas y el color de árboles de hojas plateadas junto a los ríos con sus verdes cañas, y aves silvestres, tan brillantes y maravillosas— el mero pensamiento de que eso sea abolido en mi conciencia es impensable.

Y, sin embargo, te he visto tantas vidas empezar de nuevo. Para mí, eso es impensable. Para ti, nunca has pensado en ello. Esa es la cosa más horrible que yo nunca pudiera pensar, porque estás realmente perdido a menos que tengas un modo, una dirección que en la noche de tu ignorancia y tu carencia de memoria neuronal pueda alumbrarte un camino, que instintivamente sabes seguir, pero que no puedes razonar con tu cerebro actual por qué deberías seguirlo. Qué prisión. Y no es fácil salir de ahí.

Es posible hacer todo esto en una sola vida. Y es posible enseñar a tus hijos a hacerlo todo en una vida cuando eres lo suficientemente sabio como para entender las trampas en las que caíste y enseñar a tus hijos a caer y a salir de ellas. Y cuando les enseñes eso, les habrás dado un conocimiento espiritual que da vida y que, a la larga, los salvará de tener que vivir una vida y preguntarse de qué se trató todo, sólo para morir y regresar, y darse cuenta de ese pequeño asunto del que no te ocupaste esta vez. Con este conocimiento no puedes evitar sino enfrentarte al asunto, porque esa es la mismísima cosa que te atormenta. Es la espina en tu costado, y tú lo sabes muy bien. Todo lo que tienes que hacer es verla. ¿Entiendes? ¿Cuántos de vosotros entendéis? Que así sea.

Ahora, en los días que van a seguir a esto, lo que hago y lo que puedo hacer por ti es que yo quiero y voy a elevar la conciencia de esas pequeñas actitudes, y ayudaré a crear circunstancias alrededor de ellas para que veas cómo empiezan a aflorar. Y no son ni buenas ni malas; son oportunidades. Y cuando veas la oportunidad entiende que la estoy empujando hacia ti para que hagas algo con ella. Puedes hacer lo que quieras con ella, o puedes regresar a tu vieja filosofía, tus viejos horóscopos, tus propias drogas, tu propia forma de beber sin control -puedes regresar a todo eso—, pero nunca encontrarás resolución en ello. Esa es tu elección. O también puedes quedarte desnudo, desligado, y total y extraordinariamente poderoso. Yo conozco el camino a casa. No vas a perder demasiado el control, te lo prometo. Que así sea.


RAMTHA

Extracto de EL LIBRO AZUL