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No son solo
un problema para la naturaleza...
"de tamaño inferior a 5 milímetros que derivan, en parte, de la fragmentación de los macroplásticos que llegan mayoritariamente al medio acuático y que, por su difícil degradación, permanecen en el medio ambiente durante décadas", como define la Agència Catalana de Seguretat Alimentària.
Según cita este organismo, en los últimos años se han detectado microplásticos en algunas especies animales que forman parte de nuestra dieta, pero también en otros alimentos:
"Aparte del pescado y marisco, también se han identificado otras vías de entrada de microplásticos en la cadena alimentaria, como es el caso de la sal marina, la cerveza, la miel, el azúcar y el agua del grifo".
La sal contenía microplásticos en el 66% de las muestras, los moluscos en el 71% y los crustáceos en el 66%.
"Se han identificado
otras vías de entrada de microplásticos
en la cadena alimentaria,
como es el caso de la sal marina,
la cerveza, la miel, el azúcar
y el agua del grifo"...
Comprar a granel y, en el caso de comprar productos envasados, elegir preferentemente los que no usan plástico.
Olvidarse de bolsas de plástico y cambiarlas por reutilizables o por un carro, y limitar el uso de bolsas de basura.
Buscar alternativas duraderas y biodegradables a productos desechables como maquinillas de afeitar, bastoncitos, toallitas húmedas...
Utilizar una cantimplora metálica o una botella reutilizable no de plástico para el agua
En los textiles, opta por las fibras naturales (algodón, lino...) antes que las sintéticas (poliéster, elastán...), salvo que procedan de plástico reciclado.
Fuente: https://www.bibliotecapleyades.net