Annie Besant - Las formas de pensamiento y sus efectos.

Refirámonos ahora al segundo efecto del pensamiento: la creación de una forma definida. Todos aquellos que han estudiado los asuntos que nos ocupan, saben lo que es la esencia elemental, esa extraña manifestación semi-inteligente que nos rodea, vivificando a la vez la materia del plano astral y .la del plano mental.

Esa materia se moldea, pues, muy fácilmente bajo la influencia del pensamiento humano, y todo impulso que brote del cuerpo mental o del cuerpo astral crea inmediatamente una especie de vehículo temporal que se reviste con esta materia vitalizada.
Así es como un pensamiento o un impulso se convierten, por un tiempo determinado, en una especie de entidad viviente, en la cual la forma de pensamiento será el alma, y la materia vivificada, el cuerpo. Los escritores teosóficos reemplazan, pues, la antigua definición de materia astral o mental, animada por la esencia monádica, en uno de los estados del reino elemental, por la simple palabra "esencia elemental", y casi siempre dan a las formas de pensamiento el nombre de “elementales". Puede haber una variedad muy grande en el color y el aspecto de las formas producidas por la mente, pues cada pensamiento atrae alrededor de él la materia apropiada para su expresión, y la pone al unísono con su propia fuerza. Por lo tanto, el carácter del pensamiento determina el color, y es del más alto interés el estudio de las variaciones y combinaciones a que puede dar origen.

Una forma de pensamiento puede ser comparada a una verdadera botella de Leyden; la envoltura de esencia viviente simboliza la botella, y la energía del pensamiento, la electricidad que la carga. Si el pensamiento de un hombre o sus sentimientos son proyectados hacia una persona determinada, la forma de pensamiento irá directamente a su objeto y afectará los vehículos astral y mental de quien las reciba. Si el pensamiento es egoísta, si el ser que lo engendra no piensa sino en sí mismo (como sucede la mayor parte de las veces), la forma vagará constantemente cerca de su progenitor, siempre pronta a actuar sobre él mismo tantas veces como lo encuentre en un estado pasivo.

Pongamos un ejemplo: un hombre que ceda frecuentemente a pensamientos impuros podrá olvidarlos mientras permanezca engolfado en la corriente diaria de sus negocios, y sin embargo las formas de pensamiento se ciernen sobre él, semejantes a una espesa nube; pues toda su actividad mental es dirigida en otra dirección, y su cuerpo astral no es sensible sino a las vibraciones similares. Pero cuando las actividades exteriores disminuyen, cuando el hombre se entrega al descanso después del trabajo, y su mente está pasiva, sentirá la corriente insidiosa de las vibraciones impuras dirigirse hacia él. Si la conciencia de este ser está despierta hasta cierto grado, se dará cuenta del hecho que acabamos de explicar, y dirá que "esta tentación es la obra del diablo"; y sin embargo, la verdad es que este asalto del mal no viene del exterior más que en apariencia: no es sino la reacción de sus propias formas de pensamiento.

Cada hombre se mueve en un espacio, encerrado como en una caja construida por él mismo, rodeado por los cúmulos de formas de pensamientos acostumbradas. Por lo tanto, sólo ve el mundo a través de este conjunto, y, naturalmente, matiza todas las cosas con su propio color dominante, y toda la gama de vibraciones que lo afectan son más o menos modificadas por su propio tinte personal. Así es que el hombre no ve nada con exactitud hasta que ha aprendido a dominar por completo los sentimientos y los pensamientos; hasta este momento, todas sus observaciones deben hacerse a través de su medio propio, el cual deforma y descolora todo cuanto lo afecta, a semejanza de un mal espejo.

Si el pensamiento no se dirige deliberadamente hacia alguien, si no se fija en el ser a quien es enviado, flota simplemente en la atmósfera, radiando sin cesar vibraciones análogas a las que han sido puestas en movimiento por su creador. 'Si el pensamiento no se pone en contacto con otros cuerpos mentales, esta vibración disminuye gradualmente de energía y acaba con la disolución de la forma de pensamiento; si, al contrario, esta vibración consigue despertar en un cuerpo mental cercano una vibración simpática, las dos vibraciones se atraerán y la forma de pensamiento es, generalmente, absorbida por este nuevo cuerpo mental. Así vemos que la influencia de la forma de pensamiento no va tan lejos como la que depende de la vibración original; pero dentro de los límites de su acción procede con una precisión mayor .

Su influencia sobre el cuerpo mental no solamente da origen a un pensamiento semejante, sino que reproduce el mismo pensamiento.

Millares de seres podrán ser afectados por la radiación de que acabamos de hablar, la cual producirá en ellos pensamientos del mismo orden, y sin embargo podrá suceder que ninguno sea exactamente igual al original. La forma de pensamiento puede no ser absorbida sino por algunas personas; y en este caso, bastante raro, reproducirá la idea inicial. La creación de ciertas formas geométricas por medio de vibraciones es ya conocida por aquellos que han estudiado la acústica y han reproducido frecuentemente en los laboratorios de física las figuras denominadas de Chladni.

Haremos una breve descripción para aquellos de nuestros lectores que no están al corriente en esto. Una placa vibratoria de Chladni se hace de cobre o de cristal; en la superficie de esta placa se extiende una capa de arena fina; los bordes de la placa están ligeramente doblados hacia arriba. La arena es lanzada al aire por la vibración producida por el arco de violín, y al caer sobre la misma toma formas regulares. Tocando el reborde de la placa en diferentes puntos se obtienen notas distintas, y, por consiguiente, formas diferentes. Si las figuras se comparan con las que han sido obtenidas por la vibración de la voz humana, se podría observar un curioso parecido. En este caso, "las formas debidas a la voz", que han sido admirablemente estudiadas y reproducidas por Mme. Watts Hughes, son verdaderos testimonios del hecho de que hemos hablado. 

El estudio de estas formas es sumamente interesante, y la obra que mencionados deberían poseerla todos aquellos que deseen profundizar este punto.

Sin embargo, pocas personas se han dado cuenta de que las formas descritas en dicha obra son debidas a la acción y reacción de las vibraciones que las han creado. Muchos ignoran igualmente que existe una máquina por medio de la cual es posible dar a un péndulo dos movimientos simultáneos y registrarlos exactamente por medio de un aparato gráfico adaptado a dicho mecanismo. Si reemplazamos al movimiento del péndulo por las vibraciones producidas por el cuerpo astral o por el cuerpo mental, tendremos el modus operandi de la construcción de las formas por medio de las vibraciones astral es o mentales (1).

Las figuras obtenidas de un estudio que ofrece el más alto interés: "Las formas debidas a las vibraciones", por F. Bligh Bond, el cual, por medio de péndulos, ha conseguido un buen número de notables dibujos.

El péndulo es suspendido de una tira de acero templado que no puede ejecutar más que dos movimientos en ángulo recto. Cuatro péndulos son colocados de dos en dos, moviéndose en ángulos rectos los unos con relación a los otros, y están unidos por hilos que juntan los alambres de los péndulos de dos en dos; sus movimientos reunidos se transmiten por medio de hilos a una tabla central, de donde la tensión de las cuerdas elásticas va a los puntos de adelante para dar y recibir la alternación de los movimientos. El cuadro movible sostiene la pluma, la cual baja o se levanta mediante la suspensión elástica que tiene una cuerda de afloje, y cuando se desea obtener una figura, el péndulo es movido por el ajuste de su peso movible y se pone en movimiento, y entonces la pluma puede caer sobre la hoja de papel.

Teóricamente no existen límites al número de péndulos que pueden ser combinados de este modo. Los movimientos de los péndulos son rectilíneos, pero dos vibraciones rectilíneas de igual amplitud, con un movimiento en ángulo recto del uno sobre el otro, dan origen a un círculo si los movimientos son alternativamente regulares, ya una elipse, si son menos regulares o desiguales.

Una vibración circular puede ser obtenida también por medio de un péndulo que se mueva libremente en el centro de una superficie, al cual se ha impreso un movimiento rotatorio. De este modo se produce una maravillosa serie de dibujos, y su semejanza con las formas de pensamiento es muy notable. Esto será suficiente para demostrar que las vibraciones pueden ser fácilmente transformadas en figuras.

Es maravilloso observar que muchos de los dibujos hechos aparentemente al azar por la máquina en cuestión corresponden exactamente a los tipos más elevados de formas de pensamiento que han sido creadas en la meditación.

Estamos persuadidos de la existencia de fuentes de inagotables riquezas científicas en el hecho que acabamos de citar, y esto aunque todavía se requieran pacientes investigaciones antes de poder afirmar de manera categórica el significado exacto de esos fenómenos. Evidentemente, esto demuestra que si dos fuerzas del plano físico, correspondientes la una con la otra en cualquier sentido, pueden crear una forma que corresponde exactamente a la producida en el plano mental por un pensamiento complejo, este pensamiento ha debido poner en movimiento, para ser generado, dos fuerzas simétricas en el plano mental.

Sólo nos falta saber qué son estas fuerzas y cómo actúan; y si somos capaces de resolver este problema es probable que se abrirá para nosotros un nuevo campo de profundos conocimientos y útiles enseñanzas.

(1) Mr. Joseph Gould, Stratford House, Nottingham, proporciona el péndulo de movimientos combinados que produce estas figuras maravillosas.



Extracto de FORMAS DE PENSAMIENTO
Annie Besant y Charles W. Leadbeater




Fuente:
www.trabajadoresdelaluz.com
23 de Octubre 2018