por Vicki Batts
En solo 24 horas, la pesadilla de Mia en Gardasil ya se estaba desarrollando. La familia dice que a la mañana siguiente de ser golpeada, Mia no podía caminar y tenía una sensación de ardor que le recorría la espalda. En cuestión de semanas, la parálisis se extendió a las cuatro extremidades.
En solo 24 horas, la pesadilla de Mia en Gardasil ya se estaba desarrollando. La familia dice que a la mañana siguiente de ser golpeada, Mia no podía caminar y tenía una sensación de ardor que le recorría la espalda. En cuestión de semanas, la parálisis se extendió a las cuatro extremidades.
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