De dónde vienen nuestras emociones.

- De qué están hechas las emociones atrapadas.


En el universo todo está hecho de energía, aunque esta energía se manifieste de forma física o permanezca invisible. Es la particular disposición de estas energías y sus frecuencias específicas de vibración las que determinan como ellas van a manifestarse en nosotros.

En el nivel más básico, todo lo que existe está hecho de la misma cosa: energía. No sólo tú estás hecho de energía, sino que otras formas de energía están atravesando tu cuerpo en este preciso momento. La energía que no podemos ver está alrededor nuestro en forma de ondas de radio, rayos X, infrarrojo, ondas de pensamiento y emociones.

Podemos sentir la energía cuando se presenta en forma de emociones. Si energías emocionales negativas quedan atrapadas en nosotros, pueden afectarnos de manera desfavorable. Las emociones atrapadas están hechas de energía, al igual que la energía conforma nuestros cuerpos y todo lo demás en el universo.


- De dónde vienen nuestras emociones.

Hace miles de años, los antiguos médicos eran astutos observadores del cuerpo humano. Descubrieron que aquellas personas, cuyas vidas estaban dominadas por una emoción en particular, tendrían dolencias correspondientes. Por ejemplo, las personas cuyas vidas estaban regidas por la ira parecían sufrir de problemas de hígado y vesícula. Las personas que pasaban sus vidas sintiendo angustia sufrían a menudo de problemas de pulmón y colon. Las personas temerosas parecían tener problemas de riñón y vejiga.

Eventualmente, se hizo una correlación entre las emociones que experimentamos y varios órganos de nuestro cuerpo. Se creía que los mismos órganos eran los que en verdad producían las emociones que las personas sentían.

En otras palabras, si sientes la emoción de miedo, tus riñones o vejiga están creando esa energía particular o vibración. Si sientes angustia, ella es producida por tus pulmones o tu colon, y así sucesivamente.

Por supuesto, ahora sabemos que ciertas áreas del cerebro se activan cuando sentimos determinadas emociones. También sabemos que hay un componente bioquímico de las emociones que sentimos. Dr. Candace Pert, en su libro Molecules of Emotion (Las Moléculas de la Emoción) explica claramente este costado bioquímico de nuestra naturaleza, el cual es perfectamente válido.

Después de mucha experiencia ganada de la práctica clínica, estoy convencido de que los órganos del cuerpo realmente producen las emociones que experimentamos. Los antiguos médicos tenían razón.

Si estás sintiendo una emoción de ira, no viene de forma entera de tu cerebro sino que es en verdad emanada por tu hígado o vesícula. Si estás sintiendo la emoción de traición, la emoción es emanada de tu corazón o tu intestino delgado.

Recuerda que solíamos pensar que el cuerpo y la mente estaban separados y eran distintos, pero su línea divisoria se ha borroneado a tal punto que no sabemos dónde empieza la influencia de una y dónde termina la otra.

La gente a menudo se sorprende al aprender que varios órganos de nuestros cuerpos producen las emociones que sentimos. Sin embargo, hay correcciones a este principio en la vida que son bastante distintas, a pesar de que escapan a la atención de la mayoría de los médicos.


- La medicina energética.

La sanación Energética es una de las prácticas más antiguas conocidas en el mundo de hoy. Desde el 4000 A.C., los curanderos han comprendido que nuestra salud depende en gran manera de la calidad de energía que circula y conforma nuestros cuerpos. En la medicina china, esa energía es llamada “Qi” o “Chi”. En la Antigua India o Medicina Ayurvédica, esta energía es llamada “Prana”. Los desequilibrios de esta parte de nuestra existencia pueden afectar profundamente nuestra salud física y mental.

Podemos comparar a esta energía con la electricidad.

No podemos ver la electricidad pero sí podemos sentirla. La electricidad es incolora e inodora. Es invisible, sin embargo, es seguramente real. Si alguna vez has puesto los dedos en un enchufe o has sufrido un shock por sacar la tostada de la tostadora, entonces sabes a lo que me refiero. ¡Puede ser que no la veas, pero definitivamente está allí!

Como seres humanos estamos acostumbrados a percibir las cosas de manera tal que conformen a nuestros sistemas de creencias. Formamos nuestras creencias acerca del mundo físico a una edad temprana.

Sabemos que si nos caemos de la trepadora de la escuela encontraremos el piso con un duro golpe; sin embargo, nunca podríamos imaginar que tanto el piso como la trepadora - tan sólidas como nos parecen - están hechas de energías vibrantes. Nos puede gustar pensar que el mundo que nos rodea es exactamente como estamos acostumbrados a verlo, pero Einstein, Tesla y otros nos han demostrado que el universo es en verdad mucho más complejo y maravilloso de lo que alguna vez hayamos podido imaginar.


- El Mundo Cuántico.

Debes recordar aquel viejo dicho: “Lo conozco como la palma de mi mano...”. Pero, ¿qué tan bien conoces la palma de tu mano?

Échale un vistazo. Tus ojos ven la superficie de tu piel con sus arrugas, uñas y pequeños pelitos. Sabes exactamente cómo se ve la palma de tu mano desde esa perspectiva. Pero si magnificas tu mano bajo un microscopio ya no verás la misma piel y arrugas con las que estabas familiarizado. En cambio, podrías pensar que estás mirando la superficie de un planeta extraño cubierto de colinas y valles.

Sube la potencia de tu microscopio, aumentando el tamaño de tu piel 20.000 veces, y verás un campo lleno de células. Auméntalo mucho más y verás moléculas.

Aumenta esas moléculas y verás los átomos que conforman esas moléculas. Aumenta esos átomos y verás las nubes de energía subatómica que conforman esos átomos: los electrones, protones, neutrones y otras partículas subatómicas. Sigue siendo la palma de tu mano, pero no se parece en nada a la mano que tú conoces.

Si la miras ahora, tu mano se ve sólida. Golpéala sobre la mesa y hace un lindo ruido sustancial. Tu mano puede parecer sólida, pero hay un montón de espacio vacío allí. A nivel subatómico, hay grandes distancias entre cada electrón en movimiento. Los átomos son 99, 99999999% espacio vacío. ¡Tu mano es 99,99999999% espacio vacío! ¡Si pudieras quitar todo el espacio vacío de entre los átomos de tu mano, quedaría tan pequeña que necesitarías un microscopio para verla! Virtualmente desaparecería, a pesar de que seguiría pesando lo mismo y contendría el mismo número de átomos.

Comprender esta idea podría llevarte un rato. Tu mano parece sólida, pero está compuesta por energía dinámica en constante vibración. De hecho, hoy por hoy los médicos entienden que las llamadas “partículas subatómicas” que conforman el átomo no son verdaderas partículas para nada. En cambio, miden los contenidos del átomo en “unidades de energía” porque es mucho más preciso.


- Los pensamientos son energía.

Al igual que todos los demás en el universo, los pensamientos que tú creas están hechos de energía.

Mientras nos gusta pensar que todos nuestros pensamientos no dichos, son privados y que están confinados a nuestras propias cabezas, esto no es verdad.

Cada uno de nosotros es como una estación de radio, emitiendo de manera constante la energía de nuestros pensamientos que emana de nosotros y llena la inmensidad del espacio, tocando a todos aquellos alrededor nuestro para bien o para mal.

Esto no significa que podamos leer la mente de otras personas, pero la energía de los pensamientos de otras personas es detectada hasta cierto punto a nivel subconsciente. Trata de fijar la mirada atentamente a la nuca de alguien en una multitud e inevitablemente se dará vuelta y no tardará mucho en mirarte directamente a ti. Muchos de nosotros hemos tenido esta experiencia y si tú no la has tenido, inténtalo.

¡Siempre funciona!


- Todos estamos conectados.

La realidad es que la familia humana entera está conectada energéticamente. Cuando las personas sufren y mueren del otro lado del planeta, sentimos a nivel subconsciente sus gritos y agonía distantes y nos oscurecemos por ello. Cuando algo trágico ocurre en el mundo, el mundo entero lo percibe subconscientemente y es afectado por ello. Por otro lado, cuando cosas maravillosas ocurren nos dan brillo a todos juntos.

La conectividad que tenemos todos a menudo se manifiesta como sutiles pensamientos que salen a flote del nivel subconsciente a nuestras mentes conscientes.

Esta conexión de energía parece más fuerte entre madre e hijos. Las madres a menudo parecen poder presentir cuando uno de sus hijos está en problemas.

Llamamos a esto intuición materna y mi propia madre era una experta en eso. Nuestra conexión con nuestras propias madres es tal vez aún más fuerte debido al cordón umbilical espiritual que nos une a ellas.

El ejemplo más poderoso de esta conexión energética le ocurrió a una de mis pacientes hace unos años atrás.

Una noche, ella estaba sentada en su casa mirando televisión con su marido. De repente, empezó a experimentar severos dolores como golpes en todo su cuerpo que inexplicablemente se movían de un área a otra. La violencia de este ataque repentino fue aterradora y cuando terminó se sintió sumamente aliviada pero exhausta y atemorizada. Nunca antes había experimentado algo semejante y no tenía ni idea de qué había andado mal, de repente, en su cuerpo.

Sus intentos por explicar este bizarro y atroz ataque desconcertaron a todo el mundo, inclusive a sus médicos.

Tres días más tarde, recibió una llamada de su hijo, quien estaba trabajando en las Filipinas. Él la llamó desde la cama del hospital y le contó que había sido seriamente golpeado por la policía local unos días antes.

Cuando compararon el momento de su golpiza con el de su experiencia, era el mismo. De alguna manera, ella estaba lo suficientemente conectada con su hijo como para literalmente “sentir su dolor”. ¡Habla de intuición materna!


Extracto de:

EL CÓDIGO DE LA EMOCIÓN

Dr. Bradley Nelson


Fuente:   www.trabajadoresdelaluz.com