La meta suprema.

Acabáis de entrar en un periodo muy particular, muy agitado interior y exteriormente, mucho más agitado que el que habéis podido vivir durante los primeros meses de este año.

Sabed que es cuando todo se trastorna en vosotros y alrededor de vosotros que avanzáis realmente, con la única condición de que aceptéis las experimentaciones un poco difíciles.

En definitiva, ¿cuál es la meta suprema de vuestra existencia?

La meta suprema es conocer lo que sois, es lograr la unidad entre lo humano, el alma y lo Divino.

Algunos de vosotros os preguntáis: "¿El no tener consciencia de su alma ocasiona dificultades y conlleva una cierta nostalgia, incluso un desconsuelo?

¿Por qué querer tomar consciencia de vuestra alma si vosotros sois esa alma? Reconoced simplemente que, más allá del ser humano, vosotros sois vuestra alma, y que cada vez que decís cosas bellas, que amáis y que os sentís totalmente libres y felices, es vuestra alma la que se expresa.

La parte humana permite al alma vivir experiencias. El alma es energía, y como estáis en la materia es necesario, a través de vuestra consciencia humana y la de vuestra materia, que podáis vivir estas experiencias e informar a vuestra alma, para que pueda disfrutarlas y también para hacerla crecer.

Vuestra alma está constantemente con vosotros porque ella es vosotros. Vuestra alma se expresa constantemente, pero creéis que sois vosotros los que os expresáis.

No lográis comprender que no hay ninguna separación entre el ser humano que sois, esa parte maravillosa de vosotros mismos que se llama alma, y que contiene la suma de todas las experiencias que habéis vivido ya, y esa parte inmortal y divina que contiene todo el Amor Universal, que es vuestra Divinidad.

Vosotros disociáis estas tres partes de vosotros mismos, porque cuando estáis en vuestra humanidad no tenéis la impresión de ser igualmente vuestra alma y vuestra divinidad. Cerráis voluntaria e inconscientemente la exclusa que os permitiría acceder permanentemente a todas las partes de vosotros mismos.

Por supuesto, para un ser humano encarnado en la densidad de la materia, y si esta consciencia no le es un poco desvelada, es un poco difícil para él darse cuenta de que él es mucho más de lo que piensa, de lo que ve y de lo que siente de sí mismo.

No olvidéis lo que os hemos dicho: cada vez que os sentís en la dicha, en el Amor y la serenidad; cada vez que pronunciáis palabras de belleza, de bondad, de amabilidad; cada vez que os sentís realmente felices, ¡es vuestra alma quien se expresa! ¡Vuestra alma hace sentir esa felicidad y todas esas energías maravillosas a vuestra humanidad, y tenéis la impresión de que es vuestra parte humana quien las genera, cuando en realidad es vuestra alma! Poco a poco, se revelará a vosotros. Poco a poco, la sentiréis y la percibiréis.

El alma no es una pequeña partícula de energía: inunda totalmente todo lo que sois como parte humana, y se encuentra igualmente en vuestras partes energéticas, en vuestras multidimensionalidades, hasta vuestra alma madre que se encuentra en la cima. Es importante que tengáis consciencia de que es vuestra alma quien actúa a menudo en vosotros. No obstante, no vale la pena, por el momento, ir a buscar el alma madre que está en la cima de vuestras multidimensionalidades.

Os hablamos del alma como podríamos hablaros del Amor, porque es muy importante. El alma determina vuestra personalidad, pero a veces vuestra personalidad es tan fuerte que oculta totalmente esa otra parte de ella para expresarse. Cada vez que vuestra personalidad quiere expresarse sin estar completamente investida de vuestra alma, sólo expresa cosas inferiores como el sufrimiento, la rebeldía o la violencia.

Por supuesto, vuestra alma crece también a través de las energías inferiores, pero las soporta sólo momentáneamente. Luego las rechaza porque, seáis quien seáis, vuestra alma necesita de la belleza y del Amor. Necesita que haya armonía entre las tres partes de vosotros mismos. Aunque el alma acepte durante un tiempo un cierto sufrimiento para comprender lo que vive su parte inferior, llega rápidamente a la saturación.

¿Cómo expresar la belleza de vuestra alma? ¡Tratando de percibir vuestra propia belleza de humanos!

Os hemos dicho a menudo: "¡Amaos!" Cuando miréis vuestra imagen en el espejo, tratad de ver más allá en vosotros, al tiempo que os decís: "Sí, yo soy tal persona, pero alrededor de mí y en mí está mi alma que es maravillosamente bella, y también mi parte divina".

Tratad realmente de tener consciencia de que vuestra alma se expresa constantemente. Cuando tendréis consciencia de ello, vuestra vida dará un vuelco, todo cambiará debido al respeto de lo que sois más allá de lo humano, y ya no tendréis ganas de pronunciar palabras inferiores, ya no tendréis deseos de violencia, de sufrimiento, de juicio y de todo lo que arrastra constantemente al alma y a la parte humana hacia abajo.

Todos los seres humanos han llegado a un periodo en el cual los velos se levantarán, hagan lo que hagan. Los hombres tendrán dos soluciones: o interrogarán a esta magnífica Luz que deslumbrará sus vidas, o esta Luz los fulminará, si no están listos para percibir su realidad. Entonces estad listos para integrar, para sentir y para vivir esta magnífica Luz y este Amor tan poderoso que se desarrollará en vosotros.

Antes de que esto ocurra, tenéis todavía un trabajo de depuración, de comprensión, de desapego, de aceptación y de Amor Incondicional que hacer en vosotros mismos.

Amar incondicionalmente es no juzgar, ni a vosotros mismos, ni a nadie, es aceptar vuestros propios errores sin juzgar. Es también respetaros a vosotros mismos, es la certeza de que no volveréis a hacer hoy lo que habéis hecho ayer, es perdonaros totalmente.

Cuando os encontráis en ese Amor, no hay necesidad de perdonar, porque no tenéis nada que perdonar, porque lo habéis comprendido todo. A partir del momento en que comenzáis a sentir Amor Incondicional por vosotros o por otra persona, es muy fácil sentirlo por la multitud, porque tenéis otra visión de los demás y de vosotros mismos; de esta manera, avanzáis mucho más rápido.

No os decimos: "Sed indulgentes con los demás", os decimos más bien: "Todo es experiencia, no hay errores, sólo hay experiencias que vivís más o menos bien, con o sin culpabilidad." A partir del momento en que lo comprendéis, ya no tenéis juicios respecto a vosotros mismos, no tenéis remordimientos, y esto es muy importante.

Os hablamos de esto porque cada vez más integraréis energías que son totalmente diferentes, integraréis la luz fotónica.

Poco a poco, todo se transformará en vosotros, y sentiréis el Amor evolucionar, crecer y transformarse. A veces os quedaréis asombrados, maravillados, pero seréis transformados.


https://ducielalaterre.org
Monique Mathieu


Fuente: www.trabajadoresdelaluz.com