Seth: Realidad y creencias personales

 "The only way to keep from going backward is to keep going forward. Eternal vigilance is the price of success. There are three steps, and each one is absolutely essential. You must first have the knowledge of your power; second, the courage to dare; third, the faith to do." - Charles F Haanel -
Jane estaba muy satisfecha de que el libro de Seth estuviera por fin bien encarrilado después de tantas demoras. Su energía había llegado al límite en esos días. Tras su larga sesión del lunes por la noche, tuvo otra aún más larga en su clase de percepción extrasensorial el martes por la noche (y con Sumari añadidos). Ahora tocaba una tercera sesión.

Buenas noches. Reanudaremos el dictado.

Vosotros formáis el tejido de vuestra experiencia a través de vuestras creencias y expectativas. Estas ideas personales sobre vosotros mismos y sobre la naturaleza de la realidad afectan vuestros pensamientos y emociones. Creéis que vuestras creencias sobre la realidad son la verdad, y no las soléis cuestionar. Os parecen tan obvias, tan evidentes, que no os molestáis en examinarlas de cerca.

Así que en general las aceptáis sin cuestionarlas. No las conocéis como creencias sobre la realidad, sino que las consideráis características de la realidad misma. Con frecuencia estas ideas parecen indiscutibles, y forman parte de vosotros hasta tal punto que no se os ocurre especular sobre su validez. Se convierten en presupuestos invisibles, pero aun así tiñen y conforman vuestra experiencia personal.

Algunas personas, por ejemplo, no cuestionan sus creencias religiosas sino que las aceptan como hechos. Otras encuentran relativamente sencillo reconocer estos presupuestos internos cuando forman parte de un contexto religioso, pero no los logran ver en otros campos.

Es mucho más sencillo reconocer las propias creencias en lo que respecta a la religión, la política o temas parecidos, que localizar con precisión las creencias más profundas sobre sí mismo y sobre quién y qué es uno, particularmente en relación con la propia vida.

Muchas personas están completamente ciegas acerca de sus creencias sobre sí mismas y sobre la naturaleza de la realidad. Los pensamientos conscientes brindan excelentes pistas. A menudo os negáis a aceptar ciertos pensamientos que os llegan a la mente porque entran en conflicto con otras ideas normalmente aceptadas.

La mente consciente siempre trata de ofrecer una imagen clara, pero soléis permitir que las ideas preconcebidas no dejen actuar a esta inteligencia. Se ha puesto de moda culpar al subconsciente de los problemas y dificultades de la personalidad, con la idea de que allí quedan retenidos los episodios tempranos de la vida, cargados emotivamente y misteriosos. En Estados Unidos han crecido varias generaciones con la idea de que la parte subconsciente de la personalidad no era de fiar porque estaba llena de energía negativa y contenía sólo episodios desagradables de los que mejor era olvidarse.

Crecieron pensando que la mente consciente estaba relativamente indefensa, que la experiencia adulta se determinaba durante la infancia. Estos conceptos establecieron divisiones artificiales, y la gente aprendió que no debía intentar conocer la información «subconsciente».

Las puertas al ser interior debían cerrarse completamente. Sólo un largo psicoanálisis podía o debía abrirlas. La persona normal y corriente creía que era mejor no adentrarse en esos campos, así que, al aislar estas partes del ser, también se erigieron barreras que la separaban de la felicidad de su ser espontáneo interior. La gente se sentía separada del núcleo de su propia realidad.

El concepto del pecado original era muy pobre, limitado y distorsionado, pero al menos el remedio era sencillo: es posible lograr la salvación a través del bautismo, o en virtud de ciertas palabras o sacramentos o rituales (véase el Evangelio según San Marcos, 1, 1-11, por ejemplo).

La idea del subconsciente sucio, en cambio, dejó al hombre sin ninguna salida fácil. Los pocos rituales posibles requerían años de análisis, que sólo los muy ricos tenían el privilegio de permitirse.

Al mismo tiempo que crecía la idea del detestable subconsciente, la idea del alma se esfumaba. Millones de personas, por tanto, creían en una realidad en la que se veían privados de la noción de alma, y se veían abrumadas por el concepto de un subconsciente traicionero, si no definitivamente malvado. Se veían a sí mismas como egos vulnerables y solitarios, cabalgando peligrosamente y sin protección sobre las tumultuosas olas de los procesos involuntarios.

Casi al mismo tiempo muchas personas inteligentes se daban cuenta de que las nociones de dios de las religiones organizadas, y del cielo y del infierno, eran distorsionadas, injustas, y sonaban a cuentos de hadas para niños. Para estas personas no había dónde buscar ayuda.

Dadas las circunstancias, volcarse hacia el interior habría parecido una acción intrépida, ya que se les había enseñado que este interior contenía el origen de sus problemas. Los que no podían pagarse una terapia intentaron con todas sus fuerzas inhibir los mensajes de su ser interior, por temor a verse engullidos por las salvajes emociones infantiles.

Pues bien, en primer lugar, no existen limitaciones ni divisiones para el ser, aunque a fines expositivos se utilizará la palabra «ego» en el sentido que os es familiar. Lo cierto es que podéis confiar en partes de vosotros mismos que son inconscientes. Tal como veréis, podéis ir adquiriendo gradualmente una conciencia más consciente y despierta, y por tanto atraer a la conciencia fragmentos cada vez mayores de vosotros mismos. contenía el origen de sus problemas. Los que no podían pagarse una terapia intentaron con todas sus fuerzas inhibir los mensajes de su ser interior, por temor a verse engullidos por las salvajes emociones infantiles.

Vosotros respiráis, crecéis y realizáis constantemente multitud de actividades delicadas y precisas, sin ser conscientes de cómo efectuáis dichos procesos. Vivís sin saber conscientemente cómo mantenéis ese milagro de la conciencia física en el mundo de la carne y el tiempo.

Las partes aparentemente inconscientes de cada uno atraen átomos y moléculas del aire para formar la propia imagen. Los labios se mueven, la lengua articula el nombre propio. ¿Pertenece el nombre a los átomos y moléculas de los labios y la lengua? Los átomos y moléculas se mueven constantemente, se configuran como células, tejidos y órganos. ¿Cómo puede el nombre que articula la lengua pertenecer a ellos?

Los átomos no leen ni escriben, pero articulan sílabas complicadas capaces de comunicar a otros seres vivos desde un simple sentimiento a la información más complicada. ¿Cómo lo hacen?

Los átomos y las moléculas de la lengua desconocen la sintaxis del idioma que articulan. Cuando alguien empieza una frase no suele tener ni la más mínima idea consciente de cómo la acabará, pero da por supuesto que las palabras tendrán sentido, y que el significado de lo que quiere decir emanará sin problemas.

Todo ello ocurre porque los fragmentos internos del ser operan espontánea, alegre y libremente; ocurre porque vuestro ser interior cree en vosotros, aun cuando no creáis en él. Estas secciones inconscientes del ser funcionan sorprendentemente bien, a pesar de que habitualmente no comprendéis su naturaleza y función, y pese a la interferencia de vuestras creencias.

Cada persona experimenta una realidad única, distinta de la de cualquier otro individuo. Esta realidad sale al exterior desde el paisaje interno de pensamientos, sentimientos, expectativas y creencias. Quien cree que el ser interior trabaja contra él en vez de hacerlo para él, está impidiendo su funcionamiento, o, mejor dicho, lo fuerza a que se comporte de cierta forma debido a sus creencias.

La mente consciente tiene la capacidad de emitir juicios claros sobre la propia situación en la realidad física, pero las falsas creencias suelen impedirlo porque las ideas egotistas empañan la visión.

Vuestras creencias pueden ser como vallas que os cercan.

Primero debéis reconocer la existencia de estas vallas: si no las veis ni siquiera os daréis cuenta de que no sois libres, porque no veréis lo que se encuentra más allá de las vallas y éstas serán las fronteras de vuestra experiencia.

Hay una creencia, sin embargo, que destruye las barreras artificiales de la percepción, una creencia en expansión que traspasa automáticamente las ideas falsas e inhibidoras.

EL SER NO TIENE LÍMITES

Esta afirmación es una declaración de hecho. Existe independientemente de que creáis o no en ella. De este concepto se infiere otro:

NO HAY FRONTERAS NI SEPARACIONES DEL SER

Las que experimentáis son el resultado de creencias falsas. De aquí si infiere la idea que ya he mencionado:

VOSOTROS ELABORÁIS VUESTRA PROPIA REALIDAD

Para comprenderos vosotros mismos y lo que sois, podéis aprender a experimentaros directamente al margen de vuestras creencias sobre vosotros mismos. Ahora le pido al lector que se siente en silencio, cierre los ojos, y trate de percibir dentro de sí el profundo tono emocional que mencioné anteriormente (en la sesión 613 en el capítulo 1). No es difícil de hacer.

Puesto que sabéis que ese tono emocional existe dentro de vosotros, eso os ayudará a reconocer sus ritmos profundos. Cada persona siente ese tono a su manera, así que no os preocupéis sobre cómo deberíais sentirlo. Simplemente repetios que existe, que está compuesto de las grandes energías de vuestro ser hecho carne.

Después abandonaos a la experiencia. Si estáis acostumbrados a palabras como «meditación», tratad de olvidarla durante este proceso. No empleéis ningún nombre. Liberaos de los conceptos y experimentad vuestro propio ser y el movimiento de vuestra propia vitalidad. No os preguntéis: «¿Es correcto? ¿Lo estoy haciendo bien? ¿Estoy sintiendo lo que debería sentir?». Este es el primer ejercicio del libro. No debéis utilizar los criterios de otras personas. No hay más normas que los propios sentimientos.

No se recomienda ningún límite de tiempo en particular. Debe ser una experiencia placentera. Aceptad lo que ocurra como únicamente vuestro. El ejercicio os pondrá en contacto con vosotros mismos, os devolverá a vuestro ser. Siempre que estéis nerviosos o preocupados, dedicad unos breves momentos a sentir este tono emocional interior, y os encontraréis centrados en vuestro propio ser, seguros.

Cuando hayáis realizado este ejercicio varias veces, sentid estos profundos ritmos salir de vosotros en todas direcciones, como en verdad lo hacen. Electromagnéticamente irradian hacia afuera a través del ser físico, y, tal como explicaré más adelante, forman tanto el entorno que conocéis como vuestra imagen física.

Os dije que el ser no estaba limitado, pero sin duda creéis que vuestro ser acaba donde vuestra piel roza el espacio, que estáis dentro de vuestra piel. Pero vuestro entorno es una extensión de vuestro ser. Es el cuerpo de vuestra experiencia, fundido en forma física. El ser interior forma los objetos que conocéis de manera tan segura y automática como forma un dedo o un ojo.

Vuestro entorno es la imagen física de vuestros pensamientos, emociones y creencias hechos visibles. Puesto que vuestros pensamientos, emociones y creencias se mueven a través del espacio y del tiempo, influís en condiciones físicas externas a vosotros.

Considerad la maravillosa estructura del cuerpo desde el punto de vista físico. Lo percibís como sólido, de igual manera que percibís el resto de la materia física; no obstante, cuanto más se explora la materia, más evidente se hace que en su interior la energía adopta una configuración específica (en forma de órganos, células, moléculas, átomos, electrones), cada una menos física que la anterior, cada una combinada en una misteriosa Gestalt para formar materia.

Dentro del cuerpo, los átomos giran. Hay un tumulto y actividad constantes. La carne, que parecía tan sólida, está compuesta de partículas que se mueven velozmente -a menudo describiendo órbitas unas alrededor de las otras- con un continuo intercambio de energía.

La materia, el espacio fuera de tu cuerpo, está compuesta de los mismos elementos, pero en distinta proporción. Y hay un continuo intercambio físico entre la estructura que llamáis vuestro cuerpo y el espacio fuera de él: interacciones químicas, intercambios básicos sin los cuales la vida tal como la conocéis sería imposible.

Contener la respiración es morir. La respiración, que representa la sensación física más íntima y necesaria, debe fluir hacia afuera desde lo que sois, y pasar al mundo que parece

Cualquier emoción libera hormonas, pero éstas también abandonan el cuerpo al hacerlo el aire de la respiración; en este sentido puede decirse que liberáis sustancias químicas a la atmósfera, que luego la afectan. no ser vosotros. Físicamente, fragmentos vuestros abandonan el cuerpo constantemente y se entremezclan con los elementos. Sabéis lo que ocurre cuando se libera adrenalina por el flujo sanguíneo: os estimula y os prepara para la acción. Pero en otros aspectos la adrenalina no se queda en el cuerpo: es lanzada al aire y, aunque transformada, afecta a la atmósfera.

Las tormentas físicas, por tanto, son causadas por estas interacciones. Os repito que dais forma a vuestra realidad, y esto incluye el tiempo atmosférico físico (que es el resultado global de las reacciones individuales).

Más adelante explicaré con más detalle este punto en particular. Estáis en la existencia física para aprender y entender que vuestra energía, traducida a sentimientos, pensamientos y emociones, causa todas las experiencias. No hay excepciones.

Una vez comprendido esto, sólo tenéis que aprender a examinar la naturaleza de vuestras creencias, ya que éstas hacen que sintáis y penséis de cierta forma. Las emociones dependen de las creencias, y no a la inversa. .

Me gustaría que reconocierais vuestras creencias en diversos campos. Debéis daros cuenta de que toda idea que aceptáis como verdad es una creencia que sostenéis. El siguiente paso es decir: «Esto no es necesariamente verdad, a pesar de que lo crea». Confío en que aprenderéis a hacer caso omiso de todas las creencias que impliquen limitaciones básicas

Más adelante comentaremos algunas de las razones por las que albergáis tales creencias, pero por ahora simplemente quiero que las reconozcáis. .

Voy a enumerar algunas creencias restrictivas falsas. Si descubrís que estáis de acuerdo

1. La vida es un valle de lágrimas. con cualquiera de ellas, deberéis trabajar personalmente en esa área.

2. El cuerpo es inferior. Al considerarlo simple vehículo del alma, se lo degrada automáticamente.

Tal vez creáis que la carne es inherentemente mala, que sus apetitos son incorrectos. Los cristianos pueden considerar al cuerpo deplorable, al creer que el alma descendió a él («descender» implica el cambio de una condición superior o mejor a otra peor). Los seguidores de las religiones orientales a menudo creen también que es su deber negar la carne, erigirse sobre ella, por así decirlo, en un estado donde nada se desea (la «vacuidad» del Taoísmo, por ejemplo). Aunque su vocabulario es distinto, también creen que la experiencia terrestre en sí misma no es deseable.

3. Estoy indefenso ante circunstancias que no puedo controlar.

4. Estoy indefenso porque mi personalidad y carácter se formaron en mi infancia, y estoy a merced de mi pasado.

5. Estoy indefenso porque estoy a merced de los sucesos vividos en otras encarnaciones, sobre los cuales ahora no tengo control. Debo recibir castigo, o me castigo a mí mismo por malas acciones causadas a los demás en vidas pasadas. Debo aceptar los aspectos negativos de mi vida debido a mi karma.'””

6. Las personas son básicamente malas, y van por mí.

7. Poseo la verdad y nadie más la tiene. O mi grupo posee la verdad y ningún otro grupo la posee.

8. Me volveré más débil, enfermo, y perderé mis facultades cuando envejezca.

9. Mi existencia depende de mi experiencia en la carne. Cuando mi cuerpo muera, mi conciencia morirá con ella.

Pues bien, ésta es una lista bastante general de creencias falsas. Ahora mencionaremos otras creencias específicas más íntimas, que quizás alberguéis sobre vosotros mismos.

1. Soy una persona enfermiza, y siempre lo he sido.

2. Hay algo malo en el dinero. Las personas que lo tienen son codiciosas, menos espirituales que las que son pobres. Son infelices, y esnobs.

3. No soy creativo. No tengo imaginación.

* En el hinduismo y en el budismo, se enseña que el karma es la suma moral total de los actos de un individuo en una vida, lo cual determina su destino en la próxima. Según Seth las diferentes reencarnaciones existen todas a la vez, de modo que hay un constante toma y daca entre ellas. Una vida «futura», por tanto, puede afectar a una vida «pasada», así que aquí no se aplica el karma tal como se considera normalmente.

4. Nunca puedo hacer lo que quiero.

5. No gusto a la gente.

6. Soy gordo.

7. Siempre he tenido mala suerte.

Éstas son creencias comunes a muchas personas, y quienes las albergan las experimentan. Aunque la información física siempre parece reforzar las creencias, la verdad es que fueron las creencias las que conformaron la realidad. Trataremos de derribar estos conceptos limitadores.

En primer lugar, debéis comprender que nadie puede cambiar vuestras creencias por vosotros, ni tampoco se os pueden imponer desde fuera. Verdaderamente podéis cambiarlas, con conocimiento y aplicación.

Mirad a vuestro alrededor. Todo vuestro entorno físico es la materialización de vuestras creencias. Vuestras sensaciones de alegría, pena, bienestar o malestar son consecuencia de vuestras creencias. Si creéis que una situación determinada os hará infelices, entonces lo hará, y la infelicidad reforzará la creencia.

Dentro de vosotros se encuentra la capacidad para cambiar vuestras ideas sobre la realidad y sobre vosotros mismos, la capacidad para crear una experiencia personal de la vida que sea satisfactoria para vosotros y para los demás. Me gustaría que escribierais vuestras creencias sobre vosotros mismos a medida que vais haciéndoos conscientes de ellas. Esta lista os prestará luego una utilidad insospechada.

A través de Jane Roberts

http://www.trabajadoresdelaluz.com.ar
Fin de la sesión.
SESIÓN 614, 13 DE SEPTIEMBRE 0E I972 21.36 MIÉRCOLES
Extracto de Habla Seth III
A través de Jane Roberts
http://www.trabajadoresdelaluz.com.ar


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19 de Abril 2017