Krishnamurti - Nuestra vida es moldeada por el miedo.

Me pregunto por qué reciben ustedes educación. ¿Lo saben? Tan pronto tienen edad suficiente, sus padres les envían a la escuela, ¿pero saben ustedes por qué van a la escuela? Todo lo que ustedes y sus padres saben es que deben ir a la escuela y educarse.

Ahora bien, ¿qué significa que a uno le eduquen? ¿Alguna vez han pensando al respecto? ¿Significa meramente aprobar exámenes para que más tarde puedan casarse, tener alguna clase de empleo y continuar en ese empleo, les guste o no, por el resto de sus vidas? ¿Es eso la educación?

Asisten a diversas escuelas donde se les educa, o sea, que aprenden matemáticas, historia, geografía, ciencia y demás. ¿Por qué? ¿Se lo han preguntado alguna vez? ¿Es meramente para que después se ganen la vida? ¿Es ése el propósito de la educación? ¿Es la educación tan sólo un asunto de rendir exámenes y poner unos cuantos títulos junto a sus nombres, o es algo por completo diferente?

Si miran a su alrededor, verán en qué espantosa confusión se encuentra el mundo. ¿Ven al pobre que tiene muy poco para comer, que carece de días festivos y debe trabajar día tras día, de la mañana a la noche, mientras los padres de ustedes acuden al club en lujosos automóviles y allí se divierten? Ésa es la vida, ¿verdad? Están el pobre y el rico, los enfermos y los que gozan de buena salud, y en todo el mundo hay guerras, desdichas, toda clase de infortunios. ¿Acaso no deberían ustedes reflexionar sobre estas cosas mientras son jóvenes? Pero ya ven, en sus escuelas no les ayudan a prepararse para afrontar esa vasta extensión de la vida con sus extraordinarias luchas, desdichas, sufrimientos, guerras... nadie les habla sobre todo esto. Sólo les comunican los hechos desnudos, pero eso no es suficiente, ¿verdad?

Por cierto, la educación no está sólo para capacitarles a fin de que puedan conseguir un empleo; es algo que debe ayudarles a prepararse para la vida. Podrán convertirse en un oficinista, un gobernador, un científico, pero eso no es la totalidad de la vida.

Hay toda clase de cosas en la vida. La vida es como el océano. El océano no es sólo lo que vemos en la superficie, ¿verdad? Es tremendamente profundo, tiene corrientes enormes y está atestado con todo tipo de vida, con múltiples variedades de peces, el grande viviendo del pequeño. Todo eso es el océano; y así ocurre con la vida, en la cual hay toda clase de goces, de placeres, dolores, invenciones extraordinarias, innumerables sistemas de meditación y la búsqueda colectiva de la felicidad. La vida es todo eso, pero ustedes no están preparados para ella. En la escuela nadie les habla acerca de todas esas cosas. Hay demasiados chicos y chicas en cada clase, y el maestro sólo se interesa en que pasen los exámenes, no se interesa en el esclarecimiento de sus mentes. Pero la educación, obviamente, no es un proceso de atiborrar sus mentes con información. Si saben leer pueden tomar cualquier enciclopedia y obtener la información que desean. 

Pienso, pues, que la educación es algo por completo diferente del mero aprendizaje de ciertos hechos y de la aprobación de unos cuantos exámenes.

Vean, mientras tengamos miedo, no estamos educados. ¿Saben qué es el miedo? Todos ustedes saben que temen: los niños temen, los adultos temen, todos temen; y en tanto tengamos miedo, no estaremos educados, careceremos de inteligencia. De modo que la educación no consiste meramente en atestar la mente con información sino en ayudar al estudiante a comprender sin miedo esta gran complejidad de la vida.

Ustedes sienten temor de sus maestros, de sus padres, del hermano mayor,, de la tía o de alguna otra persona, ¿no es así? Los mayores tienen el poder de castigarles, de apartarles o de pedirles que permanezcan en su propia habitación; y así, tanto en la escuela como en la casa, se nos educa continuamente en el miedo. Nuestra vida es moldeada por el miedo y, desde la infancia hasta que morimos, estamos atemorizados. ¿Y saben lo que el miedo hace? ¿Alguna vez se han observado cuando tienen miedo, cómo se les aprieta el estómago, cómo transpiran, cómo tienen pesadillas? No les gusta estar con personas que les atemorizan, ¿verdad? Quieren escapar de ellas como un animal que se siente amenazado. Y ya ven, con ese miedo asistimos a la escuela y al colegio, y cogiese miedo dejamos el colegio para encontramos con esta cosa extraordinaria, esta vasta corriente con su enorme profundidad a la que llamamos vida. 

Me parece, pues, que lo que tiene importancia primordial en la educación es ver que en ella se nos eduque para que estemos libres del miedo; porque el miedo embota nuestras mentes, mutila nuestro pensar, contribuye a la oscuridad, y en tanto vivamos con miedo no crearemos un mundo nuevo. ¿Comprenden de qué estoy hablando, o es algo de lo que jamás han oído antes?

¿Saben?, en el mundo exterior a nuestra propia familia, a nuestro propio hogar, en el mundo que está más allá de Bombay, en Europa, América y Rusia están preparando instrumentos de enorme destrucción. El mundo está pasando por una fase terrible y todos los políticos, todos los gobernantes están muy confundidos aunque digan que no lo están, porque siempre se hallan en guerra, siempre hay alguna clase de infortunio. De modo que el mundo al presente no es algo hermoso, no es un lugar feliz donde vivir; y si a ustedes, que son muy jóvenes, no se les educa correctamente, es obvio que crearán un mundo igualmente infeliz, igualmente desdichado y confuso. ¿No es, por lo tanto, muy importante descubrir de qué modo se les educa a fin de que puedan crear una clase de mundo por completo diferente? 

Un mundo en el que puedan vivir juntos dichosamente, en el cual no existan el rico y el pobre, ni los grandes políticos que poseen todo el poder, la posición, el atractivo, ni los que carecen de todo privilegio, que nada tienen en la vida y deben trabajar incesamente hasta que mueran.

Son ustedes los que tendrán que crear un mundo nuevo, no los adultos, porque éstos están haciendo del mundo una confusión espantosa. Pero si se les educa correctamente, podrán crear un mundo nuevo. Está en sus manos, no en manos de los políticos o de los sacerdotes. Si se les educa apropiadamente crearán un mundo maravilloso, no un mundo indio o europeo, sino un mundo que será nuestro, de ustedes y mío, un mundo en el cual todos viviremos juntos dichosamente. Y yo les aseguro que la creación de un mundo semejante depende de ustedes y de nadie más; por eso es muy importante el modo como se les eduque y la clase de maestros que tengan. Si el maestro está atemorizado, tendrá estudiantes también atemorizados. Si el maestro es estrecho de miras, trivial, mezquino y sólo está transmitiéndoles información, entonces también ustedes tendrán mentes muy mezquinas y crecerán sin comprender qué es la vida.

Es, por lo tanto, esencial que se les eduque apropiadamente, lo cual implica que han de desarrollarse en libertad; y no pueden ser libres si tienen miedo de sus padres, si temen a la opinión pública, a lo que podría decir la abuela. Si sienten temor jamás podrán ser libres. Y pueden advertir en las escuelas que los maestros no han reflexionado sobre este problema del temor; porque en el momento en que se ejerce sobre ustedes cualquier tipo de compulsión para obligarles a que hagan algo, ya sea mediante la así llamada amabilidad o mediante un sistema de disciplina, ello crea inevitablemente temor. Si yo soy el maestro y, a fin de hacer que alguno de ustedes estudie, lo comparo con otro estudiante diciéndole que no es tan inteligente como el otro, lo estoy destruyendo, ¿no es así? 

En nuestras escuelas actuales tenemos exámenes, los cuales engendran temor, y también tenemos sistemas de clasificaciones que implican comparar siempre a un estudiante con otro; por eso se considera importante al chico o a la chica hábil, no al estudiante como individuo. El estudiante que es muy sagaz en sus estudios, que tiene una peculiar capacidad para aprobar sus exámenes, puede ser estúpido en otros sentidos y probablemente lo es.

Poner notas, clasificar, comparar y cualquier forma de compulsión, ya sea por medio de la amabilidad o de las amenazas, engendran temor; y es a causa de que nos hallamos presos en este temor mientras somos jóvenes, por lo que luchamos en medio del temor por el resto de nuestra vida. Los adultos, por su actitud hacia la vida, crean una forma de educación que es meramente una repetición de lo viejo, de modo que no puede haber una manera diferente de vivir. Por eso me parece muy importante que reflexionen sobre estas cosas mientras aún son muy jóvenes. Aunque no comprendan lo que estoy diciendo, deben interrogar sus maestros acerca de esto -si ellos lo permiten- y ver si pueden estar realmente libres de temor. Cuando no temen, estudian mucho mejor. 

Cuando sientan que no se les obliga a hacer algo, descubrirán qué es lo que les interesa, y entonces por el resto de sus vidas harán algo que realmente aman, lo cual es mucho más importante que volverse un desdichado oficinista porque uno necesita tener un empleo. Hacer algo porque nuestros padres nos dicen que tenemos que hacerlo o porque la sociedad lo exige no tiene ningún sentido; mientras que si aman realmente hacer algo con sus manos o con la mente, entonces gracias a ese amor crearán un mundo nuevo. Pero no pueden crear un mundo nuevo si están atemorizados; por lo tanto, mientras son jóvenes tiene que haber en ustedes un espíritu de rebelión.

¿Entienden qué es la rebelión? A medida que van creciendo desde la infancia a la edad adulta, la vida presiona sobre ustedes en la forma de padres, maestros, tradición, vecinos, la cultura de la sociedad en que se crían, etcétera; todo eso les encierra como en una prisión y les obliga a hacer lo que "eso" quiere, de modo que jamás son ustedes mismos. ¿No es, entonces, fundamental que la educación les ayude a ser libres de modo que puedan pensar y vivir sin miedo y, de esa manera, sepan por sí mismos qué es el amor? Si sus padres les amaran realmente producirían esta clase de educación, verían que fueran ustedes libres para crecer sin miedo, para ser felices. Pero hay muy pocos padres así en el mundo, porque la mayoría de los padres dice que el niño debe hacer esto y no hacer aquello, que debe ser como su padre: un abogado, un policía, un comerciante o lo que fuere.

Es realmente muy difícil comprender estos problemas tan complejos, y a medida que vamos creciendo podemos comprenderlos sólo cuando hay inteligencia. La inteligencia debe llegar a nosotros mientras somos jóvenes, lo cual implica que el maestro mismo debe comprender primeramente todo esto. Pero hay muy pocos maestros que lo comprendan, porque para la mayoría de ellos la enseñanza es meramente un trabajo. No pueden conseguir otro trabajo donde podrían ganar más dinero, por eso dicen: "La enseñanza es un buen trabajo", lo cual significa que no están interesados ni en educarles a ustedes ni en la educación misma.

Por lo tanto, cada uno de ustedes, niño o niña, tiene que averiguar la verdad de todo esto, no pueden ser meramente amansados como animales domésticos. Espero que comprendan de qué estoy hablando, porque todo esto es realmente muy difícil y requiere muchísima reflexión por parte de ustedes. El mundo se está desintegrando, se desmorona, hay guerras, hambre y desdicha; y la creación de un mundo nuevo está en manos de ustedes. Pero no pueden crear un mundo nuevo si en ustedes no alienta el espíritu de rebelión, y no pueden tener este espíritu de rebelión en tanto hay miedo, porque el miedo mutila la inteligencia.


Extracto de El arte de vivir
J. Krishnamurti





Fuente:
www.trabajadoresdelaluz.com
13 de junio 2019