Todos están recibiendo
códigos, lo que nosotros llamaremos claves, completos, ajustes
multidimensionales, entendimientos. Cada uno de ustedes es honrado por sus
interpretaciones de este ajuste energético. DESEAMOS hablar sobre aquellos que
están conscientes de estos cambios. Quienes leen estas palabras ahora y sienten
un alivio al ver un espejo que sólo puede ser verdad, reflejando la
majestuosidad al tiempo que ella sonríe, guiña, se ajusta su pelo. Ah, si tan
sólo supieran qué están haciendo, qué han hecho, qué van a hacer. Si tan sólo
pudieran absorber la grandeza de su exquisito amor, su singular propósito, sus
numerosísimas facetas.
LES pedimos que
contemplen lo siguiente: ¿cuándo habrán sanado?
Le preguntamos esto a
la canal una mañana mientras se preparaba un café. ¿Cuándo sanarás? ¿cuándo
habrás sanado?. En esencia, ¿te declaras a tí misma haber terminado con la
sanación? Quienes han conocido el dolor pudieran responder: “cuando ya no sienta más dolor”.
Quienes operen por
debajo de lo que son capaces, o desean, pudieran responder: “cuando pueda hacer
lo que quiero hacer, es entonces cuando sabré que he sanado.”
Y sin embargo, nos
estamos dirigiendo a quienes están cansados, y a los viejos seres, los
Ancianos, en esta Tierra ahora. NOSOTROS sabemos de la pesadez contra la que
cada uno de ustedes ha empujado tan valiente y tan creativamente, contra la que
han empujado incesantemente, y la batalla por la sanidad que esto ha creado en
muchos de ustedes. El anhelo por un lugar que ustedes no sabían existía.
Teniendo que permanecer abiertos y empujar los límites de lo que sus compañeros
viajeros estaban haciendo, diciendo, pensando.
Pedimos a quienes estén
agotados de corazón que se acerquen, que nos permitan empujarlos hacia nuestra
amorosa caricia, invitando cariño, y a que nos digan ahora: ¿cuándo estará esto
sanado?
Estamos preguntando una
simple pregunta porque, para muchos, las labores que tienen a mano se volverán,
milagrosamente, más sencillas. Muchos no están preparados para la simplicidad,
por lo que venimos a ayudarlos a comprender lo que está siendo presentado ante
muchos, ahora que ciertos disparadores y eventos han sucedido.
¿Cuándo habrá terminado
y cuándo se volverá más fácil?
Viendo dos años en
retrospectiva. ¿Ven ustedes una progresión de su propia conciencia, son sus
expectativas de otros, de sí mismos, de la “vida,” más o menos los mismos, o
son diferentes? Consideren las actividades en las que ustedes se involucran
ahora, y cuáles actividades los mantenían ocupados hace dos años. Es un proceso
gradual para anclar el cambio.
Por eso les
preguntamos: ¿cómo sabe uno si ha sanado? Hay un dolor psíquico que muchos en
este grupo han experimentado, y les diremos que eso fue cosa de una resonancia;
siendo astutos receptores, muchos codificaron simplemente la disonancia
vibracional como toda clase de cosas, como un resultado de toda clase de
situaciones oscuras.
Consideren esto.
Consideren ahora que cuando tienen una experiencia física no amistosa,
desagradable, o frustrante, con retrasos, con malas comunicaciones, este tipo
de patrón, les pedimos que consideren esto como una retroalimentación de cómo
están funcionando las cosas. No asuman que no son bienvenidos, y comprendan que
si es así, lo mejor para todos es partir; nunca es mejor quedarse. Esto fue la
reprimenda del Maestro de la Compasión a sus seres queridos.
Y sin embargo, nosotros
decimos que muchos siguen malentendiendo, y como resultado, encuentran al mundo
crecientemente hostil. LES pedimos que consideren diferentes interpretaciones.
Cuando se sientan
desilusionados, les pedimos que consideren esto. Consideren la carencia, la
cosa, la circunstancia, el asunto que está causando la sensación. Ahora les
pedimos que se imaginen esta situación como una pila de ropa sucia metida
dentro de un canasto a rebosar, que no se puede usar en estos momentos pues
necesita ser lavada.
Ahora coloquen el
canasto detrás de una puerta y pónganse en un corredor al otro lado de esta
puerta. Tal ve los conduzca esta puerta a la recámara de su niñez, el salón, la
cocina. Vayan a la puerta y traten de abrirla. La manija se mueve, pero no
puede abrirse fácilmente.
Somos listos, por lo
que sabemos qué hay detrás de esa puerta. Nada más que cosas usadas, poco
útiles. Sin embargo, les encanta la ropa, quizá en ese canasto haya una de sus
prendas favoritas, algo de lo que no se quieren desprender.
Y sin embargo, la
puerta no quiere abrir. Lo que les impide alcazarlo, los está llamando, y sin
embargo ustedes recuerdan un artículo funcional, usable, y lo que yace detrás
de esta puerta ya no es instantáneamente valioso para ustedes. Si se lo
pusieran, no se sentirían cómodos, no se vería, sentiría u olería bien quizá.
Les podemos asegurar
que, en la realidad presente que ustedes están navegado, su rol es checar
puertas para ver si ceden, y si ceden, entonces entren por ellas. Además, su
labor es soltar la manija de las puertas que no abren con facilidad, sin
importar cuán familiares o atractivas sean para ustedes.
Les estamos pidiendo
que permitan que su vida se simplifique, y si pasasen menos tiempo fuera, sus
deseos y habilidades innatos pudieran abrirse, si no fueran una obstrucción.
En la vieja energía era
apropiado en ocasiones entrar irrumpiendo. Los Antiguos sabían que llegaría un
tiempo para corregir las cosas, y que su trabajo era empujar hasta que las
cosas pudieran ser corregidas. Por lo tanto, así lo hicieron.
No obstante, les
pedimos en esta más nueva energía que, si lo consideran tan necesario, empujen.
Vean hacia arriba, por favor, y aprecien el corredor en el que se encuentran.
No hay escasez de puertas. Esa es la frase clave. A medida que se presentan las
puertas, a veces rondan y emiten sus firmas. Puede ser bastante fácil perder de
vista las infinitas elecciones ahora disponibles a sus ansiosas manos, si tan
sólo recordaran mirar hacia arriba, y alrededor, dar la espalda a aquello que
los cautiva, y escanear su ambiente. Hay puertas por todos lados, por todos
lados, por todos lados.
Les hemos advertido de
asuntos sobre la proporción durante aproximadamente dos años, que se volverían
más obvios tras el cambio. Cosas que no son grandes aparentan serlo, y la
relatividad está suspendida de cierto modo. Diremos que es reajustada
simplemente, debido a una perspectiva mucho más grande, más inclusiva.
En consecuencia, hemos dicho que vayan hacia lo que se siente bien, aquello que se ilumina, pero añadiremos ahora la sutileza de no preocuparse por nada, nada en absoluto queridos lectores, que no aparente “ir como quieren que vaya.”
En consecuencia, hemos dicho que vayan hacia lo que se siente bien, aquello que se ilumina, pero añadiremos ahora la sutileza de no preocuparse por nada, nada en absoluto queridos lectores, que no aparente “ir como quieren que vaya.”
Ustedes comprenden que
al otro lado de esa puerta se encuentran ahora muchos hombres y mujeres que
están mejorando la ropa descartada en el canasto. La ropa no era la adecuada
para su forma. Esa ropa que más les gustaba será regresada a ustedes tras otra
puerta porque no hay paredes para quienes se encargan del lavado de la ropa, y
del manejar y la compra del supermercado. Tantas cosas se están haciendo por
ustedes que les preguntamos: ¿cuándo habrán sanado? De la desilusión. De preguntarse
cuándo mejorarán las cosas para ustedes.
¿Será posible que no
están soltando la manija que no han logrado abrir, pero que sienten que
necesitan hacerlo? ¿Han perdido su perspectiva y olvidado que están en un
corredor que presenta interminables puertas, literalmente, puertas infinitas a
su mayor gozo, su más profunda paz?
Así que, sí, vayan
intuitivamente a cualquier puerta que se sienta bien. Prueben abrirla.
Siéntanla, y vean si les permite entrar. Si es así,¿cuán lejos? ¿se siente como
en casa? ¿cuán abierta está la cámara a la que han entrado? ¿hay alguna parte
de ella que sea reconocible?
Hay un dolor que viene
con un remordimiento, con un sentimiento de culpabilidad, de vergüenza, de
rechazo, de haber recibido un no, y de tener que decir no. Hay incomodidad, y
hay pena, un sentimiento de pérdida. Podemos decir que éste es un proceso
natural, tan orgánico y predecible como el crecimiento de una planta de la
semilla a la fruta, y sin embargo, esto minimiza el dolor mismo que tan a
menudo se vuelve tan intolerable que se hace un cambio de comportamiento porque
el ser llega a verse a sí mismo en la carne, en agonía, y se ama para regresar
a casa.
LES diremos ahora que
es hora de preguntarse: ¿cuándo habré sanado? Y diremos que esa pena misma es
un compañero de la compasión, su octava más elevada, y mediante el proceso de
soltar la manija, retroceder un paso, y ver a su alrededor es como se vuelve
abundantemente claro que inclusive la pena se debe a este curioso asunto de la
perspectiva, o la proporción, de la escala.
Si es verdad que hay
todo un equipo de personal de apoyo detrás de estas puertas, limpiando cosas
que ya no son usables, preparando, moviendo cosas de un lado a otro, ¿cuán
genuino es llorar al otro lado de la puerta, de que están totalmente solos, con
manos vacías, despojados, de que nunca más recibirán un bien de nuevo porque
ésa única prenda de ropa que tanto les gustaba está ahora fuera de vista?
Comprendan que este
equipo de apoyo es mucho más que tan sólo unos cuantos Ángeles guardianes y
bendiciones susurradas de buenas noches. No. El corredor, la vasta oportunidad
para la expresión, el amor, la experiencia, el gozo, el equipo de ayuda, las
puertas, la resistencia, el dar, todo ello, [son] ustedes.
Una cooperativa se
adelantará, y, con práctica, los asistirá con cualquier pregunta, cualquier
pregunta en absoluto. Las paredes no existen.Su aparato
de los sentidos es el que nos separa ahora, más que nunca antes.
Permitan que esto se
desarrolle cooperativamente, y no consideren que una puerta cerrada es
evidencia de la necesidad de una sanación. No hay nada que sanar, ningún mayor
conocimiento del que se tiene y yace en su interior, aguardando a que ustedes
pidan una ayuda, explicando, empujándolos hacia esta o ésa puerta. No se trata
más de simplemente sentir ciertas resonancias familiares. No. Les pedimos que
se fusionen aún más con sus ambientes y se involucren aún más cooperativamente,
más sin miedo, sin sostener pena alguna, sin ansiedad, sino con un sentimiento
de estar bien cuidados, con sus necesidades no sólo siendo satisfechas sino
anticipadas por una legión que los pasa rozándolos ahora al tiempo que ríen,
moviendo sus realidades limpiadas, más queridas, largo tiempo perdidas y
creídas descartadas para darles la bienvenida detrás de puertas que podrán
abrir en el divino tiempo, para el bien mayor de todos.
Para concluir, les
diremos lo que le dijimos a la canal mientras tomaba un café, dado que la
pregunta formulada era: “¿cuándo habrás sanado?”
Nuestra respuesta para
ella, y para ustedes, en este día y todos los días es: “cuando así lo declares,
querida mía.”
Seylah.
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05 de Octubre del 2016