Seth: La mente consciente constantemente está cambiando.

Buenas noches. Reanudemos el dictado.

Me doy perfecta cuenta de que muchas de mis afirmaciones contradicen las creencias de quienes aceptan la idea de que la mente consciente es relativamente impotente, y que las respuestas a los problemas yacen ocultas.

Evidentemente la mente consciente es un fenómeno, no una cosa, y constantemente está cambiando. El ego puede hacer que dirija su atención hacia infinitas direcciones. La mente puede observar la realidad exterior, o volverse hacia el interior y observar sus propios contenidos.

Existen graduaciones y fluctuaciones dentro del ámbito de su actividad, y es mucho más flexible de lo que suponéis. Pero el ego puede limitarse a utilizar la mente consciente para percibir las realidades externas o internas que coinciden con sus creencias. No es que ciertas respuestas sean difícilmente accesibles, sino que soléis fijaros un curso de acción en el que creéis, y os negáis a abriros a cualquier información que pueda contradecir vuestras creencias.

Si estáis enfermos, por ejemplo, existe una razón para ello. Para recuperaros por completo, sin recaídas, debéis descubrir la razón. Quizás os desagrade vuestra enfermedad, pero es un camino que habéis escogido. Mientras estéis convencidos de que el camino es necesario, mantendréis los síntomas.

Estos síntomas pueden ser el resultado de una creencia específica, o de un conjunto de creencias.

Por supuesto, aceptáis estas creencias no como tales, sino como una realidad. Una vez que comprendéis que sois vosotros los que dais forma a vuestra realidad, debéis empezar a examinar estas creencias permitiendo que la mente consciente examine libremente sus contenidos.

Más adelante hablaremos específicamente sobre la salud y la enfermedad. No obstante, me gustaría comentar algo ahora, y es que a menudo el psicoanálisis no es más que un juego del escondite, en el cual no asumís la responsabilidad de vuestras acciones ni de vuestra realidad y atribuís la causa fundamental a una parte de la psique, oculta en la oscura maraña del pasado. Así pues, os empeñáis en descubrir este secreto, pero no lo buscáis en la mente consciente, ya que estáis convencidos de que todas las respuestas se hallan mucho más enterradas en la psique y de que, además, vuestra conciencia no sólo no puede ayudaros sino que a menudo os envía mensajes engañosos.

Si conseguís cambiar vuestras creencias en ese marco de autoengaño, utilizáis como catalizador cualquier suceso oportuno «olvidado» del pasado. Cualquiera puede servir.

Sin embargo, las creencias básicas habían estado siempre en vuestra mente consciente, así como las razones de vuestro comportamiento. Lo que sucede es que no habíais examinado sus contenidos con la convicción de que vuestras creencias no tenían por qué corresponderse con la realidad, sino que sólo eran vuestra concepción de ella.

A la vez, en el psicoanálisis aprendéis a creer que, puesto que el «inconsciente» es el origen de dichos oscuros secretos, no puede confiarse en él como fuente de creatividad o inspiración, y así desecháis la ayuda que las partes internas del ser podrían dar a vuestra conciencia.

Normalmente, cuando examináis vuestra mente consciente lo hacéis observando a través de vuestras propias creencias estructuradas. El conocimiento de que vuestras creencias no se corresponden necesariamente con la realidad os permitirá ser conscientes de toda la información que tenéis conscientemente disponible. No sugiero que examinéis vuestros pensamientos con tanta frecuencia y con tal energía que os interpongáis en ese proceso, pero no seréis plenamente conscientes hasta que no conozcáis los contenidos de vuestra mente consciente. E insisto en el hecho de que la mente consciente está capacitada para recibir información tanto el ser interior como del universo exterior.

Tampoco sugiero que inhibáis los pensamientos o los sentimientos. Os pido que seáis conscientes de los que tenéis, que os deis cuenta de que éstos forman vuestra realidad. Concentraos en aquellos que darán los resultados que deseáis.

Si esto os resulta difícil, podéis examinar la realidad física en todos sus aspectos, y comprender que vuestra experiencia y entorno físicos son la materialización de vuestras creencias. Si os rodea una gran energía, salud, un buen trabajo, abundancia, sonrisas en los rostros de las personas que conocéis, podéis dar por seguro que vuestras creencias son beneficiosas. Si el mundo que veis es bueno y agradáis a la gente, podéis confiar igualmente en que vuestras creencias son beneficiosas. Pero si lo que veis es una salud débil, un trabajo sin sentido, escasez, dolor y maldad, podéis suponer que vuestras creencias son defectuosas y empezar a examinarlas.

Más adelante comentaremos la naturaleza de la realidad colectiva, pero por ahora nos ceñiremos a los aspectos personales. El punto principal que quería destacar en este capítulo es que vuestras creencias conscientes son extremadamente importantes, y que no estáis a merced de sucesos o causas que yacen enterradas en vuestra conciencia.


Éste es el final del capítulo.

Durante la pausa que siguió sucedieron varias cosas que trataré de presentar ordenadamente antes de empezar el capítulo tres.

Mientras tomábamos un refrigerio le pregunté a Jane si creía que el comportamiento cada vez más extraño de nuestro gato, Willy, podía ser una reacción a nuestros estados psíquicos. Ya en otra oportunidad habíamos observado algo semejante. A principios de ese mes Willy había agarrado pulgas que se resistían obstinadamente a cualquier tratamiento. Pasaba las noches enteras fuera, así como la mayor parte del día. También había perdido peso. Nuestro otro gato, Rooney, siempre pareció ser inmune a nuestras sesiones y seguía comportándose tan sosegadamente como siempre.

Le pedí a Jane que Seth nos comentara algo acerca del comportamiento de Willy, si quería, después del dictado. Entonces Jane dijo: «Sabía que me sentía rara esta noche. Ahora lo comprendo. Era como haber tenido tres canales de Seth funcionando todos a la vez... Incluso llegaban de distintas direcciones. -Jane señaló su parte superior derecha mientras se sentaba en su balancín-. Seth me llega desde aquí en lo que respecta a su libro, en este canal. -Luego señaló su extremo inferior derecho-. Y aquí, inmediatamente disponible, está lo que dice Seth sobre tú y yo y Willy. Y también sobre el cuadro acerca del cual me preguntaste el otro día, el que justo has acabado».

«¿Por qué no volvemos al libro?», sugerí, pensando que esto la ayudaría a controlar la proliferación de canales hasta que pudiéramos aprender su funcionamiento. Habíamos comprobado esa posibilidad a menudo: bastaba con presenciar la capacidad de Seth para comentar una variedad de temas con los miembros de un grupo, aun cuando fueran desconocidos para Jane. Ahora Jane debía aprender a ser plenamente consciente de los bloques de material que ya están preparados y aguardan dictado. Jane aceptó enseguida mi sugerencia.

«Nunca me había sentido así antes -comentó-, como si hubiera sido programada de antemano. Era como si necesitara tres laringes. Es realmente extraño, porque aun así lo captaba como sonido. Si pudiera hablar tres veces al mismo tiempo, podría dictar material acabado sobre esos tres temas. Ahora tengo que captar el canal correcto para hacer que Seth regrese a su libro; y tengo la impresión de que si alguien más viniera aquí ahora y mencionara un tema, también tendría esa información disponible.

» Cada canal se escucha con suma claridad. No existe ningún tipo de interferencia o filtración entre ellos. Ahora capto otro aquí-Jane señaló su lado izquierdo inferior-y explica todo esto. -Lanzó una carcajada-. Puedes llamarme la emisora JANE...»


SESIÓN 6l6, 2O DE SEPTIEMBRE DE I972 21.28 MIÉRCOLES
Extracto de Habla Seth III
A través de Jane Roberts


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13 de Mayo 2017