Relacionado con un mensaje del Arcángel Metatrón cuyo link encontrás al final del texto.
En el mismo mail que trajo esta canalización, James Tyberonn acompañó un artículo muy interesante sobre el núcleo de la Tierra, que antes se creía compuesto de hierro, y ahora los estudios dicen que sería de cristal.
Da algunas explicaciones sobre geometría sagrada que son muy interesantes. Espero que les guste.
El artículo fue publicado en la revista Atlantis Rising.
Afectuosos saludos de Cris.Cáffaro
-*-*-En el mismo mail que trajo esta canalización, James Tyberonn acompañó un artículo muy interesante sobre el núcleo de la Tierra, que antes se creía compuesto de hierro, y ahora los estudios dicen que sería de cristal.
Da algunas explicaciones sobre geometría sagrada que son muy interesantes. Espero que les guste.
El artículo fue publicado en la revista Atlantis Rising.
Afectuosos saludos de Cris.Cáffaro
La Conexión Cristalina
La Multifacética Búsqueda de una Antigua Rejilla de Poder
Autor: Martin Ruggles Publicado: Revista Atlantis Rising
El campo magnético de la Tierra recibe su potencia de cristales de "Cuarzo" en su núcleo. Esa es la conclusión de los investigadores en el Instituto de Ciencias de la Tierra en el Instituto de Tecnología de Tokio (ELSI). El estudio reciente de diamantes calentados por laser bajo presiones extremas, como los que se cree que existen en el núcleo de la tierra, es parte de un estudio publicado en la revista Nature en 2017. Los científicos japoneses parecen estar desafiando la idea establecida sobre la composición química del núcleo, y estar corroborando una visión largamente sostenida por muchos en la comunidad científica alternativa, de que nuestro planeta es, en su centro, un "gran cristal".
Los cristales han excitado la imaginación humana desde hace mucho. Se dice que Atlántida empleó una alta ciencia de los cristales para operar su tecnología altamente avanzada. Más recientemente, se informó que los vikingos los usaban para su navegación.
Hoy en día, los de la Nueva Era los asocian con la luz y la magia y los llevan a todas partes, pero el difunto novelista de ciencia ficción Kurt Vonnegut Jr. tuvo una idea diferente. En "Cat´s Cradle" imagina jocosamente un tipo de cristal líquido ("Íce 9") que se congela a temperatura ambiente. Cuando se caen accidentalmente unas pocas gotas en el océano, se congela rápidamente el agua en todas partes, acabándose así el mundo según lo conocemos.
Sin embargo, pocos sueñan on cristales del tipo que se descubrió en la Cueva de los Cristales en México en 2015. Una caverna a 1000 pies de profundidad bajo el Monte Naica en el desierto de Chihuahua que contiene los cristales naturales más grandes que se hayan descubierto. Algunos tienen 10 metros de largo y más. Crecidos en depósitos de yeso, estos cristales son únicos en el mundo. El geólogo español Juan García Ruiz le dijo al servicio de noticias Cosmos Online: "Esto es la Capilla Sixtina de los Cristales."
La capacidad de los cristales para sintonizar circuitos electrónicos fue la base de las primeras radios "cristalinas". Uno se pregunta cuáles serán las posibles propiedades electromagnéticas y ópticas inusuales en cristales de tan gran tamaño con los de Naica.
Una Antigua Rejilla de Poder
Algunos creen que existe, fluyendo por todo el mundo, un único sistema de energía planetaria, largamente olvidado por la humanidad moderna. Y que, aquí y allá a lo largo de esos senderos de energía, una civilización prehistórica global alguna vez aprovechó su potencia para construir vastas estaciones de transmisión y recepción, usando diversas formas de arquitectura monumental. Tales posibilidades fueron la base de "Nuestro Planeta Cristalino", un artículo de 1966 para la revista Atlantis Rising, escrito por el difunto investigador Dr. Joseph Jochmans.
"¿Acaso los historiadores de hoy han estado tan fuera de contacto con las interconexiones obvias de todos estos restos" se preguntó "que han tratado de explicar las ruinas centinelas silenciosas como meros proyectos de construcción ´primitivos´ con poco significado o propósito más allá de sus necesidades supersticiosas locales?"
Entre los pueblos indígenas antiguos y modernos de todo el mundo, explicó Jochmans, existen tradiciones muy similares sobre patrones de energía terrestre y cómo alguna vez se utilizaban. En Inglaterra, las alineaciones de piedras verticales y círculos de piedras se llaman leys, y a lo largo de ellas fluía la fuerza de vida que fertilizaba el paisaje. En Irlanda se las recuerda como senderos de hadas, y en Alemania como líneas sagradas. Los griegos las conocían como los Caminos Sagrados de Hermes, en tanto los antiguos egipcios las consideraban los Senderos de Mim.
Hoy los chinos todavía miden las Lung Mei o "corrientes de dragón", que afectan el equilibrio de la tierra, según se practicaba en el antiguo arte del feng shui. De muy similar manera a como se aplican las agujas de acupuntura en la medicina china para facilitar el flujo del Chi o fuerza de vida en el cuerpo humano, así se colocan pagodas, piedras, árboles, templos y casas en su entorno considerándolas una manera de "sanar" la tierra.
Los nativos australianos todavía van en caminatas o peregrinajes recorriendo sus senderos de sueño, cruzando el desierto hacia uno y otro lado en su esfuerzo para re-energizar los centros de vida de la región para las estaciones. Trabajan con tablas llamadas Turingas que son mapas de estas líneas de sueño; al meditar con ellas, son capaces de predecir la cercanía de tormentas y la localización de los animales de caza, porque interactúan con los sistemas de las líneas.
Los antiguos polinesios hablaban de usar los te lapa o "líneas de luz" que fluyen en el océano como método de navegación. Las cabezas de piedra de la Isla de Pascua y las sagradas plataformas Ahu de Hawaii están posicionadas para recibir su mane, o poder de vida, a lo largo de hilos aka desde los horizontes acuosos.
Cuando los conquistadores españoles llegaron al Perú en el siglo XVI, encontraron que todo el Imperio Inca se organizaba según wacas o centros sagrados situados a lo largo de líneas ceque, que todas convergían en el Coricancha o Templo del Sol en el antiguo Cuzco. De modo similar, los Mayas del Yucatán interconectaban sus santuarios piramidales por medio de Saches o caminos blancos elevados que se construían en segmentos rectos a través de los pantanos de la jungla.
En el oeste de Norteamérica, las ruedas de medicina y los círculos kiva se suelen encontrar en disposiciones lineales, y en el Medio Oeste y las regiones costeras del Este los constructores de montículos dejaron muchas de sus grandes obras de tierra en alineaciones que cubren grandes superficies. En Nueva Inglaterra, misteriosos sitios con cámaras de piedra también se acomodan en patrones lineales; muchos chamanes nativos americanos hoy hablan de energías llamadas Orenda, Manitou, y con otros nombres, que fluyen a través de la tierra para promover la sanación.
No solo se aprovechaban los poderes terrestres locales en todo el mundo, sino que muchas tradiciones antiguas y modernas reconocen que estos patrones locales eran parte de una configuración energética mucho más grande llamada la Rejilla Cristalina de la Tierra.
Los ancianos de la nación nativa Hopi de Norteamérica dicen que la superficie de la tierra es como el lomo de un cervatillo manchado. A medida que el cervatillo crece, las manchas se mueven y cambian en número. De modo similar, cada vez que la Madre Tierra "canta una nueva canción" o entra en un nuevo cambio vibratorio, sus centros de poder también cambian hacia una nueva configuración, interconectados por una geometría sagrada más compleja.
En la década del 70 varios estudiantes del inventor Buckminster Fuller llevaron a cabo una serie de experimentos que luego repitieron otros investigadores, llevándolos a nuevos niveles. Los experimentos involucraban sumergir un globo en un medio líquido, lleno con una tintura azul, y someter al globo y al líquido a una cierta frecuencia vibratoria. El resultado era que la tintura se agrupaba en puntos específicos de la superficie del globo, y se formaban delgadas líneas uniendo los puntos en configuraciones geométricas. Cuando la frecuencia se hacía más alta, los puntos de tintura originales se disolvían primero rápidamente, y luego empezaban a formarse lentamente puntos de tintura en mayor número, unidos por líneas en una configuración más compleja.
Ahora se cree que la tierra también tiene sus propios centros de energía, en semejanza con el cuerpo humano con sus chakras y puntos de acupuntura. Como el cervatillo que crece, o el globo sometido a una frecuencia más alta, cuando la tierra se mueve periódicamente a un estado de energía más elevada, así también los patrones generales de energía planetaria cambian hacia nuevas formas de tipo cristalino. Esto es un fenómeno global que parece haber estado ocurriendo por un período muy largo.
Un estudio de las proyecciones de los mapas y de los patrones geológicos en todo el mundo, conducido en 1976 por Athelstan Spilhaus, consultor de la Administración Oceanográfica y Atmosférica Nacional (NOAA), reveló que cuando el super continente Pangea se partió por primera vez aproximadamente 220 millones de años atrás, formando los rudimentos de nuestras masas continentales de hoy en día, la ruptura ocurrió a lo largo de líneas equidistantes formando los bordes y vértices de un tetraedro. Esta es una forma geométrica compuesta de cuatro triángulos equiláteros, el primero y más simple de los Sólidos Sagrados de Platón.
Basándose en la investigación de Hanshou Liu, del Centro de Vuelo Espacial Goddard, que analizó las líneas de estrés de la tierra causadas por los movimientos polares y de tierras durante los últimos 200 millones de años, Spilhaus descubrió que lo siguiente que se delineaba en la estructura planetaria era una combinación de cubo y octaedro. Un cubo se compone de seis cuadrados, y el octaedro tiene ocho triángulos dispuestos en dos pirámides, como las egipcias, unidas por la base, o sea la configuración de un cristal de fluorita. Estos constituyen los dos sólidos platónicos siguientes mayores después del tetraedro. La evolución cristalina de la tierra no terminó allí, sin embargo, sino que se ha movido a dos formas platónicas aún más complejas.
Los sólidos platónicos son una serie de poliedros regulares que pueden ser inscriptos dentro de una esfera, notablemente el dodecaedro, una figura de doce caras cada una de las cuales con la forma de un pentágono regular. Richard Hoagland ha sido conocido por argumentar que el tetraedro de cuatro caras (el más simple de los sólidos platónicos) está en el centro de las formas de la Tierra y de Marte, y puede explicar muchas anomalías planetarias en ambos mundos. La sugerencia principal es que los planetas son cristalinos en su centro.
Algunos creen que esto podría explicar la profecía de Juan el Divino en su Libro de las Revelaciones en el que describe la venida de una Nueva Jerusalén y la Nueva Tierra como "teniendo la luz como la luz de un cristal," y que es "tan larga como ancha como alta" o sea de forma geométrica de un cubo.
El Dodecaedro Planetario
En la década de los 70, tres rusos, el historiador Nikolai Goncharov, el ingeniero en construcciones Vyacheslav Morozov, y el especialista en electrónica Valery Makarov, anunciaron en la revista científica de la Academia Soviética de Ciencia, Química y Vida, su descubrimiento de un patrón geométrico de rejilla que parece interconectar un gran número de fenómenos naturales en un sistema planetario único. Su trabajo se basó en los descubrimientos de un investigador norteamericano, Ivan T. Sanderson, que identificó lo que él llamó doce "vórtices viles" o perturbaciones de energía electromagnética ubicadas equidistantes en la superficie del globo, dos de las cuales eran el así llamado Triángulo de las Bermudas en el Caribe y el Mar del Diablo cerca de Japón.
Lo que descubrieron los tres rusos fue una estructura subyacente que conectaba estos centros en una estructura cristalina dual, una combinación entre el icosaedro y el dodecaedro. No es una sorpresa que estos sean el cuarto y el quinto sólido en la serie platónica, que fueron proyectados hacia afuera por la tierra durante el último millón de años o más. El icosaedro se compone de veinte triángulos formando casi una bola, y el dodecaedro está compuesto de doce pentágonos como caras. Se puede ver en la literatura y en los restos de los antiguos que ellos estaban muy familiarizados con la rejilla cristalina de la tierra.
A partir de la combinación de sus experiencias en historia, ingeniería y electrónica, los científicos rusos decidieron que en teoría nada impedía que un patrón de tipo entramado - una "matrix de energía cósmica" según lo expresaron ellos - estuviera incorporado en la estructura de la tierra en el momento que ella se formó, y cuyas formas todavía se podrían percibir difusamente hoy. Pravda, en su momento el diario ruso oficial para la generación más joven, siguió la idea con una sugerencia de que la Tierra había empezado su vida como un cristal y que solo después lentamente se moldeó hacia el esferoide que hoy es.
De acuerdo a la hipótesis, el cristal aún se puede ver en doce placas pentagonales que cubren la superficie de un globo - un dodecaedro. Superpuestos sobre esto hay 20 triángulos equiláteros. Ellos aducen que la estructura geométrica completa puede verse por su influencia en la localización de las civilizaciones antiguas, en las fallas terrestres, las anomalías magnéticas, y muchas otras ubicaciones no relacionadas de otro modo, que están localizadas en las intersecciones de la rejilla o a lo largo de sus líneas.
Al describir cómo se vería el planeta desde el espacio, Platón dijo que parecía una pelota cosida formada por doce piezas de tela. Estos serían los doce pentágonos del dodecaedro, que también forma la estructura para la rejilla icosaédrica. Los objetos de oro encontrados en las ruinas Khmer en el sudeste de Asia y en los restos druídicos en Francia, además de las bolas de piedra del período neolítico desenterradas en Escocia, todos ellos estaban formados mostrando la progresión geométrica de la rejilla cristalina desde el tetraedro al dodecaedro y eran usadas como instrumentos de enseñanza para que los iniciados entendieran la evolución de los sistemas de energía planetaria.
El Hexágono de Saturno
La sonda espacial Cassini de la NASA ha estado durante años orbitando a Saturno, el gigante gaseoso de los anillos, y ha brindado algunas imágenes muy detalladas de la tormentosa atmósfera del planeta. Parece que existe una nube perfectamente hexagonal gigantesca (diámetro de 15.000 millas) que flota sobre su polo norte. Lo que es más, parece ser una característica permanente. Primero fue detectada por una nave Voyager; la nube volvió a ser fotografiada años más tarde por la sonda espacial Cassini, y todavía estaba allí sin cambios. Hasta ahora los científicos de la NASA no han logrado brindar una explicación satisfactoria, pero eso no ha impedido una oleada de especulaciones en internet.
Algunos creen que es una manifestación del mal; otros la ven como una energía reflectante que afecta nuestra vida diaria. El investigador del espacio Richard Hoagland la ve como una evidencia de un flujo de energía hiperdimensional. Ciertamente parece indicar la presencia de algún campo de fuerza geométrico o una onda estacionaria. En otras palabras, la forma subyacente de un planeta es cristalina. Hoagland ha sugerido que la Tierra y Marte son ambos básicamente tetraedros (cuatro triángulos equiláteros) y que las antiguas civilizaciones de ambos planetas lo sabían. La mayoría de los que ven una base geométrica en la forma de la Tierra también ven una conexión con las antiguas rejillas y líneas ley. Todo eso sugiere la presencia de algún tipo de consciencia planetaria, como en la hipótesis Gaia (la Tierra como una diosa).
Para muchos de la comunidad de ciencia alternativa, el hexágono de Saturno y la aurora que lo acompaña sugieren patrones geométricos subyacentes que se piensa que están en el centro de todas las grandes estructuras como los planetas. Aquí en la Tierra, los investigadores han notado formas generales en fenómenos como los terremotos, las tormentas y la actividad volcánica; ni qué decir de las migraciones de aves y animales, y muchos otros fenómenos naturales. Los cambios en el campo geomagnético del planeta se han asociado a cambios en la resonancia de la tierra, y han sido interpretados como indicativos de algún tipo de proceso de cambio en curso, esencialmente orgánico.
Cualquiera sea la causa del misterioso hexágono de Saturno, sin embargo, es claro que está presente algún tipo de simetría donde no se esperaba nada de eso, al menos por parte de la ciencia establecida.
Para los investigadores del Instituto de Vida Terrestre en el Instituto de Tecnología de Tokio, la cuestión principal parece ser cuáles aleaciones se pueden encontrar en el centro de la tierra. En el año 2013, Kei Hirose, ahora Director del ELSI, informó que el centro de la tierra puede haberse enfriado tanto como 1.000 grados centígrados desde su formación hace 4.500 millones de años. Este enfriamiento tan grande sería necesario para sostener el campo geomagnético, a menos que hubiera otra fuente de energía aún por descubrir. Estos resultados fueron una sorpresa importante para la así llamada comunidad de la tierra profunda, y crearon lo que Peter Olson de la Universidad Johns Hopkins denominó "la Nueva Paradoja del Calor Central", en un artículo publicado en la revista Science.
En tanto la idea convencional ha sido que el núcleo fundido es en su mayor parte de hierro, la evidencia recién descubierta - que el núcleo de la Tierra consiste en su mayor parte de cristales de cuarzo - significa que la noción de un planeta cristalino y la geometría sagrada implicada puede no ser tan inverosímil. - Revista Atlantis Rising
Traducción: M. Cristina Cáffaro
www.traduccionesparaelcamino.
Fuente:
http://www.trabajadoresdelaluz.com
11 de Mayo 2018