Verdad viviente.

Toda persona viviente en la Tierra tiene una verdad que reside en lo profundo de la estructura de su alma. Una verdad que está tan entrelazada que no pueden separarse de ella. Una verdad que es filosa como una espada, pero suave y amorosa como la caricia de una madre. A medida que todos expandimos los horizontes de lo que percibimos como la verdad en 2018, muchas capas de verdades del pasado se liberan para convertirse en uno con todo lo que busca convertirse en más Luz.

La verdad es una entidad viviente que siempre cambia de forma y se alinea solo con la evolución y la elevación del alma humana. La verdad es diferente para cada especie dentro del Universo de Dios. Dentro del ADN humano residen 144 hebras de verdad galáctica que se enroscan alrededor de nuestras almas. A medida que evolucionemos hacia la posición de ver la verdad desde una perspectiva más elevada y con un ángulo diverso, se nos escoltará hacia un pasaje del tiempo que nos mostrará todos los colores de cada verdad humana exhibida y extraviada. La forma en que veamos estas verdades cambiará en proporción directa a nuestra capacidad de comprender lo que parece extraño para nuestros sentidos.

La verdad corretea junto a nosotros como una fugaz sombra en una pared. La verdad nos habla desde las moléculas dentro del agua que bebemos. La verdad se ha convertido en una amante cruel últimamente mientras cambia y gira como un abrupto camino de montaña llevándonos al borde de lo que sabemos que somos y de lo que seremos en el futuro.

¿Cómo podemos nosotros, como seres humanos de honor y valor, lidiar con el hecho de que la verdad se mude a nuestro alrededor, soltando las plumas de la justicia, soltando la libertad que una vez sentimos dentro de esa verdad? La verdad ha sido una buena amiga confiable durante muchos años. Alguna vez, nuestras verdades nos confortaron y ahora nos dejan anulados y vacíos.

Cuando éramos niños, a menudo nuestros padres nos mentían para mantenernos a salvo del peligro, para que siguiéramos creyendo en la magia y en ellos como padres. A medida que crecemos en estatura y en el futuro, llegamos a un lugar que nos demuestra que muchas de nuestras plumas de la verdad y la justicia fueron arrancadas de un ave diferente.

A medida que nos acerquemos a la vibración del 2020, se nos dará una visión retrospectiva, visión futura, visión y todo acceso a lo que está fuera de la vista. Muchas de las verdades se escapan sin ser vistas, algunas de las verdades bailan frente a nosotros levantando seductoramente los siete velos de la ilusión, otras verdades nos saludan desde las bancas.

Sin importar si este mundo es real, o una ilusión, o solo un campo de sueños colectivo en construcción, debemos jugar dentro de estos perímetros terrenales. Dándole a ella todo lo nuestro, dándole a la Tierra la luz más elevada de nuestro corazón. Tanto si este es nuestro único momento para vivir en este paraíso terrenal, o si nos expandimos a través de la Galaxia como miel en un bollo, eso no importa. Porque a nosotros, como especie, se nos pide dar el 100% y creer el 100%.

En este lugar y tiempo reside un gran diluvio de verdades que se reúne como un tsunami que busca la costa lejana. Se nos pide que liberemos lo que creímos alguna vez para dejar lugar a verdades más elevadas que sirvan a este tiempo y espacio. Una vez creímos en un mundo plano, una vez creímos que el universo giraba alrededor de la Tierra. Ninguna de estas verdades sobrevivió y solo están grabadas en los libros como un recordatorio de cómo cambian las verdades a través de la historia.

Como un niño que deja de creer en la magia de Papá Noel, se nos pide que liberemos lo que una vez atesoramos en nuestro corazón y permitamos que nuestro yo humano crezca hasta convertirse en un lugar de verdades sin fondo. A través del tiempo, hemos dado un cien por ciento de nuestro corazón, mente, cuerpo y alma a lo que creímos estaba cimentado en la piedra de la verdad. La pluma de la verdad tiene muchas capas y hebras de encaje que se superponen entre sí; hay verdades de familia, verdades de amantes, verdades históricas, verdades del vecindario, verdades del país, verdades planetarias, etc.

A medida que el ser humano galáctico renazca en 2020, se producirá una progresión biológica que permitirá que todo lo que se percibe como humano e inferior ocupe un lugar y un sitial de honor. Finalmente, la humanidad llegará a un punto donde comprenderá, conocerá y recordará una existencia con propósito.

¿Por qué este cambio profundo?, se preguntan. Este código de conciencia estaba escrito en los esquemas y el diseño de la humanidad como un código de seguridad, por si en la plenitud del tiempo la Tierra no recuerda, no puede recordar o no quiere recordar la exquisitez de la creación y el poder que poseen. 

por Gillian MacBeth-Louthan
PO box 217
Dandridge, Tennessee
37725-0217
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Traducción: Susana Peralta



Fuente:
http://www.trabajadoresdelaluz.com
03 de Mayo 2018