Annie Besant - Los siete principios del hombre. Principio 3

PRINCIPIO III

PRANA. LA VIDA

Todos los universos, todos los mundos, todos los hombres, todos los animales, todos los vegetales, todos los minerales, todas las moléculas y átomos, todo lo que es, está sumergido en un gran Océano de Vida, Vida Eterna. Vida Infinita, Vida incapaz de incremento o de disminución. Este gran Océano de Vida se llama Jiva; el universo es solamente Jiva manifestado, Jiva hecho objetivo, Jiva diferenciado.

Ahora bien; cada organismo, bien sea diminuto como una molécula o vasto como un universo, puede considerarse apropiándose algo de Jiva, encarnando como vida propia algo de esta Vida universal. Figurémonos una esponja viva extendiéndose en el agua que la baña, la envuelve, la penetra; allí está el agua, el océano circulando por todas sus partes, llenando todos sus poros; pero podemos pensar en el océano que está fuera de la esponja o en la parte del océano apropiado por la esponja, distinguiéndolos con el pensamiento, para darnos cuenta de cada uno separadamente. Del mismo modo, cada organismo es una esponja bañada por el Océano de la Vida Universal, por Jiva, y conteniendo en sí algo de este Océano como su propio aliento de vida.

En Teosofía se distingue esta vida apropiada bajo el nombre de Prana y se la llama Tercer Principio de la constitución del hombre. Para hablar con toda exactitud, el "soplo de vida", lo que los hebreos llaman Nephesch, o el soplo de vida infundido en las narices de Adan, no es solamente Prana, sino Prana juntamente con el Cuarto principio. Los dos juntos forman la "Chispa vital" (Doctrina Secreta); son el soplo de vida, de la vida física, de la vida material, así en el hombre, como en la bestia y en el insecto. Es "el soplo de vida animal en el hombre -el soplo de la vida instintiva en el animal". Pero ahora no nos ocupamos sino de Prana, de la vitalidad, el principio vivificador de todos los cuerpos animales y humanos. De esta vida es vehículo el Linga Sarira o doble etéreo que funciona por decirlo así: como medio de comunicación, como puente entre Prana y el Sthula Sarira o cuerpo físico.

Los microbios de la ciencia constituyen las subdivisiones inferiores de Prana, según la explicación que de este principio da la Doctrina Secreta. Aquéllos son las vidas invisibles que construyen las células físicas, aquéllos son las "innumerables miríadas de vidas" que construyen el tabernáculo de arcilla", los cuerpos físicos. (Doctrina, Secreta). La Ciencia, percibiendo la verdad confusamente, puede encontrar bacterias y otros organismos infinitamente pequeños en el cuerpo humano y no ver en ellos sino visitadores anormales que, de vez en cuando, se presentan y a los que se atribuyen las enfermedades. El ocultismo, que descubre una vida en cada átomo y molécula, ya sea en el mineral o en el cuerpo humano, en el aire, en el fuego o en el agua, afirma que todo nuestro cuerpo está compuesto de estas vidas, siendo la bacteria más pequeña que el microscopio puede distinguir, relativamente del tamaño de un elefante respecto de los más pequeños infusorios. Las "vidas ígneas" son los refrenadotes y directores de estos microbios, de estas vidas invisibles, e indirectamente construyen, refrenando y dirigiendo los microbios que son los constructores inmediatos a los que proveen de lo que les es necesario, y actuando como vida de estas vidas.

Las "vidas ígneas", la síntesis, la esencia de Prana, son !a energía vital constructora, que hace aptos a los microbios para construir las células físicas. Uno de los comentarios arcaicos resume la cuestión en magistrales y luminosas frases diciendo: Para el profano los mundos están construidos de los "elementos" conocidos. Para un Arhat, estos elementos constituyen colectivamente una Vida divina y, distributivamente, en el plano de las manifestaciones son los innumerables crores de vidas (Un Cror es diez millones). El fuego sólo es Uno en el plano de la Realidad Una; en el del ser manifestado y, por lo tanto, ilusorio; sus partículas son vidas ígneas que viven y mantienen su ser a expensas de todas las demás vidas, las cuales consumen. Por ello son llamadas los Devoradores... Todas las cosas visibles en el Universo han sido construidas por estas vidas, desde el consciente y divino hombre primitivo hasta los agentes inconscientes que constituyen la materia... De la Vida Una, increada y sin forma, procede el Universo de vidas" (Doctrina Secreta). Lo mismo que en el Universo pasa en el hombre; todas estas innumerables vidas, toda esta vitalidad constructora, todo esto es resumido por los teósofos en el término Prana.



Los siete principios del hombre.
(The Seven Principles of Man)
Theosophical Publishing Society, London, 1892
Annie Besant



Fuente:
www.trabajadoresdelaluz.com