Emmanuel - Por qué no hemos creado un mundo mejor?

Por qué no hemos creado un mundo que fuera ante todo un deslumbrante espejo?

Porque en ese espejo habéis logrado ver lo que de nebuloso hay en vosotros, así como vuestra propia Luz.

Cuando a través de la contaminación consigáis contemplar la hermosura de vuestro hogar; cuando consigáis tocar con amor, más allá de esta realidad externa deslucida, revitalizaréis lo que existe en su interior y la tierra volverá a brillar de nuevo.
La naturaleza de la materia física; en cuyo seno compartís las cosas y trabajáis, es reflexiva.

Todo lo que tocáis se refleja.

Mientras haya un alma a la deriva por el infinito mar de la conciencia, la tierra no asumirá la claridad que le corresponde, pues esa alma verá su propio reflejo y por ende manchará ese espejo perfecto.

Así debe ser.


- ¿Tiene algún significado cósmico este tiempo tan raro que estamos teniendo?

No quieras ver en los fenómenos naturales desastres.

La tierra es muy sabia.

Sencillamente lo que hace es equilibrar su ecología.


- ¿Cómo hemos de considerar la temible energía nuclear?

Sin miedo.

No temáis a la energía nuclear per se.

Es una parte más del universo de Dios.

Nada de lo que hay en el mundo de Dios es malo.

Lo malo es lo que se hace con ello.

Respetad la energía nuclear.

Empleadla con prudencia.

En tal caso se le otorgará el lugar que le corresponde en vuestro mundo.

Ni más ni menos.

El problema está en la falta de atención, en la codicia, en la desconsideración, y no en la energía nuclear.

El problema está en la energía humana —en el mal uso que se hace de la energía humana— y en el miedo.

El miedo a que no haya nunca suficiente.

Los materiales nucleares se están utilizando como un medio para llenar los bolsillos de algunos.

La codicia es el residuo tóxico del miedo.

Lo que ahora se os presenta en forma de dioxina se os presentó en el pasado en forma de otros venenos; en forma de invasión de serpientes, por ejemplo, o de guerra, o de peste.

La dioxina es una forma moderna de la negatividad y como tal debería ser tratada.

Cuando seáis concientes, de que la conciencia es la que crea las cosas, os veréis revestidos del poder que confiere ese saber y seréis capaces de bendecir, limpiar y sanar.

Sí. Incluso vuestra tierra.

Orad por la tierra que está afligida.

Ofreced a los que sufren ternura, amor, comprensión, compasión, bendiciones, sanación.

Todavía tenéis que daros cuenta del poder de alterar todas las cosas y convertirlas en Luz que lleváis en el interior de vuestra conciencia.

Miradlo todo con amor y perderá sus poderes.


- Sobre el gobierno:

Los gobiernos no tuvieron nunca por objeto gobernar la Luz y los procesos del alma de quienes habitan un país.

Todas las corporaciones gubernamentales, sin excepción, se han vuelto desproporcionadas, monstruosas casi, respecto a las necesidades de los pueblos a los que pretendían servir cuando fueron creadas.

Ha llegado el momento de constituir un gobierno universal.

Romped las Ataduras de la resistencia y engaño nacionalistas y que toda la humanidad sea una y y reconozca así su Unicidad que es la verdadera realidad.

Gritadlo por las calles.

Los gobiernos actuales fueron inventados cuando el género humano estaba aún en el parvulario.

Ha llegado el momento de permitir a aquéllos que por lo menos han pasado el bachillerato (por no hablar de los que han llegado ya a la facultad en lo que a esta ilusión se refiere), crear un gobierno con ideas más maduras.

Independientemente de quien ocupe la presidencia, cada país está regido por la Presencia Divina.


- ¿Qué aspectos de la conciencia produciría un horror tan grande como fue el Holocausto?

Sabed que la expresión «Todos somos responsables» es bastante acertada.

Ya es hora de que miréis todos hacia vuestro interior y de que descubráis dónde guardáis tanta crueldad, dónde abrigáis tantos prejuicios o dónde os sentís superiores, aunque nunca llegarais a actuar de esa forma.

Semejantes ideas podrían llegar a causar muchas atrocidades de mil modalidades distintas, aunque no pasaran del nivel mental o emocional, y no salieran de los límites de vuestra mente conciente.

De un modo u otro todos habéis contribuido a aquellos tiempos, aunque no estabais presentes agrupando las víctimas.

Todos y cada uno de vosotros, casi sin excepción, habéis fijado vuestra conciencia en el mismo punto, en aquél que (exagerando un poco los términos) ha dado lugar a las actuales circunstancias.

Se trata de un largo proceso de aprendizaje.

Si es empleado como tal, quienes fueron destruidos físicamente habrían contribuido en gran medida a lo que constituye el magnífico don del amor.

Son muchos los que, de manera individual o en grupo, sacrifican su vida del mismo modo en que lo hicieron las almas que sufrieron el Holocausto. Y, según parece, ahora debemos fijar nuestra atención en los acontecimientos más normales para que la lección quede bien aprendida.

¿Acaso no es éste el momento de fijarnos en el heroísmo, el sacrificio, el amor y el Dios que habita dentro de cada uno?

Resulta mucho más fácil señalar al pasado y decir.

«Mirad!», en vez de decir: «Debo mirar a mi alrededor ahora.» Pues, al ver lo que ocurre en la actualidad, tendríais que hacer algo al respecto.

Se erigen monumentos a pensamientos congelados. Y aunque, como marco referencial, puedan impartir algún tipo de enseñanza, tienden a congelar e inmovilizar el proceso de constante despliegue de las cosas.

Las lecciones deben ser aprendidas y dejadas en su sitio, o mejor dicho, hay que aprenderlas y confiar en ellas. Honraremos mejor el pasado honrando el presente.



Extracto de El libro de Emmanuel
Transmitido por Pat Rodegast


Fuente:
www.trabajadoresdelaluz.com