Científico, filósofo y teólogo.
Un hombre brillante. Conocido como el “genio universal”, “poli matemático”,
“hombre del Renacimiento”, adelantado para su época. Diseñador de un submarino
antes de que éste existiera; psicólogo 140 años antes que Freud; ingeniero
aeronáutico 190 años antes que los hermanos Wright; matemático, geólogo,
metalúrgico, mineralogista, cristalógrafo, anatomista, botánico, químico,
físico, cosmólogo, astrónomo, autor, inventor, legislador, ingeniero minero,
economista, editor, poeta y músico.
La vida de Emanuel Swedenborg
(1688-1772) estaba inmersa en el mundo racional de las ciencias físicas y una
profunda fe cristiana. Vivió durante el apogeo de la Ilustración, un período en
que los intelectuales rechazaron las enseñanzas religiosas dogmáticas en favor
de la ciencia y la razón; y su teología refleja precisamente una larga lucha
para entender el mundo del espíritu a través de la investigación del mundo
físico. Esa lucha se resolvió cuando (como lo describió el mismo) sus sentidos
espirituales se abrieron y comenzó a interactuar directamente con los
“habitantes” del cielo, el infierno y del mundo de los espíritus entre éstos. A
pesar de que sus escritos teológicos se basan en experiencias y visiones que
pueden parecer increíbles para una audiencia moderna -como lo hicieron con
muchos de los contemporáneos de Swedenborg-, él escribe con plena conciencia de
lo difícil que pueden ser aceptadas sus explicaciones. En consonancia con su
formación académica temprana, presenta sus ideas en un orden lógico, dibujando
ejemplos de la vida cotidiana como prueba de la verdad de sus palabras,
invitando a los lectores a juzgar por sí mismos.
Primeros
Años
Nacido en Estocolmo, Suecia
(1688), fue el segundo hijo de Jesper Swedberg, un pastor de una iglesia
estatal luterana de Suecia. A la edad de once años, Emanuel entró a la
Universidad de Uppsala, donde su padre era profesor. Éste dejó la universidad
para convertirse en obispo de Skara unos años más tarde, mientras que Emanuel
se mantuvo en Uppsala terminando sus estudios en 1709. Era costumbre que los
hombres jóvenes ricos suecos de su época viajaran al extranjero para ampliar lo
que habían aprendido. Su primer destino fue Inglaterra, un centro mundial de
aprendizaje y una gran potencia marítima, donde estudió las técnicas de
observación del astrónomo John Flamsteed y viajó en los mismos círculos
intelectuales de luminarias como Isaac Newton y Edmund Halley. Emanuel también
estudió geología, botánica, zoología y las ciencias mecánicas bajo un número de
académicos, inventores y mecánicos, continuando esos estudios en Ámsterdam y
París.
Cuando regresó a Suecia cinco
años después, trabajó como asistente del inventor sueco Christopher Polhem.
Como resultado de la asociación, Emanuel fue presentado al rey Carlos XII de
Suecia, quien se impresionó con el intelecto de Emanuel y le proporcionó un
puesto en el Consejo de Minas. Esta posición era adecuada para él, no sólo por
las conexiones de la familia a la industria minera, sino porque le daba amplias
oportunidades para la investigación científica. Tras la muerte de Carlos XII en
1718, su hermana Ulrika Eleonora, ascendió al trono. En 1719, se ennoblece la
familia Swedberg, cambiando su nombre por el de Swedenborg, el nombre con el
que Emanuel se conoce hoy en día.
Investigación
Científica
Durante
este primer período, la mayor parte de la energía intelectual de Swedenborg fue
encauzada al trabajo científico y técnico. En los años posteriores de su
regreso a Suecia, publicó una revista científica titulada Daedalus Hyperboreus.
Aunque la revista pretendía destacar los logros de Polhem, también incluyó una
serie de ideas e invenciones propias de Swedenborg, entre éstas, los planes
para una máquina voladora. A partir de esta revista, surgieron libros de
química y física, así como el primer libro en sueco sobre álgebra.
La
primera publicación importante de Swedenborg fue Opera Philosophica et
Mineralia (Trabajos Filosóficos y Metalúrgicos), un conjunto de tres volúmenes.
Esta obra fue escrita en latín y publicada en el extranjero para su
distribución a un público internacional. Mientras que el segundo y tercer
volumen -uno sobre hierro y el otro sobre cobre y latón- atrajo la atención por
su información técnica de la metalurgia, que fue el primer volumen, titulado
Principia Rerum Naturalium (Principios Básicos de la Naturaleza), que sentó las
bases filosóficas de investigaciones posteriores de Swedenborg sobre la
naturaleza del alma.
A los trabajos filosóficos y metalúrgicos, le
fue seguido una serie de libros sobre anatomía. El primero de ellos de dos
volúmenes, Oeconomia Regni Animalis (Dinámica de Dominio del Alma), publicado
en 1740 y 1741. El primer volumen se dirige al corazón y la sangre; el segundo,
al cerebro, el sistema nervioso y el alma. Nuevamente, Swedenborg estaba
buscando una conexión entre los mundos espiritual y físico. Sobre los trabajos
de los científicos y filósofos contemporáneos, describe un fluido espiritual
sutil que impregna y sostiene a todos los seres vivos, existiendo en una
interacción compleja con la sangre y el líquido cefalorraquídeo. El origen de
la vida es una energía sustentadora que permea toda la creación, y la fuente de
esa energía es Dios. De esta forma, la naturaleza, desde el punto de vista de
Swedenborg, se deriva la vida en todas sus formas desde esa energía creativa y
estaría muerta sin la influencia divina.
A
pesar de que la obra Dinámica del Dominio del Alma se vendió bien y recibió
críticas favorables, el propio Swedenborg no estaba satisfecho y casi
inmediatamente comenzó a trabajar en una serie de volúmenes sobre la anatomía
de manera más profunda. Publicó tres volúmenes de esta serie titulada Regnum
Animale (Dominio del Alma), y escribió borradores de varios más, pero ese
trabajo fue interrumpido por un momento de crisis espiritual que marcaría el
inicio de su período de videncia.
Crisis
Espiritual
Comenzando en 1743 y
continuando a lo largo de 1744, Swedenborg experimentó sueños intensos y
visiones por la noche que registró en su diario personal. Muchos de ellos
giraban en torno a un sentimiento de falta de mérito espiritual, una sensación
de que tenía que purificarse del pecado. En un sueño, un hombre apareció y le
preguntó si tenía un certificado médico; Swedenborg interpretó esto como si
Cristo le hubiera preguntado si estaba preparado para llevar a cabo una
vocación espiritual. En otro caso, meses más tarde, él estaba pensando en su
trabajo y oyó una voz decir: “¡Cierra la boca o te golpearé!” Esto lo
interpretó como una advertencia en contra de las tareas mundanas realizadas en
un domingo.
La apertura de su
videncia espiritual -en algunas ocasiones en un estado de completa
vigilia-, comenzó en 1745, aunque las circunstancias exactas en que se dieron
siguen siendo un misterio y un tema de debate. Desde este punto en adelante,
comenzó a registrar las experiencias de su contacto con el mundo espiritual. Al
mismo tiempo, comenzó a escribir una exploración del significado interno de la
Biblia basado en la nueva comprensión que obtuvo de sus visiones. Al principio
parecía difícil para él y dejó los borradores iniciales de esta exposición inéditos.
En 1747, rechazó una promoción que le habían ofrecido a cambio de pedir al rey
ser liberado de su servicio en el Consejo de Minas para poder dedicarse de
tiempo completo a la escritura teológica.
Escritos
Teológicos
Swedenborg publicó su primera
obra teológica, Arcana Coelestia(Secretos del Cielo) en 1749; el
octavo y último volumen se publicaron en 1756. Decidió publicar el libro en
Londres, en parte para evitar las estrictas leyes anti-heréticas de Suecia,
pero también porque sentía que Londres era el mejor ambiente intelectual con
una forma completamente nueva de mirar las Sagradas Escrituras.
Los Secretos del Cielo es
una discusión verso por verso del significado interno de la Biblia, comenzando
con el Génesis para continuar con el Éxodo. Swedenborg escribe que la Biblia no
debe tomarse literalmente -de hecho, partes de ella no tienen sentido si se
toma al pie de la letra-, pero todo lo escrito allí tiene un significado
espiritual interior que él llama una “correspondencia” o “conexión”.
Intercalados entre los capítulos de comentario, se encuentran algunas
explicaciones de los principios que se convertirían en piezas clave de la
teología de Swedenborg: la conexión entre el mundo físico y el mundo
espiritual, la estructura del cielo y el infierno y la vida de los ángeles y los
demonios, la interacción entre el alma y el cuerpo, y la interconexión de fe y
caridad.
Aunque pareciera que Swedenborg
planeaba ir a través de toda la Biblia en este tipo de exégesis verso por
verso, nunca lo hizo. En vez de esto, regresó a Londres con cinco nuevos
títulos para publicar: El Cielo y el Infierno, una
descripción de la vida después de la muerte y la vida de sus habitantes; Caballo
Blanco, que habla sobre el significado interno de la Biblia; Otros
Planetas, que describe a los seres que viven en otros planetas, algunos
dentro y otros fuera de nuestro sistema solar; El Juicio Final; y La
Nueva Jerusalén. Estos dos últimos se refieren a un aspecto único de la
teología de Swedenborg. En El Juicio Final, escribe
que no es un evento futuro que marcará el fin de nuestro mundo, sino un
acontecimiento espiritual, donde los malos espíritus que habían logrado
infiltrarse en el cielo fueron arrojados al infierno, permitiendo que los seres
humanos en la tierra y en el cielo reciban las verdades espirituales más
claramente. Por otra parte, afirma haber sido testigo de este evento en 1757,
un año que marcó el comienzo de una nueva era espiritual para la humanidad. En La
Nueva Jerusalén, establece los principios generales para la nueva iglesia
que le continuaría al Juicio Final.
Historias
de Videncia
A partir de 1759, una serie de
incidentes que demuestran las interacciones de Swedenborg con el mundo
espiritual, atrajo la atención internacional. La primera, en julio de 1759,
ocurrió mientras Swedenborg estaba asistiendo a una cena en la ciudad sueca de
Gotemburgo. Durante la cena, de repente se sintió agitado y comenzó a describir
un incendio en Estocolmo -más de 250 millas de distancia-, que amenazaba su
casa. Dos horas más tarde, informó que el fuego había sido extinguido a tres
puertas de su casa. No fue hasta dos días después que los mensajeros de
Estocolmo llegaron a Gotemburgo y confirmaron los detalles como Swedenborg se
los había transmitido.
En 1760, la viuda del embajador
francés en Suecia recientemente fallecido, se le presentó con una factura por un
servicio de plata muy caro que su marido había comprado. Estaba segura de que
había pagado, pero no pudo encontrar el recibo. Después de pedir ayuda a
Swedenborg, tuvo un sueño en el que su marido reveló la ubicación del recibo,
que resultó ser exacta.
Al año siguiente, Swedenborg
fue presentado en la corte de la reina de Suecia Louisa Ulrika y le pidió
transmitir una pregunta en particular a su fallecido hermano, el príncipe
Augusto Guillermo de Prusia. Swedenborg regresó a la corte tres semanas más tarde
y le dio la respuesta en privado, sobre la cual ella exclamó que sólo
Swedenborg supiera lo que su hermano le había dicho. Estos tres incidentes bien
documentados, junto con otros, hicieron que Swedenborg fuera el tema de
conversación no sólo en su propio país, sino también en Europa continental. La
atención impulsó que se reconociera a Swedenborg como autor de los libros que
había escrito.
Trabajos
Posteriores
En los años que siguieron a los
incidentes descritos anteriormente, Swedenborg publicaría varias obras
teológicas importantes: El Amor Divino y Sabiduría (1763), La
Divina Providencia (1764), La Revelación sin Velo (1766)
y El Amor en el Matrimonio (1768). Amor Divino y
Sabiduría y Providencia Divina, pueden tomarse como dos
partes de un mismo tema: la primera trata de la naturaleza de Dios, que en su
esencia es el amor y la sabiduría, y haciéndose eco de los primeros trabajos de
Swedenborg sobre el origen del mundo material, es la fuente de toda la vida. La
Providencia Divina aborda el libre albedrío, la naturaleza del mal y
del sufrimiento, y describe las leyes espirituales que gobiernan el mundo.
La Revelación sin Velo, es un
retorno al discurso principal de Swedenborg acerca del significado profundo de
la Biblia, esta vez examinando el libro de la Revelación en
gran parte con el mismo formato de verso por verso. Este fue el primer libro en
el que Swedenborg incluyó lo que llamó memorabilia (sucesos
memorables): descripciones de encuentros con ángeles, demonios o espíritus,
ilustrando por lo general un punto teológico que quería remarcar. Estos sucesos
memorables se añadieron al final de un capítulo y, a menudo no tenían conexión
aparente con lo que había escrito inmediatamente antes, aunque en dos cartas
personales le aconsejó a la gente leer los “sucesos memorables” antes de pasar
al texto principal.
Contrariamente a su título, El
Amor en el Matrimonio, trata del amor entre los sexos en todos sus
aspectos, incluidas las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Swedenborg
consideraba el amor conyugal como la más alta forma de conexión entre un hombre
y una mujer. Escribe que los aspectos masculino y femenino de los seres humanos
son complementarios. En el cielo, donde nuestra verdadera naturaleza se revela
plenamente, un hombre y una mujer que comparten una compatibilidad verdadera,
cuando se encuentren, se conocerán al instante entre sí y con el tiempo se
unirán en espíritu como si fueran una sola persona. Esa persona no es
necesariamente una pareja terrenal. Las personas de la tierra que están en un
matrimonio infeliz o que nunca se casan, todavía pueden encontrar el verdadero
amor, una vez que se muevan al cielo -una enseñanza que pudo haber tenido un
significado personal para Swedenborg, quien nunca se casó.
Cargos
de Herejía
Todos
los libros teológicos de Swedenborg fueron escritos en latín y publicados fuera
de Suecia, con mayor frecuencia en Londres o Ámsterdam. Esto fue sin duda, una
estrategia deliberada para evitar contravenir las estrictas leyes de censura de
Suecia, que prohibían la publicación de cualquier cosa que contradijera las
enseñanzas de la iglesia estatal Luterana. Aunque Swedenborg nunca fue blanco
directo de investigación, dos de sus seguidores fueron acusados de herejía
después de la publicación de libros y artículos en sueco sobre las ideas de
Swedenborg. Durante el transcurso del juicio, las obras teológicas publicadas
de Swedenborg también fueron objeto de investigación. Cuando se hizo un mandato
real final, se decretó que los libros de Swedenborg contenían errores de
doctrina pero no eran heréticos; entonces sus libros fueron prohibidos, y sus
dos seguidores se vieron obligados a abandonar su posición de profesores.
Como respuesta a la noticia de
estos cargos, Swedenborg comenzó a trabajar en la obra La Verdadera
Religión Cristiana (1771), una discusión sistemática de sus ideas
teológicas que se relacionan con muchos aspectos de las creencias del
Cristianismo (específicamente Luterano). En el proceso, puso un mapa de ruta
para la nueva iglesia que él creía que estaba por venir.
El mismo Swedenborg expresó no
tener deseo de ser venerado como un profeta o de ser el fundador de un nuevo
movimiento religioso; cuando él habla de la “nueva iglesia” o la “nueva Jerusalén”,
se está refiriendo a un cambio en la forma en que la humanidad como conjunto,
experimenta y practica la religión. En varios lugares a través de sus libros
teológicos, Swedenborg describe cinco edades en la historia espiritual
de la humanidad: desde la iglesia más antigua, cuando los seres humanos
estaban en su infancia espiritual y estaban más en sintonía con Dios a la
cuarta edad, el Cristianismo, cuando las personas poseían verdaderas enseñanzas
en la forma de la Palabra (la Biblia), pero esas enseñanzas gradualmente fueron
corrompidas por la mala interpretación humana. En la quinta edad, una religión
completamente nueva surgiría en la que las personas tendrían un conocimiento
mucho más claro y más directo, del entendimiento de la verdad espiritual.
Días
Finales
La Verdadera Religión Cristiana fue
el último libro publicado de Swedenborg. A pesar de que el texto principal fue
impreso en Ámsterdam, Swedenborg viajó a Londres para publicar un suplemento.
Ese suplemento no se imprimió durante su vida. En diciembre de 1771, cuando aún
estaba en Londres, Swedenborg sufrió un derrame cerebral. A pesar de que se recuperó
parcialmente, presintió que no estaría mucho tiempo en este mundo. En febrero,
en respuesta a una carta que sugería una reunión en seis meses, respondió que
le sería imposible asistir porque iba a morir en el vigésimo noveno día del mes
siguiente. Fiel a su palabra, Swedenborg falleció el 29 de marzo de 1772, a la
edad de ochenta y cuatro años.
Autor y Traducción: Laura
Gamboa-Cavazos, redactora de la gran familia de hermandadblanca.org
http://hermandadblanca.org
11 de Julio del 2016