Ramtha - Lemuria y Atlántida.

- LEMURIA Y ATLÁNTIDA

Yo soy Ramtha el Iluminado. Era conocido como el Ram. Fui el primer conquistador que conoció este plano. 

Conquisté tres cuartas partes de tu mundo conocido, entidad. Mi marcha duró sesenta y tres años. Ascendí al nordeste del río Indo, delante de todas las entidades que eran mi gente, unos dos millones de personas. Ahora mi gente constituye la población de la India, Tibet, Nepal e incluso de aquello que se llama el sur de Mongolia, y así es en verdad. Mi gente es una mezcla de lémures, de aquello que se llama los pueblos de Ionia —más tarde llamada Macedonia— y la gente de las tribus, aquello que se llama, y así fue en verdad, la gente de las tribus de Atlantia. Mi sangre, entidad, está en todos ellos.

Yo no viajé por la totalidad de aquello que se llama el continente de Atlantia, sólo por el puerto más meridional, llamado Onai. Había un canal –lo que tú llamarías un canal— o vía fluvial que conectaba Atlantia con lo que se llama Mu. ¿Comprendes lo que significa Mu? Lemuria. La Patria más grande de todas.

Realmente fue la cuna de la civilización, si el hombre desea saber dónde estaba. Pero por los canales llegaban a Atlantia los peregrinos, puesto que la tierra llamada Mu estaba invadida por aquello que se llama las grandes bestias. Ellas eran los restos —y así fue en verdad— de una creatividad anterior, la cual te he explicado en aquello que se llama «Creación(1)». Y mucha gente tenía sus estructuras bajo tierra. En Lemuria nadie habitaba en estructuras sobre la tierra. Vivían en lo que se llama un monte. Había solamente una gran cordillera, que quedaba en la parte superior de la costa del Pacífico de este país (Estados Unidos) y que se internaba en los canales. En esta época en particular, las viviendas se construían en las montañas, pero en las llanuras, la gran llanura de Mu, todos vivían bajo tierra. Así que tenían una maravillosa red de túneles, en verdad, autopistas y desvíos que estaban por debajo de la tierra para protegerse de los animales que estaban arriba. 

Los animales se multiplicaron y produjeron criaturas enormes, más grandes y superiores.

Las entidades que decidieron permanecer en la patria sabían que la tierra se iba a hundir, porque las grandes aguas —y así fue en verdad— ya se estaban empezando a formar en el estrato. Y cuando la tierra se hundió, se destruyeron los animales y las bestias. Cuando esto sucedió, el continente se movió sobre su eje rotativo y esto produjo una gran helada en las regiones más altas de Lemuria. Fue la helada lo que extinguió todo. La tierra se estaba hundiendo. Los que eran los patriarcas de Lemuria decidieron permanecer en su amada tierra y perecer con ella. ¿Sabes? Ellos recuerdan la época de su llegada; se cuenta en su historia. Los más jóvenes hicieron su peregrinaje hasta Atlantia. Y la única vía fluvial que conectaba Atlantia con Lemuria era un canal. Nos llamaban esclavos, perros, desalmados, estúpidos. 

Todo lo que provenía de aquel continente no era apreciado ni respetado por los atlantes, porque ellos eran altivos en su intelecto, mientras que los lémures —y así fue en verdad— eran fuertes en el espíritu, el entendimiento invisible. Mis antepasados adoraban un poder al que llamaban el Dios Desconocido. E incluso en vuestra historia reciente, su nombre permaneció en altares durante varias civilizaciones.

Cuando yo llegué a Atlantia, entré por aquello que se llama un canal, y el puerto más grande de Atlantia era su esfera meridional llamada Onai-¿Y tú crees que esta ciudad(2) es grande? El puerto de Onai —y así es en verdad— equivaldría a dos ciudades como ésta, incluyendo su costa; era enorme. La cuenca, —o lo que ellos llamaban una cuenca— que separaba a los atlantes de los lémures, era más bien una barrera pequeña ahuecada en el centro, por eso tenía agua dentro de ella. Pero el pantano era un lugar bastante fijo. Ni siquiera los que mi amado médico llama forajidos se atreverían a pisar lo que se llama ahora tu América. Y separaba en entendimiento a los dos continentes.

(1) Ramtha Dialogues© Specialty tape 005, Creation.
(2) Se refiere a la ciudad de Nueva York, donde tuvo lugar este diálogo.

En ese tiempo, Atlantia era el continente de una civilización que había perfeccionado el pensamiento hasta llegar al poder de la energía pura. Ellos adoraban el intelecto. Por eso en esta parte de tu país, en lo que tú llamas América, la costa este es conocida por su intelecto y la del oeste es conocida por su espíritu. Es una verdad. Es una actitud que persiste aquí. La costa de tu gran ciudad aquí (Nueva York) era en verdad la costa de islas más distantes de la parte septentrional de Atlantia. Así que lo que se llama las Américas, Brasil, Sudamérica, solían ser así. Eran una sola masa de tierra que se formaba en un punto y donde éste se formaba, toda la tierra que estaba por encima de ella era el gran continente llamado Atlantia. Y lo que separaba a Atlantia de estas dos masas de tierra era la zona del canal que conectaba a Lemuria con Atlantia. Era una vía fluvial muy singular. Era el único puerto que tenía la esfera sureña del norte, Onai.


- EL CATACLISMO

Ahora tú dices, «¿Dónde, Ramtha, estaban todas las aguas, los océanos que tenemos?» Todavía estaban en vuestro estrato. El agua siempre había estado allí. Eso es lo que hizo que el maravilloso niño llamado Terra fuera fértil, porque tomó la luz del sol —y así fue en verdad— y la depositó por partes iguales en toda la Tierra.

¿Cómo sucedió la helada en los días finales? Las aguas bajaron al gran canal. Cuando los atlantes habían perfeccionado aquello que se llama la luz con el fin de viajar—con el fin de destruir, con el fin de transmutar pensamientos y cosas— una gran luz rompió el gran canal que estaba en el estrato. Entonces empezó a caer el agua de la atmósfera en forma de lo que tú llamarías humedad.

Poco a poco, a medida que esto sucedía, Lemuria empezó a rugir en sus entrañas y a temblar. Y cuando empezó a temblar, el estrato que había sido perforado por la gran luz encima de Lemuria, comenzó a inundar de agua. Cuando el agua bajó sobre los lémures, la Tierra empezó a inclinarse. Porque es como cuando el bebé está en la matriz. Si perforas la matriz, el agua que está allí y que lo protege lanzará al bebé a un lado, puesto que él se balancea en la matriz de acuerdo con el agua. Sucede lo mismo con Terra. Cuando las aguas bajaron sobre el gran planeta, éste se movió hasta el punto de un gran frío. Cuando se desplazó y el agujero estaba en el estrato, la luz del sol fue absorbida y condensada en todos los lugares donde todavía estaba el estrato, y como no había calor que pasara por el agujero, se creó una gran helada. 

Todo se hizo de una forma inmaculada, porque destruyó Lemuria —cuyos habitantes eran llamados perros, y en verdad no cosas— y a todos los animales que empezaban a representar una amenaza para los atlantes. Ahora, ¿qué pasó con Atlantia cuando comenzó el gran derrumbe y catástrofe en Lemuria? Empezó a caer por secciones. Primero se vino abajo la parte norte de Lemuria. Y cuando se hundió a causa de la helada, avanzaron las vías fluviales.

Las grandes aguas comenzaron a llenar cada parte del continente a medida que éste empezaba a descender.

Cuando empezó a suceder esto, los continentes que unidos conformaban el elemento de apoyo de Atlantia, empezaron a desmembrarse, porque el agua entró por la vía fluvial —y así fue en verdad— y comenzó a dividir el canal que separaba los continentes, de modo que se desplazaron. Lo que tú llamas los continentes de Brasil y Sudamérica son partes separadas que una vez estuvieron unidas donde ahora fluye un gran canal.

Verás, los atlantes creían fervientemente que éste había sido un acto de su inteligencia, ya que ellos eran conquistadores de mundos, ya que su terrible luz —y así fue en verdad— no era nada terrible. Eran simplemente lo que tú llamas láseres, pero en una forma más refinada y utilizable. Ellos despreciaban a los peregrinos, quienes no tenían intelecto para las máquinas. Cuando vieron desde lejos la división del estrato y la desintegración, fueron tan arrogantes como para pensar que ellos nunca serían aniquilados, y que el agujero en el estrato no era más que una aventura.

El continente de Atlántida —al que se llamaba Atlantia— es y fue la civilización roja. Lo que vosotros llamáis vuestros indios, vuestra gente roja, son en verdad los antiguos conocidos como los atlantes.


- EL PEREGRINAJE A ONAI

Ahora, durante mi tiempo, cuando los peregrinos se habían establecido y había barrios marginales en Onai, se necesitó mucho tiempo para que entrara en operación esto que te he contado. Se necesitaron 600 años, según vuestro cómputo del tiempo —y así fue en verdad—, desde la primera perforación del estrato hasta la inundación y ruptura del canal. Esto es mucho tiempo, no sucedió en un momento. Todos los peregrinos estaban en la región meridional de la Atlántida. En esa época —y así fue en verdad— el avance del entendimiento tecnológico ya había alcanzado una gran decadencia. Ya estaban empezando a desmoronarse y a caer las regiones septentrionales de Atlántida, pues estaban haciendo mal uso de la luz. Ellos podían viajar sobre la luz, sus naves podían viajar sobre la luz. No podían ir en círculos, pues la luz no tenía forma redondeada. Tenía forma de línea recta. Ellos querían subir, colocaron sus naves sobre la luz y subieron. Al hacerlo perforaron el estrato. 

Y cuando perforaron el estrato en la parte septentrional, llegaron las grandes aguas y hubo una gran destrucción. Se emitió una gran presión sobre Terra. Y la parte septentrional que está más allá de vuestra costa este aquí, empezó a caer, a partirse y a moverse, a medida que las grandes montañas se agrietaban y caían debido los golpes de las olas. Eso fue lo que sucedió. Sin darse por enteraos y aunque las masas de tierra caían al agua, ellos continuaron subiendo.

En vuestro Libro de los Libros está escrito un dicho que fue muy apropiado para ese tiempo. Y dice: «He aquí que en sus últimos días se lanzaron como águilas para fijar sus nidos en las estrellas, y yo los bajé»(3). Eso era para ellos; no es el futuro, fue el pasado. Y al continuar haciendo esto y así fue en verdad— perforaron más y más el estrato. Y he aquí que lo que estaba debajo de la tierra —la luz, en verdad— empezó a emerger por donde aparecía una perforación del estrato. Y toda el agua que permanecía en el otro estrato, que ahora estaba debajo de lo que tú llamas ecuador, y que envolvía la superficie inferior de Terra, se volvió rígida, porque ya no había consistencia para que el agua transportara la luz equitativamente, para que emitiera calor.

Ahora estaba desplazada. El continente se partió de a pedazos y se hundió. Yo llegué a Atlantia —y así fue en verdad— en los últimos cien años, y durante ese tiempo, en lo que tú llamas las Carolinas —como popularmente se las llama—, el continente se había partido debajo de ellas. Ellas son restos de las cimas de las montañas.

(3) La Biblia, Abdías 1,4

En este punto, la civilización de los atlantes se había degenerado hasta convertirse en una tiranía, en tiranos que ya no sabían cómo usar los adelantos tecnológicos que sus antepasados habían usado, sino que usaban el poder a través del pensamiento. Los tiranos formaron democracias. En las democracias, los tiranos gobernaban a la gente con leyes inexorables; no había repúblicas. En una democracia de leyes irrefutables, nosotros —aquello que se llama los lémures, los miserables, los peregrinos, los perros, los no-cosas, los desalmados, estúpidos desperdicios del intelecto, vivíamos entre la espada y la pared. Y ese era mi tiempo. Ya no teníamos las grandes luces: habían caído cuando ocurrió el último gran terremoto en la Atlántida, en el centro de su metrópoli científica. Y después de eso todo se destruyó.

Hay un lugar llamado «Dead Horse Drones». Está en vuestro mar, en la costa este. ¿Sabes que allí no hay viento? Ha habido marineros que han navegado por ese lugar terrible y diabólico, y el viento se acaba y allí perecen. Es allí —debido a la falta de viento— donde descansa el centro científico de aquello que se llama Atlántida. Y también hay una gran puerta controlada por una columna de vacío, que conduce a la civilización interior que hay dentro de tu Tierra. ¿Por qué está muerto todo allí? Verás, la actitud que se acumuló ahí en la última parte de aquellos días, la mediocrida de la inteligencia suprema de esos últimos días, todavía emite una actitud de soberanía sobre todas las cosas. Por eso es que no hay vida allí. 

Ahora, en el día del Ram —y así fue en verdad—, cuando yo era un muchachito, ya no gobernaba la luz, sino los tiranos, la ley irrefutable. Y la vida humana no tenía ningún valor. Vuestros hombres rojos, los indios, ¿por qué fueron masacrados? Porque una vez fueron ellos quienes masacraron a los pueblos blancos, porque una vez ellos fueron los grandes soberanos de la totalidad de Terra. Y para ellos su karma —y así es en verdad— ha dado la vuelta completa.

Y en la tierra que ellos llamaban el desperdicio, solían colocar todas las cosas viles y montones de excremento de los muertos, en este laberinto que conectaba a los dos continentes, donde había pantano y no tierra. ¿Alguna vez has tratado de fijar una planta en una tierra que siempre está húmeda? De ahí es de donde procede vuestro arroz, y la ciencia de su cultivo procede de vuestros pueblos amarillos, puesto que ése fue su hogar por causa de los atlantes.

En mi tiempo, con lo único que tuve que habérmelas fue con los tiranos. ¿No es eso suficiente? ¿Es eso más poderoso que la luz? En verdad lo es. Y en mi tiempo, amada entidad —y así fue en verdad—, hubo épocas terribles, porque la vida no tenía ningún valor. Las mujeres que pasaban hambre en la calle no significaban nada para ellos. Cuando pasaban a nuestro lado, se tapaban las narices con pañuelos de lino fino que habían sido mojados en agua de jazmín y rosa. Nosotros éramos cosas hediondas y maltrechas. Y esa fue la época en la que yo nací.

Hubo etapas durante mi aprendizaje, mi obediencia, en las que fui una especie de niño abandonado. Era muy flojo y endeble en mis movimientos corporales. No tenía —y así fue en verdad— la fuerza suficiente para llevar los leños más pequeños al brasero. ¿Por qué era yo así? Porque no tenía lo que se llama alimentos para comer. No tenía lo que se llama linos y pieles para calentarme cuando llegaban el invierno y el silencio blanco.

No tenía estas cosas, de modo que mi cuerpo era lánguido. Cuando yo era un muchachito, muy pequeño, en verdad, aquello que llama las perspectivas de mi tiempo eran de privación. En este tu flujo de tiempo has creado un paraíso, porque aquello que se llama las vidas anteriores te han enseñado emocionalmente a crear una conciencia más favorable en la que puedas crecer. Y cuando yo era un niño, aquello que se llama la vida y sus ilusiones eran algo muy difícil en verdad, porque mi linaje era el excremento de la Tierra. Era el desperdicio de la Tierra. Y desde nuestro punto de vista consciente sobre razas más prominentes, hubiese sido mejor para mi gente y su linaje que hubiéramos perecido con todos los mares que exterminaron a los animales que vivían en la superficie de mi tierra.

Contempla por un momento que te llamen desalmado, inútil, inservible, repugnante, nauseabundo, vil; imagínate que toleras que te escupan, te orinen, que defequen sobre ti y no te permitan lavarte, excepto con tus lágrimas. Contempla ser huérfano de madre y padre. En verdad, contempla que el perro callejero tiene mejor alimento que tú, que salivas y deseas con vehemencia algo que mate la agonía de tu barriga. Contempla en qué tipo de sueño estaba yo. El comienzo de aquello llamado la creación del hombre y su llegada a la estupidez arrogante de su inteligencia, cuando se volvió tan majestuoso que todo lo que fuera inferior al color de su piel o al emblema sobre su puerta no valía nada, pues no había nada que pudiera igualar su arrogancia. 

Ese fue mi sueño.



PRIMERA PARTE
RAMTHA EL CAMINO DE UN MAESTRO HACIA LA ILUMINACIÓN
I AUTOBIOGRAFÍA



Fuente:
www.trabajadoresdelaluz.com
16 de Diciembre 2018