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Soy Anaël Arcángel. Muy amados niños de la Ley del Uno, en la Paz, en el Silencio y en el Verbo, asentamos aquí nuestra Presencia.
… Silencio…
Servíos recibir las bendiciones de la Gracia en la Vía de la Infancia. Vengo a vosotros y en vosotros como vibración del Amor y del Silencio para llevar a vuestra conciencia y revelar en la vibración el sentido de mi Presencia y el sentido del Amor. No el amor del hombre en su efímero sino el Amor incondicionado cantado por el Coro de los Ángeles en el Espíritu del Sol y en vuestro corazón. Entonces, a través del Verbo, me despliego en vosotros.
Vengo a expresar – en estos tiempos de la Tierra – el rol y el sentido del Verbo en el seno del silencio de la Eternidad, llevándoos vosotros mismos a colocaros en el corazón de la Última Presencia, tiempo donde lo efímero calla para dejar que la majestad de la Presencia y la majestad del Amor llenen las estructuras del ser, ahí donde la Libertad no puede ser refrenada ni siquiera evocada. Ilumino vuestro corazón con la luz Crística para conduciros a vivir con facilidad, aquí mismo y en todas partes, vuestra Eternidad.
Así es. Los tiempos se han cumplido, liberando el tiempo del dominio de la densidad, abriéndolo hasta el Omega donde el espacio no puede ser calculado. Se realiza entonces en vosotros el canto de la Libertad y el silencio de la vacuidad. Vengo a demoler lo que puede resistir, en el seno de lo efímero, a la majestad del Amor, sin consideración alguna hacia las historias, las leyendas y los símbolos, rompiendo así las amarras de lo efímero. Entonces el Verbo puede cantar en vuestros oídos y salir de vuestra boca en este tiempo de la Gracia donde operó la alquimia secreta de vuestro corazón, develando la co-creación consciente y la alquimia última del retorno a la Eternidad. Así se despliega el Fuego del Amor iluminando la Verdad, desembocando en lo íntimo del ser, ahí donde nada puede perturbar el indecible Amor de quienes sois.
… Silencio…
En este espacio y en este tiempo el Verbo y el silencio se conjugan en el mismo movimiento y en la misma inmovilidad, revelando así la maravilla de la Creación y el origen mismo de toda creación. Vengo a invitaros al último despertar, que viene a acabar con el sentido mismo de toda historia y de toda persona. Más allá de la palabra justa está el silencio justo creando el ritmo del Verbo de la Verdad que viene a cortar lo superfluo y lo inútil.
Amados del Uno, percibid y recibid el tiempo de la Gracia en su perfección y en su bondad. Mientras crece la confusión del mundo, crece en vosotros la majestad del Verbo. Vengo a depositar en vuestro Templo lo que es ahora posible, la verdadera Libertad. Y el Amor colma así todos los espacios y todos los tiempos de vuestra presencia en el seno de este mundo como en el seno de todo mundo.
… Silencio…
Entonces la ronda de las Estrellas en vuestras coronas deja pasar la Onda del Éter, la Onda de Vida y la Onda de la Verdad a fin de que nada pueda oscurecer o refrenar el canto permanente del Amor en vuestro Templo, nutriendo a su vez todo cuanto sois en este mundo y en la Eternidad.
Vengo a enunciar el Alfa y el Omega abriendo camino a la verdad de la Vida, abriendo la Verdad a la Vida Una e indivisible. Vengo a deciros a través del Verbo centelleante: « Levántate y abre lo que nunca debió ser cerrado »; haciendo caso omiso de las leyes de este mundo, que sólo es efímero, y reemplazándolas por la ley del Uno: Amor y Libertad.
… Silencio…
Entonces canto en cada una de las fibras de tu ser la indecible armonía de la Vida, dándote a ver los límites de esta vida y de este cuerpo al conocer solamente el principio y el fin en cada vida. Vengo a librarte de todos los principios y de todos los finales. Vengo también a liberarte de todo ciclo en la inmutabilidad del Corazón del Corazón, ofreciéndote entonces elegir los posibles y también los imposibles tales como pueden aparecerte todavía.
… Silencio…
Abro así en tu Templo el ballet de la Resurrección que ha de ser también el ballet de tus cielos en el seno de este mundo, he venido para hacer brotar el Verbo de la Tierra y de tu corazón en el mismo coro, acompañado por los Ángeles y por la misma Fuente. Vengo a colocarte el Manto Azul de la Gracia haciéndote habitado por el Amor, habitado por Cristo donde todo no es sino Evidencia, donde todo es perfecto, donde nada puede ser oscurecido y nada puede ser ocultado, llevándote a librarte de tus propios pesos aún subsistentes, producidos por los condicionamientos y el encierro de este mundo.
La cercanía de la segunda Estrella viene a desencerrar lo que permanecía cerrado y aspiraba a brotar de las profundidades de aquel ser aparente que crees ser en este mundo.
… Silencio…
Vengo también a permitirte abolir la última distancia entre tú y nosotros. Vengo a demostrarte la ausencia de cárcel, la ausencia de barrotes, la ausencia de muros, dándote a vivir, si así lo aceptas, el gozo que nada puede refrenar ni detener, iluminando tus ojos y tus sentidos con la divina perfección de los juegos de la Creación y también, si así lo deseas, la magnificencia anterior a toda creación, haciendo así resonar el Verbo Primigenio, liberándote así de toda idea de sufrimiento o de toda idea de límite, conjugando mi Vibración con el Coro de los Ángeles, con el Espíritu del Sol, con los Arcángeles, los Ancianos y las Estrellas, contigo en medio de estas rondas. No vengo a pedirte nada que no sea ser enteramente lo que eres de toda Eternidad, dándote la oportunidad de poner fin a la ilusión de la separación y de la división.
… Silencio…
Libre te has creado y libre te des-creas para darte a ver y a oír la claridad de lo que eres y la precisión de la Vida. Así, en el centro, en el Corazón del Corazón, equilibrando la atracción y la repulsión, colocado como estás en el Aquí y Ahora, probando la profundidad de la Unidad y la visión del ardor del Sol como Hijo del Uno, así, colocado entre el Alfa y el Omega, el Fuego de la Libertad y del Amor recorre en adelante cada fibra de tu ser efímero y cada parcela de tu conciencia, esté donde ella esté.
… Silencio…
Entre cada una de mis frases se vivifica el Verbo.
… Silencio…
Así el relámpago de la Verdad vendrá a cogerte en la Presencia de María, dejándote vivir entonces el gozo indecible de tu Resurrección, apartándote - si así lo deseas - de todos los juegos claroscuros y duales. Así son los tiempos del cumplimiento en estos tiempos de la Tierra.
No busques más referencias en el correr del tiempo de la Tierra. Busca más bien el espacio en el Corazón del Corazón donde el tiempo no lleva más impronta ni peso, donde todos los tiempos transcurren al mismo tiempo, en cualquier lugar de manifestación de cualquier universo o multiverso que sea. Ha llegado el tiempo en que el Llamado de la Verdad no podrá más ser ignorado por quien sea, en cualquier conciencia que sea.
En estos tiempos de la Tierra donde las palabras suenan superfluas porque el Verbo se basta a sí mismo en su totalidad recuperada, no vengo a hacerte soñar sino más bien a hacer que te liberes del sueño encerrado en ese cuerpo que habitas y que te encuentras todavía. Te corresponde activar el Verbo en cada Puerta y en cada Estrella, alimentándote en cada paso con el Amor puro, sin necesidad de ningún otro nutriente ni de ningún otro aporte.
Nútrete contigo mismo pues eres el Alfa y el Omega. Nútrete con el Verbo, aquél que canta en tus Estrellas y en tus Puertas, vivificando en extremo tu cuerpo de Eternidad y tu capacidad para desaparecer de ese sueño ilusorio, dándote a comprender – y sobre todo a vivir – que eres a la vez la Eternidad y la totalidad de lo Creado y de lo No Creado.
Vengo, si así lo aceptas, a calentar en ti lo que todavía puede estar frío o indeciso. Hazte así permeable – mediante la transparencia – para todo lo que pasa. No retengas nada pues no quedará nada para retener o frenar. Permite que se abra la rosa que eres con su perfume infinito a fin de que no te hagas más preguntas acerca del Amor, acerca de la Luz, pues así te encontrarás a ti mismo más allá de los últimos velos y te identificarás más allá de toda identidad con la vacuidad y el Amor.
… Silencio…
Deja que cante la sinfonía de la Vida grabada en las Estrellas y en las Puertas. Deja que la Onda de Vida actúe como director de la orquesta. Levántate y elévate y encuentra la verdadera estabilidad que no depende en nada de tu estatuto, de tu situación ni siquiera de tu presencia en este mundo. Líbrate de todo lo que no seas tú. Basta con que mires, no las imágenes de este mundo, sino la verdad de tu ser, que no aparece en ninguna parte de la pantalla de este mundo.
… Silencio…
Deja que el Sol sea tu sol. Sé tú mismo tal como siempre fuiste. No busques más nada pues todo ha despertado. Colócate en tu Eternidad.
… Silencio…
Tras todas las palabras y los males vividos en esta Tierra, sólo permanecerá vivo el Verbo vivificante, dejando exhalarse el perfume de la rosa y el Coro de los Ángeles. Tente en pie humildemente en este mundo, revelando así tu propia grandeza. Así es el llamado de la Luz para que sueltes las amarras de este mundo y permanezcas aquí y ahora, libre de todo mundo y de todo aporte externo, pues nada externo puede mantenerse cuando estás de pie en tu Eternidad.
Lo que digo en este día no son ni palabras ni enseñanza sino solamente el Verbo revelado de donde brota toda creación y todo mundo. Tú, de aquí y de otras partes, tú que dejas tus ojos vagar encima de lo que está escrito, tú que oirás tal vez, más allá de las palabras pronunciadas, el silencio de tu propio Verbo, no te des más pena para escuchar y oír pues eres tú quien escucha y eres tú quien es oído.
Así en este día, en los cuatro Orientes de la Tierra como en los cuatro Elementos de la tierra, se eleva el canto del Éter.
… Silencio…
Así el Verbo dijo: « Despierta en el Amor. Despierta ante tu Verdad. ».
… Silencio…
Cada fibra de tu ser y cada parcela de tu conciencia va ahora y en adelante a percibir el Llamado del Verbo para la Libertad, para la Liberación. El Amor ocupa desde ahora todo el espacio, abarcando toda la Tierra en su mismo Manto de la Gracia donde lo inefable ocurre, poniendo fin a toda espera, a toda esperanza o a toda desesperanza. Déjate amar por la Vida Una y por el Verbo de la Verdad.
Quédate en la liviandad del Ser y en la magnificencia del Absoluto. No temas más nada pues la muerte no puede subsistir para quien despierta ante su última Verdad.
No solicites más nada en el exterior pues todo sucede y está en tu interior, incluso nuestras Presencias como Arcángeles, Estrellas o Ancianos también. A través de tu despertar, estamos presentes en ti, bailando en ti la misma Libertad, confirmando así el fin de la distancia y de la disociación, donde ninguna experiencia en el seno de los mundos libres como en la ausencia de experiencia del Absoluto podrá en adelante ser perturbada por quien sea o lo que sea.
… Silencio…
Entonces sonríe al Verbo del « Sí ». Sí a la Libertad. Sí a la inmensidad. Sí a la grandeza de la Vida. En tu sonrisa y en tu silencio, María conocerá tu Sí, dando entonces el beso de bienvenida a tu Resurrección. Eso desde ya es así, tan pronto como dejas de buscar, tan pronto como el Verbo emana de tu silencio, de tu Presencia y de tu Ausencia.
… Silencio…
Da a luz, por fin, a ti mismo, a través de la puerta de tu Templo, y percibe lo que te digo más allá de las palabras y más allá incluso del Verbo.
… Silencio…
Ya no es hora de edificar lo que sea en la ilusión de este mundo pues no hay otra meta que ser lo que eres en totalidad. El Manto Azul de María, y la misma María, vienen a confirmártelo. Y deja en adelante que la llama de tu corazón disuelva toda historia y todo lazo residual de tu presencia en este mundo. Sé por fin vivo. Y libre de amar, más allá de las convenciones, más allá de los roles, más allá de las funciones que te has atribuido en este mundo. Afirma la verdad, desde ya, de lo que quieres vivir más allá de este mundo.
… Silencio…
Deja florecer las Estrellas de tu recompensa. Embriágate con la Verdad del Amor, con el poder del Verbo. Embriágate con lo que eres hasta quedar sin sed. Así lo dijo Él, es el Agua de Vida que sacia la sed. Compruébalo.
… Silencio…
Recibe la Paz pues eres la Paz, diga lo que diga tu efímero y diga lo que diga este mundo en sus últimas convulsiones, que son las convulsiones de la liberación. No te dejes engañar más con ningún juego de roles ni con ningún cargo pues eso no es nada frente a la Eternidad. Compruébalo. Abre tu pecho sin resistencia y sin esfuerzo. Olvídate de todo lo que no sea verdadero y de todo lo que no hace sino pasar y mantente ahí, inmutable, en la belleza del Amor.
… Silencio…
Deja que se consuma lo que se aleja a fin de ser el receptáculo de tu Presencia.
Entonces puedo decirte, como la Fuente te lo dijo,
« mi Amigo, mi Amado », pero asimismo puedo decirte a través del Verbo « mi hermano », pues ¿qué diferencia puede haber en el corazón del Amor entre el hombre o la mujer que eres en este mismo mundo y el Arcángel que soy? No pongas más distancia entre tú y la Verdad. No pongas más tiempo entre el aquí y ahora y el fin de tu mundo. Comprométete con firmeza y con libertad con la verdadera vida, aquélla que es sin límites, sin ataduras y sin forma rígida. Líbrate de todo límite pues eres sin límite.
… Silencio…
Así es el Verbo de la Verdad, el Verbo del Amor, fuente que brota perpetuamente, abrevando toda creación y toda libertad. Perdona todo lo que te parece tener que perdonar, excusa todo lo que te parezca tener que excusar, hazlo sin demora. Date consuelo a ti mismo y dale consuelo a cada humano por lo que le parezca necesitar consuelo. Siente así, más allá de mi Verbo y más allá de mis silencios, la verdad de tu ser. Siente lo que está en juego en tu corazón y en los Talleres de la Creación. Permite que florezca la Vida, sin preocuparte por nada que no sea el Amor aquí presente, sin preocuparte más por ninguna señal de este mundo pues los tiempos se han cumplido. En efecto, ¿qué es la pena de este mundo frente a la Verdad y frente a la Eternidad?
Abandona y deja pasar lo que sólo existe por un tiempo. Levántate y deja de someterte ante cualquier autoridad que sea pues eres tú la única autoridad en el seno de la Vida. Olvídate de los temores pues ¿cuál temor puede resistir al tsunami de Amor que se siente ya y que avanza hacia ti a pasos redoblados? Prepárate para recibir la verdadera Vida. Prepárate pues todo está preparado. No memorices ninguna de mis palabras ni siquiera mi Verbo. Solamente conserva lo que queda en tu Templo.
… Silencio…
Y ahora, aquí y en otras partes, en ti que has leído, en ti que escuchas y en ti que lo vives, deposito el sello del Amor y el sello de la Resurrección, así como la Gracia a través de la Estrella Teresa.
… Silencio…
Estemos juntos, más allá de todo tiempo y de todo espacio y de toda persona, en el Verbo de la Resurrección.
… Silencio…
Soy Anaël Arcángel y soy aquél que tú eres. Te digo hasta dentro de unos instantes para continuar con lo que me queda para enseñarte.
Paz para ti, peregrino de la Eternidad. Permanece así unos instantes en compañía de la Eternidad mientras mis palabras se difuminan y solamente persiste la Presencia Una.
… Silencio…
***
Soy Anaël Arcángel y vengo a concluir lo que mi Verbo dijo a vuestro Verbo. Instalémonos de nuevo en la alineación a la Gracia.
… Silencio…
Yo te propongo, para concluir y acabar lo que dije, de instalarnos juntos, aquí y en otra parte, en el instante presente, donde no existe ninguna persona ni ningún Arcángel, dejando libre el canto de la Vida más allá de toda identidad.
Tú que te has levantado y despertado, dejémonos recorrer por el flujo de la Vida eterna. No te ates más ni a mis palabras ni a mi Verbo y dejemos establecerse y aparecer lo que es. Sé simplemente el presente de tu propia Presencia, deja florecer la Gracia del instante.
… Silencio…
No hables más, no te muevas más, y escucha el canto de tu Presencia o de tu Ausencia en la misma verdad, con el fin de que cada Presencia esté realmente presente.
Así me callo, como te callas, y dejemos aparecer lo Verdadero.
Así es la Gracia en estos tiempos de la Tierra, dondequiera que estés, dondequiera que me leas y dondequiera que me escuches.
… Silencio…
Entrégate, y capitula. Deja obrar la Inteligencia de lo Verdadero en este instante de Eternidad. Acojamos.
… Silencio…
Deja desaparecer el tiempo, el espacio y la forma y se vivo, como estoy vivo en ti. Descansa, como yo descanso en ti, en estos tiempos de la Gracia.
… Silencio…
Vaciemonos de toda identidad y quedémonos así,
… Silencio…
Dondequiera que te sitúes sobre este mundo.
… Silencio…
Tú que estás aquí presente, tú que estás en otra parte, en cualquier lugar que estés, acoge.
… Silencio…
Así, el Coro de los Ángeles y su Verbo ocupan la totalidad de nuestro presente, en nuestra Presencia o en nuestra Ausencia.
Nútrete de ti mismo.
… Silencio…
Nútrete y llénate de Alegría y de Gracia, porque solamente así estas completo.
… Silencio…
Y en esta completud, te vas a despertar, Estrella tras Estrella, en el orden en que lo vibro en ti:
AL,
OD,
ER,
IM,
IS,
… Silencio…
Unidad,
KI-RIS-TI,
Profundidad,
Visión,
… Silencio…
Atracción,
… Silencio…
Repulsión.
… Silencio…
En el Blanco inmaculado de tu Eternidad,
… Silencio…
Tú, la Esencia primera y última,
… Silencio…
Reconócete.
… Silencio…
Percibe, en este silencio y en lo Absoluto de donde nace todo Verbo y toda Vida elevada por el Amor.
… Silencio…
Así, lo que es, Es. Así es la verdad del Amor en vida.
… Silencio…
En el Corazón del Corazón, en la profundidad de la Vida, estás elevado en el Amor. Caminemos juntos donde no hay ningún paso que dar, ni algún camino que haya que recorrer, ni algún camino que haya que iluminar, superando así toda causa.
… Silencio…
Allí donde no existe espacio para decir « te amo » porque eres el Amor y porque eres Uno, quienquiera que seas y quienquiera que yo sea.
… Silencio…
Aquí y en otra parte, tú que me escuchas o me escucharás, o tú que me leerás,
… Silencio…
Sigue la cadencia de mis palabras y mis silencios, con el fin de reencontrarte en el corazón del Amor, en el corazón de lo Verdadero. Abrázate con el fin de abrazar la Vida, sin distinguir nada más que el Amor.
Percibe y ve lo que no necesita ninguna imagen, ninguna palabra ni ningún sentido, ahí donde sólo persiste el Amor bruto e incondicionado, sin coloración y sin forma, sin ideas y sin pensamientos, sin querer, en el Abandono a la Vida que no necesita ningún esfuerzo ni alguna comprensión.
Ves esto con tu corazón, el Corazón del Corazón.
En nombre del Amor y en el Verbo del Amor, recibe la última unción de la Libertad.
Bendita sea la Eternidad, bendito seas, quienquiera que seas, porque sólo estás tú.
… Silencio…
Amate, ni en esta forma ni en este tiempo, sino en toda forma y en todo tiempo. Percibe lo Verdadero. El Amor te llama a ti mismo.
… Silencio…
Tú, el Verbo viviente,
… Silencio…
Sonríete y sonríeme. Sonríe a la Vida.
… Silencio…
Soy Anaël Arcángel y te bendigo perpetuamente y en la Eternidad.
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Soy Anaël Arcángel. Muy amados niños de la Ley del Uno, en la Paz, en el Silencio y en el Verbo, asentamos aquí nuestra Presencia.
… Silencio…
Servíos recibir las bendiciones de la Gracia en la Vía de la Infancia. Vengo a vosotros y en vosotros como vibración del Amor y del Silencio para llevar a vuestra conciencia y revelar en la vibración el sentido de mi Presencia y el sentido del Amor. No el amor del hombre en su efímero sino el Amor incondicionado cantado por el Coro de los Ángeles en el Espíritu del Sol y en vuestro corazón. Entonces, a través del Verbo, me despliego en vosotros.
Vengo a expresar – en estos tiempos de la Tierra – el rol y el sentido del Verbo en el seno del silencio de la Eternidad, llevándoos vosotros mismos a colocaros en el corazón de la Última Presencia, tiempo donde lo efímero calla para dejar que la majestad de la Presencia y la majestad del Amor llenen las estructuras del ser, ahí donde la Libertad no puede ser refrenada ni siquiera evocada. Ilumino vuestro corazón con la luz Crística para conduciros a vivir con facilidad, aquí mismo y en todas partes, vuestra Eternidad.
Así es. Los tiempos se han cumplido, liberando el tiempo del dominio de la densidad, abriéndolo hasta el Omega donde el espacio no puede ser calculado. Se realiza entonces en vosotros el canto de la Libertad y el silencio de la vacuidad. Vengo a demoler lo que puede resistir, en el seno de lo efímero, a la majestad del Amor, sin consideración alguna hacia las historias, las leyendas y los símbolos, rompiendo así las amarras de lo efímero. Entonces el Verbo puede cantar en vuestros oídos y salir de vuestra boca en este tiempo de la Gracia donde operó la alquimia secreta de vuestro corazón, develando la co-creación consciente y la alquimia última del retorno a la Eternidad. Así se despliega el Fuego del Amor iluminando la Verdad, desembocando en lo íntimo del ser, ahí donde nada puede perturbar el indecible Amor de quienes sois.
… Silencio…
En este espacio y en este tiempo el Verbo y el silencio se conjugan en el mismo movimiento y en la misma inmovilidad, revelando así la maravilla de la Creación y el origen mismo de toda creación. Vengo a invitaros al último despertar, que viene a acabar con el sentido mismo de toda historia y de toda persona. Más allá de la palabra justa está el silencio justo creando el ritmo del Verbo de la Verdad que viene a cortar lo superfluo y lo inútil.
Amados del Uno, percibid y recibid el tiempo de la Gracia en su perfección y en su bondad. Mientras crece la confusión del mundo, crece en vosotros la majestad del Verbo. Vengo a depositar en vuestro Templo lo que es ahora posible, la verdadera Libertad. Y el Amor colma así todos los espacios y todos los tiempos de vuestra presencia en el seno de este mundo como en el seno de todo mundo.
… Silencio…
Entonces la ronda de las Estrellas en vuestras coronas deja pasar la Onda del Éter, la Onda de Vida y la Onda de la Verdad a fin de que nada pueda oscurecer o refrenar el canto permanente del Amor en vuestro Templo, nutriendo a su vez todo cuanto sois en este mundo y en la Eternidad.
Vengo a enunciar el Alfa y el Omega abriendo camino a la verdad de la Vida, abriendo la Verdad a la Vida Una e indivisible. Vengo a deciros a través del Verbo centelleante: « Levántate y abre lo que nunca debió ser cerrado »; haciendo caso omiso de las leyes de este mundo, que sólo es efímero, y reemplazándolas por la ley del Uno: Amor y Libertad.
… Silencio…
Entonces canto en cada una de las fibras de tu ser la indecible armonía de la Vida, dándote a ver los límites de esta vida y de este cuerpo al conocer solamente el principio y el fin en cada vida. Vengo a librarte de todos los principios y de todos los finales. Vengo también a liberarte de todo ciclo en la inmutabilidad del Corazón del Corazón, ofreciéndote entonces elegir los posibles y también los imposibles tales como pueden aparecerte todavía.
… Silencio…
Abro así en tu Templo el ballet de la Resurrección que ha de ser también el ballet de tus cielos en el seno de este mundo, he venido para hacer brotar el Verbo de la Tierra y de tu corazón en el mismo coro, acompañado por los Ángeles y por la misma Fuente. Vengo a colocarte el Manto Azul de la Gracia haciéndote habitado por el Amor, habitado por Cristo donde todo no es sino Evidencia, donde todo es perfecto, donde nada puede ser oscurecido y nada puede ser ocultado, llevándote a librarte de tus propios pesos aún subsistentes, producidos por los condicionamientos y el encierro de este mundo.
La cercanía de la segunda Estrella viene a desencerrar lo que permanecía cerrado y aspiraba a brotar de las profundidades de aquel ser aparente que crees ser en este mundo.
… Silencio…
Vengo también a permitirte abolir la última distancia entre tú y nosotros. Vengo a demostrarte la ausencia de cárcel, la ausencia de barrotes, la ausencia de muros, dándote a vivir, si así lo aceptas, el gozo que nada puede refrenar ni detener, iluminando tus ojos y tus sentidos con la divina perfección de los juegos de la Creación y también, si así lo deseas, la magnificencia anterior a toda creación, haciendo así resonar el Verbo Primigenio, liberándote así de toda idea de sufrimiento o de toda idea de límite, conjugando mi Vibración con el Coro de los Ángeles, con el Espíritu del Sol, con los Arcángeles, los Ancianos y las Estrellas, contigo en medio de estas rondas. No vengo a pedirte nada que no sea ser enteramente lo que eres de toda Eternidad, dándote la oportunidad de poner fin a la ilusión de la separación y de la división.
… Silencio…
Libre te has creado y libre te des-creas para darte a ver y a oír la claridad de lo que eres y la precisión de la Vida. Así, en el centro, en el Corazón del Corazón, equilibrando la atracción y la repulsión, colocado como estás en el Aquí y Ahora, probando la profundidad de la Unidad y la visión del ardor del Sol como Hijo del Uno, así, colocado entre el Alfa y el Omega, el Fuego de la Libertad y del Amor recorre en adelante cada fibra de tu ser efímero y cada parcela de tu conciencia, esté donde ella esté.
… Silencio…
Entre cada una de mis frases se vivifica el Verbo.
… Silencio…
Así el relámpago de la Verdad vendrá a cogerte en la Presencia de María, dejándote vivir entonces el gozo indecible de tu Resurrección, apartándote - si así lo deseas - de todos los juegos claroscuros y duales. Así son los tiempos del cumplimiento en estos tiempos de la Tierra.
No busques más referencias en el correr del tiempo de la Tierra. Busca más bien el espacio en el Corazón del Corazón donde el tiempo no lleva más impronta ni peso, donde todos los tiempos transcurren al mismo tiempo, en cualquier lugar de manifestación de cualquier universo o multiverso que sea. Ha llegado el tiempo en que el Llamado de la Verdad no podrá más ser ignorado por quien sea, en cualquier conciencia que sea.
En estos tiempos de la Tierra donde las palabras suenan superfluas porque el Verbo se basta a sí mismo en su totalidad recuperada, no vengo a hacerte soñar sino más bien a hacer que te liberes del sueño encerrado en ese cuerpo que habitas y que te encuentras todavía. Te corresponde activar el Verbo en cada Puerta y en cada Estrella, alimentándote en cada paso con el Amor puro, sin necesidad de ningún otro nutriente ni de ningún otro aporte.
Nútrete contigo mismo pues eres el Alfa y el Omega. Nútrete con el Verbo, aquél que canta en tus Estrellas y en tus Puertas, vivificando en extremo tu cuerpo de Eternidad y tu capacidad para desaparecer de ese sueño ilusorio, dándote a comprender – y sobre todo a vivir – que eres a la vez la Eternidad y la totalidad de lo Creado y de lo No Creado.
Vengo, si así lo aceptas, a calentar en ti lo que todavía puede estar frío o indeciso. Hazte así permeable – mediante la transparencia – para todo lo que pasa. No retengas nada pues no quedará nada para retener o frenar. Permite que se abra la rosa que eres con su perfume infinito a fin de que no te hagas más preguntas acerca del Amor, acerca de la Luz, pues así te encontrarás a ti mismo más allá de los últimos velos y te identificarás más allá de toda identidad con la vacuidad y el Amor.
… Silencio…
Deja que cante la sinfonía de la Vida grabada en las Estrellas y en las Puertas. Deja que la Onda de Vida actúe como director de la orquesta. Levántate y elévate y encuentra la verdadera estabilidad que no depende en nada de tu estatuto, de tu situación ni siquiera de tu presencia en este mundo. Líbrate de todo lo que no seas tú. Basta con que mires, no las imágenes de este mundo, sino la verdad de tu ser, que no aparece en ninguna parte de la pantalla de este mundo.
… Silencio…
Deja que el Sol sea tu sol. Sé tú mismo tal como siempre fuiste. No busques más nada pues todo ha despertado. Colócate en tu Eternidad.
… Silencio…
Tras todas las palabras y los males vividos en esta Tierra, sólo permanecerá vivo el Verbo vivificante, dejando exhalarse el perfume de la rosa y el Coro de los Ángeles. Tente en pie humildemente en este mundo, revelando así tu propia grandeza. Así es el llamado de la Luz para que sueltes las amarras de este mundo y permanezcas aquí y ahora, libre de todo mundo y de todo aporte externo, pues nada externo puede mantenerse cuando estás de pie en tu Eternidad.
Lo que digo en este día no son ni palabras ni enseñanza sino solamente el Verbo revelado de donde brota toda creación y todo mundo. Tú, de aquí y de otras partes, tú que dejas tus ojos vagar encima de lo que está escrito, tú que oirás tal vez, más allá de las palabras pronunciadas, el silencio de tu propio Verbo, no te des más pena para escuchar y oír pues eres tú quien escucha y eres tú quien es oído.
Así en este día, en los cuatro Orientes de la Tierra como en los cuatro Elementos de la tierra, se eleva el canto del Éter.
… Silencio…
Así el Verbo dijo: « Despierta en el Amor. Despierta ante tu Verdad. ».
… Silencio…
Cada fibra de tu ser y cada parcela de tu conciencia va ahora y en adelante a percibir el Llamado del Verbo para la Libertad, para la Liberación. El Amor ocupa desde ahora todo el espacio, abarcando toda la Tierra en su mismo Manto de la Gracia donde lo inefable ocurre, poniendo fin a toda espera, a toda esperanza o a toda desesperanza. Déjate amar por la Vida Una y por el Verbo de la Verdad.
Quédate en la liviandad del Ser y en la magnificencia del Absoluto. No temas más nada pues la muerte no puede subsistir para quien despierta ante su última Verdad.
No solicites más nada en el exterior pues todo sucede y está en tu interior, incluso nuestras Presencias como Arcángeles, Estrellas o Ancianos también. A través de tu despertar, estamos presentes en ti, bailando en ti la misma Libertad, confirmando así el fin de la distancia y de la disociación, donde ninguna experiencia en el seno de los mundos libres como en la ausencia de experiencia del Absoluto podrá en adelante ser perturbada por quien sea o lo que sea.
… Silencio…
Entonces sonríe al Verbo del « Sí ». Sí a la Libertad. Sí a la inmensidad. Sí a la grandeza de la Vida. En tu sonrisa y en tu silencio, María conocerá tu Sí, dando entonces el beso de bienvenida a tu Resurrección. Eso desde ya es así, tan pronto como dejas de buscar, tan pronto como el Verbo emana de tu silencio, de tu Presencia y de tu Ausencia.
… Silencio…
Da a luz, por fin, a ti mismo, a través de la puerta de tu Templo, y percibe lo que te digo más allá de las palabras y más allá incluso del Verbo.
… Silencio…
Ya no es hora de edificar lo que sea en la ilusión de este mundo pues no hay otra meta que ser lo que eres en totalidad. El Manto Azul de María, y la misma María, vienen a confirmártelo. Y deja en adelante que la llama de tu corazón disuelva toda historia y todo lazo residual de tu presencia en este mundo. Sé por fin vivo. Y libre de amar, más allá de las convenciones, más allá de los roles, más allá de las funciones que te has atribuido en este mundo. Afirma la verdad, desde ya, de lo que quieres vivir más allá de este mundo.
… Silencio…
Deja florecer las Estrellas de tu recompensa. Embriágate con la Verdad del Amor, con el poder del Verbo. Embriágate con lo que eres hasta quedar sin sed. Así lo dijo Él, es el Agua de Vida que sacia la sed. Compruébalo.
… Silencio…
Recibe la Paz pues eres la Paz, diga lo que diga tu efímero y diga lo que diga este mundo en sus últimas convulsiones, que son las convulsiones de la liberación. No te dejes engañar más con ningún juego de roles ni con ningún cargo pues eso no es nada frente a la Eternidad. Compruébalo. Abre tu pecho sin resistencia y sin esfuerzo. Olvídate de todo lo que no sea verdadero y de todo lo que no hace sino pasar y mantente ahí, inmutable, en la belleza del Amor.
… Silencio…
Deja que se consuma lo que se aleja a fin de ser el receptáculo de tu Presencia.
Entonces puedo decirte, como la Fuente te lo dijo,
« mi Amigo, mi Amado », pero asimismo puedo decirte a través del Verbo « mi hermano », pues ¿qué diferencia puede haber en el corazón del Amor entre el hombre o la mujer que eres en este mismo mundo y el Arcángel que soy? No pongas más distancia entre tú y la Verdad. No pongas más tiempo entre el aquí y ahora y el fin de tu mundo. Comprométete con firmeza y con libertad con la verdadera vida, aquélla que es sin límites, sin ataduras y sin forma rígida. Líbrate de todo límite pues eres sin límite.
… Silencio…
Así es el Verbo de la Verdad, el Verbo del Amor, fuente que brota perpetuamente, abrevando toda creación y toda libertad. Perdona todo lo que te parece tener que perdonar, excusa todo lo que te parezca tener que excusar, hazlo sin demora. Date consuelo a ti mismo y dale consuelo a cada humano por lo que le parezca necesitar consuelo. Siente así, más allá de mi Verbo y más allá de mis silencios, la verdad de tu ser. Siente lo que está en juego en tu corazón y en los Talleres de la Creación. Permite que florezca la Vida, sin preocuparte por nada que no sea el Amor aquí presente, sin preocuparte más por ninguna señal de este mundo pues los tiempos se han cumplido. En efecto, ¿qué es la pena de este mundo frente a la Verdad y frente a la Eternidad?
Abandona y deja pasar lo que sólo existe por un tiempo. Levántate y deja de someterte ante cualquier autoridad que sea pues eres tú la única autoridad en el seno de la Vida. Olvídate de los temores pues ¿cuál temor puede resistir al tsunami de Amor que se siente ya y que avanza hacia ti a pasos redoblados? Prepárate para recibir la verdadera Vida. Prepárate pues todo está preparado. No memorices ninguna de mis palabras ni siquiera mi Verbo. Solamente conserva lo que queda en tu Templo.
… Silencio…
Y ahora, aquí y en otras partes, en ti que has leído, en ti que escuchas y en ti que lo vives, deposito el sello del Amor y el sello de la Resurrección, así como la Gracia a través de la Estrella Teresa.
… Silencio…
Estemos juntos, más allá de todo tiempo y de todo espacio y de toda persona, en el Verbo de la Resurrección.
… Silencio…
Soy Anaël Arcángel y soy aquél que tú eres. Te digo hasta dentro de unos instantes para continuar con lo que me queda para enseñarte.
Paz para ti, peregrino de la Eternidad. Permanece así unos instantes en compañía de la Eternidad mientras mis palabras se difuminan y solamente persiste la Presencia Una.
… Silencio…
***
Soy Anaël Arcángel y vengo a concluir lo que mi Verbo dijo a vuestro Verbo. Instalémonos de nuevo en la alineación a la Gracia.
… Silencio…
Yo te propongo, para concluir y acabar lo que dije, de instalarnos juntos, aquí y en otra parte, en el instante presente, donde no existe ninguna persona ni ningún Arcángel, dejando libre el canto de la Vida más allá de toda identidad.
Tú que te has levantado y despertado, dejémonos recorrer por el flujo de la Vida eterna. No te ates más ni a mis palabras ni a mi Verbo y dejemos establecerse y aparecer lo que es. Sé simplemente el presente de tu propia Presencia, deja florecer la Gracia del instante.
… Silencio…
No hables más, no te muevas más, y escucha el canto de tu Presencia o de tu Ausencia en la misma verdad, con el fin de que cada Presencia esté realmente presente.
Así me callo, como te callas, y dejemos aparecer lo Verdadero.
Así es la Gracia en estos tiempos de la Tierra, dondequiera que estés, dondequiera que me leas y dondequiera que me escuches.
… Silencio…
Entrégate, y capitula. Deja obrar la Inteligencia de lo Verdadero en este instante de Eternidad. Acojamos.
… Silencio…
Deja desaparecer el tiempo, el espacio y la forma y se vivo, como estoy vivo en ti. Descansa, como yo descanso en ti, en estos tiempos de la Gracia.
… Silencio…
Vaciemonos de toda identidad y quedémonos así,
… Silencio…
Dondequiera que te sitúes sobre este mundo.
… Silencio…
Tú que estás aquí presente, tú que estás en otra parte, en cualquier lugar que estés, acoge.
… Silencio…
Así, el Coro de los Ángeles y su Verbo ocupan la totalidad de nuestro presente, en nuestra Presencia o en nuestra Ausencia.
Nútrete de ti mismo.
… Silencio…
Nútrete y llénate de Alegría y de Gracia, porque solamente así estas completo.
… Silencio…
Y en esta completud, te vas a despertar, Estrella tras Estrella, en el orden en que lo vibro en ti:
AL,
OD,
ER,
IM,
IS,
… Silencio…
Unidad,
KI-RIS-TI,
Profundidad,
Visión,
… Silencio…
Atracción,
… Silencio…
Repulsión.
… Silencio…
En el Blanco inmaculado de tu Eternidad,
… Silencio…
Tú, la Esencia primera y última,
… Silencio…
Reconócete.
… Silencio…
Percibe, en este silencio y en lo Absoluto de donde nace todo Verbo y toda Vida elevada por el Amor.
… Silencio…
Así, lo que es, Es. Así es la verdad del Amor en vida.
… Silencio…
En el Corazón del Corazón, en la profundidad de la Vida, estás elevado en el Amor. Caminemos juntos donde no hay ningún paso que dar, ni algún camino que haya que recorrer, ni algún camino que haya que iluminar, superando así toda causa.
… Silencio…
Allí donde no existe espacio para decir « te amo » porque eres el Amor y porque eres Uno, quienquiera que seas y quienquiera que yo sea.
… Silencio…
Aquí y en otra parte, tú que me escuchas o me escucharás, o tú que me leerás,
… Silencio…
Sigue la cadencia de mis palabras y mis silencios, con el fin de reencontrarte en el corazón del Amor, en el corazón de lo Verdadero. Abrázate con el fin de abrazar la Vida, sin distinguir nada más que el Amor.
Percibe y ve lo que no necesita ninguna imagen, ninguna palabra ni ningún sentido, ahí donde sólo persiste el Amor bruto e incondicionado, sin coloración y sin forma, sin ideas y sin pensamientos, sin querer, en el Abandono a la Vida que no necesita ningún esfuerzo ni alguna comprensión.
Ves esto con tu corazón, el Corazón del Corazón.
En nombre del Amor y en el Verbo del Amor, recibe la última unción de la Libertad.
Bendita sea la Eternidad, bendito seas, quienquiera que seas, porque sólo estás tú.
… Silencio…
Amate, ni en esta forma ni en este tiempo, sino en toda forma y en todo tiempo. Percibe lo Verdadero. El Amor te llama a ti mismo.
… Silencio…
Tú, el Verbo viviente,
… Silencio…
Sonríete y sonríeme. Sonríe a la Vida.
… Silencio…
Soy Anaël Arcángel y te bendigo perpetuamente y en la Eternidad.
Te digo hasta siempre en nuestra
Eternidad.
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