Muchos de vosotros percibís, sentís, veis o
experimentáis hasta unos encuentros, unos contactos con nosotros, quienes
estamos aquí desde hace tanto tiempo en esta Tierra pero en cierto modo
preservados del encierro propio de vuestras vidas.
Muchos de vosotros, aquí, han venido hacia
nosotros, como eso ocurre en todas partes en este planeta, pues – como bien
sabéis – las separaciones existentes hasta ahora entre vuestra humanidad y
nosotros, los elfos, se difuminan muy rápidamente, dándoos y dándonos a
nosotros también la capacidad para relacionarnos e intercambiar. Por supuesto
podemos intercambiar muchas cosas en relación con vuestra vida, nuestra vida,
pero la meta principal de lo que sucede en este momento no es ésta. Entonces
pasaré revista a algunos puntos generales a fin de llevaros a comprender mejor
lo que sucede en este momento para vosotros, en relación con nosotros pero
también en relación con los demás pueblos libres de la naturaleza.
Los elfos somos organizados en pueblos-reinos
con siempre un número constante – según los pueblos – de conciencias superando
rara vez un centenar de individuos. Permanecemos aquí donde estamos desde
tiempos inmemoriales. No necesitamos colonizar otros territorios ni expandirnos
hacia otros territorios. Todos nuestros territorios, estén donde estén en esta
Tierra, comunican entre ellos mediante redes, mediante líneas vibratorias en
otras palabras, que nos permiten viajar de un punto a otro de esta Tierra escapando
a eso que vivís vosotros mismos, que es ligado a las fuerzas de encierro.
Sin embargo, por lo general, somos
sedentarios, no nos movemos, quedamos ahí donde estamos porque nuestro entorno
nos basta ampliamente. Nuestros jóvenes son invitados a viajar y se presentan
ante vosotros como elfos viajeros o mensajeros. Pueden recorrer la Tierra, no
como vosotros, tampoco en vuestros aires, sino usando pasadizos unificados,
para decirlo así. Tales viajes eran difíciles desde tiempos inmemoriales pero
hoy en día se han vuelto más fáciles. Sin embargo preferimos quedar en casa.
Entonces no voy a hablaros de la organización
de nuestras vidas, ni siquiera de nuestras funciones en el seno de nuestros
pueblos-reinos, sino más bien de nuestros encuentros, no para analizar o
describir tales encuentros sino más bien para sintonizar esto con lo que está
en curso en este tiempo de la Tierra y que vivimos unos y otros.
Como ha sido dicho por múltiples conciencias,
todo lo que era dividido y separado en la superficie de la Tierra pasa por un
proceso de difuminación de los factores de división y de separación, lo que os
permite ver lo que antes era invisible – e incluso para muchos de vosotros –
impensable hace poco todavía.
No os ocultaré que – pese a nuestro aspecto tranquilo
– nos encanta la novedad, lo nuevo, y lo que ocurre con la humanidad actual nos
causa excitación y gozo con la idea de reencontrar otras conciencias que nada
tienen que ver con nuestras estructuras, nuestras organizaciones e incluso
nuestra dimensión. Lo importante es primero reencontrarnos, no porque nos
habíamos perdido de vista sino porque nuestro encuentro, fuere cual fuere el
nivel donde ocurra – en vuestro mundo o en nuestros pueblos – permite, más allá
de lo percibido, sentido y experimentado, afianzar vuestra conexión definitiva
con la Luz.
Tales encuentros no apuntan a celebrar o
realizar ceremonias como las que ya hicimos, aunque aquello fuese muy
agradable. La meta es simplemente permeabilizar vuestra humanidad en su
totalidad a la Luz y a la Verdad. Basta con que estéis presentes simplemente,
con que penséis en nosotros también, y estaremos instantáneamente ahí. Diría
incluso que desde hace muy poco tiempo ya no es necesario que vengáis a
visitarnos en nuestros pueblos ya que podemos, a partir del momento en que nos
encontramos ya una vez – y no hablo de mí o de mi esposo sino de cualquier
elfo, incluso los elfos viajeros – contar con unas claves vibratorias que os
permiten encontrarnos estéis donde estéis. Y eso es lo que ocurre, aunque eso
fuese mucho más aparente y visible con el pueblo de los dragones. En efecto,
aunque no fuésemos oriundos de las mismas manifestaciones ni de los mismos
modos de vida, hay encuentros más y más fáciles, independientemente incluso de
nuestros pueblos.
El propósito no es vivir simplemente la
experiencia y sentirnos, percibirnos o intercambiar incluso recetas, por
decirlo así, para vivir con buena salud. Voy a develaros cierto número de
elementos relativos precisamente a lo que ocurre en estos tiempos en la Tierra
y que será cada día más fácil de experimentar.
Os he dicho que viajamos. Los elfos mensajeros
utilizan pasadizos vibratorios en los que se han venido depositando desde hace
muchos años ya partículas adamantinas adicionales que posibilitan la apertura
de las puertas para nuestras comunicaciones.
Puedo decir que nuestros pueblos, en este
período preciso por el que atravesáis, son etapas que os permitirán - llegado
el momento y si tal es vuestro camino – alcanzar las ciudades de Luz de Cristal
del Arcángel Metatrón. Somos también etapas en relación con los Ángeles del
Señor, quienes podrán trasladaros a nuestros pueblos-reinos a fin de ganar
tiempo y espacio para estar conformes con vosotros mismos una vez que hayan
comenzado las modificaciones de la Tierra en una escala mucho mayor que lo que
observáis ahora.
Os recuerdo que, aunque disfrutemos la 3D y
estemos instalados en pueblos correspondientes exactamente a lo que veis,
nuestra frecuencia se sitúa por encima de esta tercera dimensión. A menudo, ahí
donde estamos, suelen haber lo que llamáis hadas, duendes, a veces ondinas. Los
dragones, por su parte, se apartan un poco de nosotros, no por falta de amistad
o incompatiblidad vibratoria sino más bien porque nuestras funciones habituales
y especiales en este período difieren.
Nosotros somos posiblemente – nuestros pueblos
– las etapas en relación con vuestras reagrupaciones, en relación con vuestras
evacuaciones, fueren cuales fueren los tipos de evacuación. Lo importante es
acostumbraros– no específicamente conmigo, con mi marido o con ciertos
habitantes de mi pueblo-reino – sino más bien acostumbraros a la Libertad,
ejercitaros en la percepción y en una apertura precisa de vuestros centros
energéticos, a los que llamáis chakras o incluso Puertas, que os permiten
navegar dentro vuestro y exteriormente, con gracia y facilidad, algo así como
usáis vuestros pies para desplazaros en la superficie de esta Tierra.
Sean cuales sean nuestras ocupaciones y
nuestras vidas, otorgamos un lugar privilegiado – durante todo este período – a
nuestros encuentros, sobre todo para desbloquear las puertas de vuestras
percepciones de las demás dimensiones y facilitar vuestra propia Liberación
llegado el momento.
Nuestra manifestación es suave. Está
relacionada con el Aire pero sin ser ligada al soplo como lo es el Verbo de los
dragones o el Fuego del dragón. Somos lo que podríais llamar unos médiums o
intermediarios entre las dimensiones. Estábamos en esta Tierra mucho antes de
que el hombre apareciera, mucho antes de que las madres creadoras lograsen
posibilitar cierta forma de vida en esta Tierra.
Para nosotros el tiempo nada tiene que ver con
el vuestro, aunque estemos confrontados con las mismas estaciones que
transcurren del mismo modo para nosotros como para vosotros. Por ejemplo, lo
que llamáis un año no representa sino un minuto para nosotros. Y, sin embargo,
este minuto incluye las cuatro estaciones. Por lo tanto, sea cual sea la
apariencia con la que nos percibís, tenemos mucho más edad que la que aparentamos.
Entonces aquí estamos y os acogemos, de igual
forma, a todos los que estáis deseosos de recibirnos y abriros a nosotros al
visitarnos. No es necesario mostrar capacidades particulares. Solamente es
necesario abrirse ante la probabilidad de tal encuentro. Si digo eso no es para
vosotros solamente sino para todos aquellos que lean lo que he dicho porque los
pueblos de los elfos se están revelando progresivamente en el planeta entero y
lo mismo ocurre con los demás pueblos de la naturaleza, lo que significa que –
en vuestro entorno, siempre que éste no sea urbano – están todas las
posibilidades de que nos encontremos sin que lo queráis y sin que lo deseéis
siquiera. Hasta diría que el mejor encuentro ocurre sin que lo deseéis porque –
en tal caso - hay espacio para la espontaneidad, para la sorpresa y para la
incorporación de algo diferente en vosotros y en nosotros también.
Acostumbramos a organizar ceremonias, en
cualquier pueblo-reino que sea, porque nos encanta hacer fiesta y porque nos
encanta celebrar la Libertad, la Vida, la alegría de vivir en nuestros pueblos.
Debido al flujo de Luz que ha venido derramándose estos años en nuestros
pueblos – y en todos los pueblos por lo demás, sean cuales sean sus nombres,
como las reagrupaciones de dragones, por ejemplo – hemos podido reencontrarnos
más fácilmente, percibirnos, captarnos unos y otros.
Sin embargo, tened presente que lo importante
no es esto, aunque la curiosidad pudiese ser legítima. Lo importante es vivir
este encuentro para que se dé esta relación de Libertad que ha de permitiros,
cuando las condiciones de la Tierra estén adecuadas, dar nuevamente con
nuestros pueblos-reinos. Recibiremos además, en muchos de nuestros
pueblos-reinos, a quienes hayan sido trasladados a ellos por los Ángeles del
Señor, no para que aquí se queden, no para compartir nuestras vidas, sino real
y concretamente como un modo de locomoción posibilitando vuestro viaje hacia
las ciudades celestiales administradas y creadas por Metatrón, si así
correspondiese a vuestra hoja de ruta.
Sin embargo, aunque eso no fuese recomendado
para vosotros, nuestro encuentro fortuito o a través de una cita, os permitirá
mejor captar e integrar aquellas percepciones nuevas y caminar mejor vuestro
camino en el período siguiente al Llamado de María.
Somos de alguna manera los guardianes de
nuevos vórtices, de nuevos portales, sean cuales sean los nombres que dais a
nuestros pueblos-reinos ahora, que permiten que seáis acogidos y que transitéis
hacia otras dimensiones u otros lugares de esta Tierra, ubicados desde ya en
dimensiones nuevas de vida. Tal es nuestra misión, que corresponde simplemente
a nuestro modo de vivir y de disfrutar las alegrías y placeres de este mundo,
los que – obviamente – nada tienen que ver con vuestros placeres y vuestras
alegrías.
Más que nunca seréis a menudo guiados por
vuestros propios pasos, durante los paseos, sobre todo desde ya, para
encontrarnos. Tal encuentro se dará siempre a través de una percepción, una
vibración, un sentimiento también, profundo, de alivio al ingresar a nuestros
territorios, en todo caso al estar en el límite o en la periferia, como fue el
caso aquí. Tened presente que fuere lo que fuere lo que os comuniquemos, fuere
lo que fuere lo que intercambiemos, esto forma parte de los protocolos de
caballerosidad, para así decirlo. Sin embargo, más allá de todo esto, hay
realmente códigos vibratorios que quedan depositados en vuestras estructuras
nuevas a las que llamáis cuerpo de Êtreté, que permitirán, llegado el momento y
si fuere necesario, colaborar con vosotros para vuestra propia transición a
otros lugares, en otros tiempos o en otras dimensiones.
Como ya dije, solemos estar rodeados de otros
pueblos elementales, aunque éstos estén radicados fuera de nuestro pueblo-reino
propiamente dicho.
En estos tiempos de la Tierra, operamos a
través de la presencia de la Luz, la cual se ha aglutinado - como os dijeron
algunos Melquisedeks - alrededor de nuestros espacios de vida y el encuentro se
efectúa en aquel nivel. Ella abre en vosotros las Coronas, Ella abre en
vosotros nuevos circuitos y Ella amplifica la percepción. En eso la experiencia
es importante, aunque no tuvieseis que transitar por nuestros pueblos-reinos o
acercaros a su periferia. Si estáis atentos, en cuanto ingreséis a nuestra esfera,
a nuestros lugares, sentiréis vuestras Coronas. Experimentaréis un gozo, un
sentimiento obviamente de liviandad, como si la gravedad disminuyese para
vosotros. Os sentís más livianos.
Por supuesto no resulta fácil, para nosotros
como para vosotros, hablarnos directamente, pero el interés no está ahí. El
interés es realmente abrir en vosotros – o activar si preferís – unas
estructuras que ya están ahí presentes pero en otra octava. Son vuestros
propios vórtices o portales de Luz, llamados Puertas, Estrellas o nuevos
cuerpos. Nuestros encuentros van además a estabilizar vuestro propio acceso a
los momentos de Eternidad, los que vivís de diferentes maneras, según os ha
sido explicado largamente por los Ancianos o también por las Estrellas.
Os exhorto pues a ir más allá de la curiosidad
del encuentro – aunque eso fuese apasionante – para sumergiros en la periferia
de nuestros pueblos-reinos porque son lugares privilegiados de encuentro, más
allá de nosotros y de vosotros, entre la dimensión en que estáis y la nueva
dimensión de vida de la Tierra, abriendo circuitos, abriendo también vuestra
conciencia a la realidad de nuestras Presencias y de vuestra propia Presencia
en la Eternidad.
En cierto modo puedo decir que al venir hacia
nosotros vais hacia vosotros. En cuanto a nosotros, estamos acostumbrados –
debido a la duración de nuestra vida – a aquellos momentos privilegiados que
estáis viviendo ahora y que vuelven y se repiten – según vuestra escala de
tiempo – cada tres a cuatro mil años aproximadamente.
Nuestros lugares son lugares de sanación,
lugares de transmutación, lugares de apertura y lugares, ya lo tenéis claro, de
tránsito hacia vuestro destino.
Por lo tanto, bien sea que aquello acontezca
de un modo espontáneo, ahora y en seguida, y también ahí donde estéis al leer o
al escuchar, hay momentos independientes de vosotros y de nosotros, en nuestros
lugares, donde se produce una alquimia muy intensa entre vuestra vitalidad,
vuestro cuerpo vital y el cuerpo vibral de los pueblos-reinos. Aquellos
momentos, que pueden reiterarse durante vuestras visitas, sin que podamos
nosotros ni tampoco vosotros decidirlo, y que no están relacionados con las
ceremonias por ejemplo de plenilunio como aquélla que organizamos hace algunos
meses de vuestro tiempo, son momentos de encuentro y de fusión entre la
dimensión alterada de la Tierra y la dimensión de Eternidad de la Tierra, así
como la vuestra.
Es esto lo importante y es esto lo que merece
que os intereséis en nosotros, no con una curiosidad malsana o con la necesidad
de dar con algo maravilloso porque lo maravilloso no es vosotros ni nosotros
sino aquella zona de contacto y encuentro que realiza una alquimia particular y
que traduce muy precisamente el proceso de Liberación y de Ascensión. Se está
dando en este mismo momento, a través de mi Presencia y de vuestra Presencia,
uno de aquellos momentos de fusión. Esto no requiere de vuestra parte y de
nuestra parte ningún esfuerzo en absoluto, aunque apreciemos por supuesto los
regalos.
… Silencio…
En estos momentos en que el tiempo se detiene,
para vosotros como para nosotros, hay una real comunión pero con una intensidad
diferente quizás de lo que algunos de vosotros vivieron en comuniones
anteriores entre vosotros. Hay – a través de nuestras presencias en la Tierra,
en estos tiempos de la Tierra y a través de la adición de las partículas
adamantinas – una forma de Libertad y de Ascensión y de Liberación en nuestros
lugares.
Tenemos también la capacidad de llamaros.
¿Cómo y de qué manera? La mayoría de las veces no podemos llegar hasta
vosotros, ahí donde estáis, pero podemos enviar lo que puede llamarse un “dedo
de Luz” hasta varios kilómetros de distancia terrestre, en relación con el
lugar donde estamos. Eso, por supuesto, creará un llamado, aunque éste no fuese
particularmente claro. Y, al producirse tal llamado, aunque estéis en un lugar
muy habitado, vais a tener la oportunidad de divisar o de sentir, al mirar
fuera de vuestro domicilio, un lugar, lejano o cercano, que os parecerá bañado
en una bruma blanca o en una luz blanca, según la hora del día o de la noche.
Ahí es donde os llamamos y donde la Luz os llama.
Somos en cierto modo, durante este tiempo
particular de la Tierra, el equivalente en nuestro nivel de lo que podéis
llamar – y que llamáis – los cuatro Elementos o los cuatro Jinetes,
representando para vosotros los arquetipos elementales ligados, como sabéis
quizás, a vuestros linajes. Sin embargo, tened presente, al venir donde
nosotros o cuando os llamamos, que lo importante nunca serán las palabras
intercambiadas, ni siquiera los obsequios intercambiados, sino más bien
facilitar la interpenetración de las dimensiones conducentes a la Liberación de
vuestra humanidad y de esta Tierra de tercera dimensión.
¿Significa eso que vamos a desaparecer en
momentos de la Ascensión porque creo que, tanto los Melquisedeks como otros
portavoces de la Luz, os han dicho que la tercera dimensión iba a desaparecer?
De hecho, nosotros ya estamos en 5a dimensión y, en el seno de nuestros
pueblos, las estructuras de vida no serán afectadas y persistirán pero quedarán
invisibles para quien sea, preparando así también lo que podéis llamar – de
momento como personas – un paso de lo Extraterrestre a lo Intra-terrestre,
aunque eso fuese una visión o una explicación parcelaria y fragmentada.
Lo importante en nuestros encuentros, sea cual
sea la apariencia de aquellos encuentros, sea cual sea su manifestación, es
realmente facilitaros la capacidad para trasladar y modificar vuestra
conciencia de un aspecto limitado a un aspecto revelado. Nos esforzamos en
adelante, ya sea a través de nuestros reinos-pueblos, ya sea a través de
nuestros elfos mensajeros, por manifestarnos de manera más evidente a
muchísimas personas humanas en esta Tierra. Las circunstancias mismas de la
Tierra, con la propagación de la Luz, posibilitan nuestras interacciones de
manera más amplia y más alejada incluso de nuestros pueblos-reinos.
Algunos de nuestros elfos viajeros, por lo
demás, pueden ser designados para acompañaros, del mismo modo que ciertas
Estrellas o ciertos Melquisedeks. En este caso también el propósito es uno
solo, que consiste en prepararos, más allá de toda curiosidad intelectual o
incluso de sensación o de percepción, para vuestro traslado dimensional.
… Silencio…
En tales momentos, como ahora, se establece el
Silencio, la Paz, que es la emanencia y la inmanencia del Verbo que – para
vosotros – representa algo muy nuevo y que es incluso independiente de lo que
llamáis vibraciones, chakras, Puertas, Estrellas. Es la calidad de vuestra
conciencia la que cambia directamente en cuanto comulgamos en el límite de
nuestros pueblos. Puede ocurrir que se den también ciertas resonancias con
nuestro pueblo en relación con uno de vuestros linajes ligados al Aire.
… Silencio...
Y es en esta paz donde se abren las últimas
puertas de vuestra Resurrección. No es una acción la que llevamos a cabo
nosotros o vosotros. Es justamente el encuentro entre lo efímero y lo Eterno lo
que permite esto.
Algunos de vosotros transitarán por nuestros
pueblos-reinos y algunos serán incluso traídos hasta nosotros por los Ángeles
del Señor. Otros no tendrán necesidad ni curiosidad ni menos utilidad en
acercarse a nosotros porque sus linajes, su origen y su devenir nada tienen que
ver con nosotros. Nosotros no nos negamos para ningún tipo de contacto y
vosotros tampoco pero existen – en el seno de nuestras estructuras y en la
periferia de nuestros pueblos – unas estructuras particulares llamadas vórtices
y que son habilitadas – independientemente de nuestra voluntad o de la vuestra
– para recibiros.
Y algunos de vosotros, aquí como en todas
partes, sienten más afinidades, por ejemplo, con los dragones o con otros
pueblos de la naturaleza. Sin embargo, los dragones y nosotros mismos tenemos
un papel privilegiado en relación con los demás pueblos de la naturaleza en lo
que sucede en la Tierra. Para un número reducido de vosotros el contacto se
dará más fácilmente con las ondinas o también con los pueblos de la Tierra
subterráneos de las montañas, los gnomos, pero - en forma general - el pueblo
de los elfos, el pueblo de los dragones, es más inclinado a resonar con
vosotros.
Una vez encontrada la estructura de un pueblo
de elfos, no sois los mismos porque resultáis fortalecidos con aquel encuentro,
que no depende ni de vosotros ni de nosotros pero que sí corresponde a nudos de
intersección, de cruce y de coincidencias entre la 3D disociada y la 5D.
Contrariamente a los dragones no podemos
alejarnos y, por ende, entrar a vuestros domicilios, por ejemplo. Si os
contactamos lo hacemos mediante los dedos de Luz evocados anteriormente. La
calidad de nuestro encuentro, no de conciencia a conciencia sino en la
interacción vivida entre los mundos limitados y la 5D, se nota sobre todo en el
aire, en la fluidez, en la facilidad y el embelesamiento. Dejaré que el
representante de los dragones os explique las diferencias. Por lo demás, si
tuvisteis ya vosotros mismos la oportunidad de encontrar elfos y dragones,
sentís instantáneamente la diferencia y también vuestra inclinación más fuerte
hacia nosotros o hacia los dragones.
Es algo que se impone a través del corazón, a
través de la intuición y que puede llevaros más y más a alcanzar la visión
última y, por ende, el Absoluto. Para algunos de vosotros resulta evidente que,
al acercaros a nuestros lugares de encuentro en el seno de nuestros pueblos o
en el límite de nuestros pueblos, vuestra capacidad para desaparecer de la
conciencia común se acrecienta y también se amplifica. Por lo demás no es
necesario que ni yo, ni mi marido, ni siquiera el conjunto de los elfos del
pueblo estemos presentes como en ocasión de ciertas ceremonias. Basta con que
os sintáis llamados por el límite de uno de nuestros territorios para realizar
esta alquimia entre vuestra dimensión y la nuestra. Eso no depende ni de
vuestra persona ni de nosotros. En eso está el interés. No volveré a mencionar
ahora el interés relacionado con los movimientos de traslado pre-ascensional o
pre-Liberación.
Será también en nuestros espacios donde, en un
momento dado, si estáis conducidos a ellos o si llegáis solos, dejaréis de ser
visibles a los ojos del mundo de la 3era dimensión en disolución, en sus fases
finales. Lo mismo en los Círculos de Fuego de los Ancianos, donde no estamos.
Es como pasar de una dimensión a otra y que la dimensión inferior queda incapaz
de veros, de percibiros, en todo caso así será tras los acontecimientos que han
de causar que el Sol y la Tierra se detengan. Contrariamente a vosotros,
nosotros guardamos el recuerdo de los acontecimientos ocurridos en vuestro
pasado concernientes a este mismo proceso y estamos acostumbrados a este tipo
de situación.
Sin embargo, tened presente que lo más
importante es la desaparición que vais a vivir en esta fusión de las
dimensiones en el límite de nuestros pueblos-reinos. Al respecto, quienes hayan
encontrado a los dragones, bien sabéis que existe una diferencia significativa
entre vuestra desaparición en el límite de nuestros pueblos-reinos mientras que
no es exactamente lo mismo lo que sucede cuando vais a las tierras de los
dragones.
… Silencio…
En algunos casos que se dan rara vez, habrá
una comunicación más íntima. De ser el caso, aquello no depende de vosotros ni
de nosotros sino de vuestro origen estelar que tiene algo que ver, seguramente,
con los elfos, aunque ninguno de vosotros haya sido jamás elfo, excepto en el
seno del Absoluto. Hay resonancias, afinidades vibratorias, afinidades de
devenir que pueden manifestarse.
… Silencio…
Disfrutamos juntos, aquí como en todas partes,
de aquellos momentos de mucha paz y puedo también revelaros que – en vuestros
propios momentos de desaparición o de Llamado de la Luz – es la Inteligencia de
la Luz la que actúa pero estamos nosotros – no como entidades élficas sino
nuestros pueblos-reinos – involucrados en aquellos Llamados de la Luz porque es
en nuestros lugares donde la Luz puede emanar y difundir más fácilmente.
Entonces sí, nuestros pueblos-reinos os acompañan en vuestra transición y
traslado dimensional.
Y obviamente si un elfo viajero se encuentra a
vuestro lado, sea cual sea su pueblo-reino de origen, él impulsará en vosotros,
sin voluntad alguna, aquella paz y aquella desaparición. Por supuesto, eso no
significa que todas las paces y las desapariciones se relacionen con los reinos
élficos sino que éstos son un componente importante de lo que corresponde vivir
ahora para vosotros como para nosotros.
… Silencio…
Y, por supuesto, en esta paz, vuestras
palabras y vuestros pensamientos desaparecen porque es una ceremonia pero no
una ceremonia que hayamos organizado nosotros ni vosotros tampoco. Es la
ceremonia del encuentro, diría incluso la alquimia del encuentro, no de un elfo
y de un humano sino de lo que es efímero con lo que es eterno.
… Silencio…
Y cuando os sentís así, como ahora, pues cerca
estáis de la desaparición de lo efímero. Las resistencias caen, las preguntas
desaparecen y se hacen humo, la paz y el gozo crecen. Sin embargo, no olvidéis
que eso no resulta ni de vosotros ni de nosotros sino directamente de la
creación temporal de aquellos portales, vórtices, sean cuales sean los nombres
que queráis darles.
Nuestra peculiaridad también es compartir una
memoria que bien podríais llamar colectiva o de colmena, aunque nada tuviésemos
que ver con animales de colmena o con conciencias de colmena como, por ejemplo,
ésos llamados por vosotros “pequeños grises”. Sin embargo, tan pronto como un
elfo encuentra a un humano, de cualquier manera que sea, aunque los demás elfos
no presencien el encuentro directamente, la totalidad de los elfos de todos los
reinos está informada porque algo hay que cambia en nuestros mismos reinos,
independientemente de las informaciones que puedan ser entregadas por los elfos
viajeros, las que sí nos atañen directamente porque somos muy curiosos.
… Silencio…
Y es en este silencio donde todo se da.
… Silencio…
Y es también en este silencio, en el límite de
nuestros pueblos donde – al ir nosotros a vuestro encuentro – se abre esta
percepción, la que ha de facilitar lo que llamáis la Última Presencia, previa a
la Liberación. No estamos aquí para eso pero nuestra presencia ayuda en eso.
Todo esto para decir que lo más importante es
experimentar lo que se vive aquí y no las pocas palabras que tendré el gusto de
intercambiar con algunos de vosotros.
… Silencio…
Esto es lo que provoca nuestro encuentro.
Estamos en una octava diferente de cuando fue mi primera presentación ante
vosotros.
Para vosotros como para nosotros,
independientemente de la afinidad particular o global con los elfos o con los
dragones o con cualquier otro pueblo elemental, pueden haber afinidades más
específicas de conciencia a conciencia entre algunos de los vuestros y algunos
de los nuestros, resultando en un contacto más privilegiado pero que jamás
tendrá el aspecto ni la intensidad de lo que pueda darse con los dragones
quienes pueden – ellos – circular libremente en todo el espacio de la Tierra
ahora. Ninguno de nosotros – los elfos – podrá ser mandado a dedicarse a tiempo
completo a vosotros. Llevamos a cabo, juntos, en aquellos lugares de encuentro,
una activación particular e irrumpiremos luego, si fuere necesario, a asistiros
durante los fenómenos de transición y de traslado dimensional. Dejaré que los
dragones os expliciten sus funciones y su papel específico y, por ende, las
diferencias con nosotros.
… Silencio…
En la experiencia de nuestro encuentro podréis
conocer, si aquello corresponde a lo que os toca vivir y aunque la imagen no
fuese exacta, la antesala del Absoluto.
… Silencio…
Pienso que percibís - aquí como en otras
partes y desde ya - los beneficios donde no hay más palabras en vuestra misma
conciencia. Abriros a lo que se vive aquí es también abriros a todo cuanto os
era invisible. Y nos alegramos al poder favorecer esto en vosotros.
… Silencio…
Si nos encontráis y en vosotros subsisten
dificultades para hacer silencio, si los pensamientos os siguen asaltando, si
los problemas siguen venciéndoos, venid a nosotros, no para vernos sino más
bien acercaos al límite de nuestros pueblos. Estemos aquí o no, seréis
recibidos.
… Silencio…
Si los contactos entre nosotros ocurren, ya
sea un contacto único, ya sean contactos múltiples, comprobaréis rápidamente
los beneficios en vuestra conciencia.
… Silencio…
Soy la reina del pueblo-reino de Eridan y os
saludo en vuestra Resurrección.
Hasta luego.
mialmadediamante.blogspot.com