La acción de los Yugas, condicionando las edades, origina también las grandes analogías que pueden ser descubiertas por todo atento observador. Por ejemplo, en lo que a la evolución planetaria respecta, tenemos las cuatro estaciones del año, los cuatro ciclos del movimiento de rotación de la Tierra, es decir, día, noche, aurora o crepúsculo; las cuatro fases de la luna, los cuatro puntos cardinales, los cuatro elementos naturales conocidos: tierra, agua, fuego y aire; los cuatro Kumaras, o Señores de la Llama, etc., y en la vida del ser humano, que es un reflejo de lo cósmico, tenemos las cuatro edades que condicionan su vida física y psicológica: niñez, juventud, edad madura y vejez; las cuatro fases de la respiración correcta: inhalación, exhalación y sus correspondientes pausas o intervalos; los cuatro Yogas (1) que rigen y condicionan la evolución de la vida espiritual en este cuarto Reino, humano, del cuarto Planeta, de la cuarta Ronda, etc.
Para una mayor claridad en nuestro estudio sobre el Yoga, considerándole como la Ciencia de la Realización, podemos establecer concretamente las siguientes analogías:* (1) Raja Yoga y Agni Yoga constituyen fases del mismo Yoga (del Fuego de la Mente).
A) YUGA B) EDAD C) CUERPO D) ELEMENTO E) EDAD F) YOGA
a) Kali b) Hierro c) Físico d) Tierra e) Niñez f) Hatha
a) Dwapara b) Bronce c) Emocional d) Agua e) Juventud f) Bakti
a) Treta b) Plata c) Mental concreto f) Fuego Menor e) Edad Madura f) Raja
a) Treta b) Plata c) Causal Abstracto f) Fuego Mayor e) Vejez f) Agni
a) Satya b) Oro c) Búdico d) Aire e) Atemporal f) Devi
De estas analogías se desprenden una serie de hechos que merecen nuestra más profunda atención; en primer lugar porque viendo el desarrollo de la conciencia humana, orientada preferentemente todavía hacia los valores físicos y conquistas materiales, podemos deducir que nuestra Era actual, pese a sus tremendos avances científicos y técnicos, constituye aún una fase, aunque avanzada, del período mundial regido por un Kali Yuga.
El inmenso período de tiempo marcado por esta edad de hierro que estamos viviendo es de las más duras pruebas y de las más ingentes dificultades, pues se trata de vencer y dominar la materia y sublimizarla hasta extremos inconcebibles, de elevarla a la altura de la más exquisita sutilidad, belleza y equilibrio. Esta Meta, finalidad o propósito está asignada preferentemente a Hatha Yoga, el que corresponde al control, dominio y superación del cuerpo físico en todas sus posibles densidades. Este Yoga es esencial, por cuanto constituye la base, fundamento o raíz de todos los demás Yogas que irán apareciendo durante el transcurso de la evolución humana, constituyendo con su lenta, aunque constante y progresiva expansión, el tronco, las ramas, las hojas, las flores y los frutos del indescriptible Árbol de la vida de la Humanidad.
Al tratar de reconstruir la vida evolutiva del Cuarto Reino sabemos de antemano que deberemos proceder con gran circunspección y prudencia para no ser designados como místicos visionarios, sujetos a espejismos mentales. Nos guía, sin embargo, otro deseo en este libro, que es exponer una serie de hechos y acontecimientos que cada uno de Uds. podrá aseverar con tal que se decida a aplicar la clave de la analogía, tal como lo hacemos nosotros, y seguir adelante en sus pesquisas sin pretender ni perseguir otro objetivo que la Verdad esencial que en todas las cosas y en el corazón de todos los seres tiene su morada de luz.
Asignamos a Hatha Yoga una importancia fundamental por las razones que expondremos en el capítulo correspondiente. No obstante, si pueden imaginar este símil de la vida histórica, psicológica y espiritual de la humanidad como el de un Árbol inmenso cuyas raíces se hallan hundidas en la materia de los reinos inferiores (2), pero cuya copa, frondosa y exuberante, bordea el infinito espacio espiritual y si consideran que la totalidad de este Árbol descansa sobre las raíces del Hatha Yoga y que Hatha Yoga es la Ciencia de la Unión espiritual por medio del cuerpo físico, serán concientes de su importancia en esta Era específica que estamos viviendo y la relación que existe entre el período mundial de Kali Yuga, la Ciencia del Hatha Yoga y los grandes intentos de los hombres de ciencia del mundo actual de dominar la materia y adueñarse del espacio, es decir, del éter en donde la materia, desde la más sutil a la más densa tiene su fuente inmortal de procedencia.
* (2) Tal es en esencia el significado oculto del loto, cuyas raíces se hallan hundidas en la viscosidad del lodo pero cuya flor inmaculada emerge por encima de las aguas buscando la luz del Sol.
Esta conclusión a la que hemos ido llegando por un matemático proceso de analogía no debe constituir, sin embargo, un freno paralizador para el creciente estímulo de la búsqueda de los Yogas superiores. Debido a este potente estímulo espiritual o monádico, que procede de la alta copa del inmenso Árbol de la Vida, han ido surgiendo de las profundas simas de Kali Yuga hombres eminentes en todos los campos expresivos de la conciencia humana que, con el testimonio de su luz y la potente irradiación de su aura espiritual, han dado fe y brindado seguridad de otros Yogas superiores, con la demostración evidente de que la Vida del Espíritu triunfa siempre de las condiciones temporales y de las influencias ejercidas por determinados períodos mundiales o deciertas constelaciones siderales afectando nuestro planeta.
Es evidente que en esta presente edad de hierro y en plena expansión de la Era de Piscis (3), han sido muchos los hijos de los hombres, que son los hijos de Dios, que se han liberado de todas las limitaciones impuestas por el lento fluir del proceso evolutivo regido por la materia y sus naturales imposiciones y han logrado practicar en conciencia y en toda su plenitud el Raja Yoga, el Agni Yoga y aún el Devi Yoga (el Yoga del Futuro), viviendo y demostrando por anticipado la gloria de los Arquetipos que se agitan gozosos en los más elevados niveles del Sistema Solar y han de revelarse en la última subraza de la presente Raza Aria.
* (3) Durante el período mundial condicionado por un Kali Yuga, la constelación de Piscis se manifiesta casi 70 veces afectando el ritmo de la evolución planetaria.
Por todo ello se darán Uds. cuenta de que si bien existe un período cíclico mundial que trata de revelarse a través de un determinado tipo de Yoga y del imperio condicionante de una definida Constelación alterando la calidad de los fuegos eléctricos del éter planetario en donde vive inmersa nuestra Tierra, hay también una Potestad superior en el ser humano cuya expresión no viene condicionada por la cualidad específica que se libera a través de los éteres, sino que estando sujeta a un Ritmo superior y trascendente que opera por medio de unas Constelaciones siderales superiores a las conocidas y más evolucionadas dentro de un proceso de expansión cósmica, puede sacudirse del "yugo de las estrellas”, vencer la actividad de un período mundial, adueñarse de los ciclos del tiempo y de las circunstancias y aplicar concientemente aquel Ritmo sobre la materia, es decir, sobre sus vehículos expresivos, tal como lo hicieron y lo hacen los Adeptos e Iniciados y tratan de hacerlo los discípulos en entrenamiento espiritual.
Como ustedes irán observando y tal como es nuestro propósito, nos vamos acercando progresivamente a la Ciencia del Yoga desde un ángulo puramente esotérico y siguiendo siempre las sagradas analogías que, según hemos dicho en otras ocasiones, son las únicas avenidas que conducen a la Verdad.
En el momento actual y cuando todavía las agujas del Gran Reloj de la Vida están marcando la acción temporal del Kali Yuga, tenemos en expansión y progresivo desarrollo cuatro Yogas principales: Hatha Yoga, Bakti Yoga, Raja Yoga y Agni Yoga. Este último, denominado también el Yoga del Fuego o Yoga de Síntesis, sólo puede ser íntegramente practicado por los verdaderos investigadores del mundo espiritual, es decir, los grandes pensadores y profundos místicos, los inspirados artistas y los verdaderos filósofos, discípulos todos ellos en entrenamiento espiritual, pertenecientes quizá a algunos de los Ashramas de la Jerarquía y formando parte, según su propio nivel, de la Gran Fraternidad Blanca del Planeta.
Pero, como una cálida promesa de redención para el futuro y como una resplandeciente aurora que presagia la Luz inmortal de un Nuevo Día que toda la humanidad espera, aparece en lontananza el Devi Yoga y con él una nueva efusión de Vida o de Fuego sagrado penetra en los éteres planetarios afectando la vida de todos aquellos que lograron dominar gran parte de la sustancia inferior que compone sus vehículos de expresión, la mente, el cuerpo emocional y el cuerpo físico y presentan su Tabernáculo, el cuerpo triple de la personalidad integrada, como una sagrada ofrenda al Cristo interior, al Verbo inmaculado que ha de llenar el mundo con el tesoro de Su gracia.
De este nuevo Yoga nos ocuparemos en el capítulo correspondiente para que pueda observarse cómo la analogía universal que guía nuestros razonamientos se expresa en forma perfecta y con matemática precisión relacionando Yugas, Reinos, Razas, Subrazas, Yogas, Cuerpos, Mentes y Espíritus dentro de una maravillosa estructura en la cual nada sobra ni nada falta dentro del santo equilibrio de la Ley y en la que el ser humano, contenedor de todos los Misterios Celestes, tiene el sagrado deber de revelarlos edad tras edad, ciclo tras ciclo, venciendo Eras, creando nuevas civilizaciones y despertando estados de conciencia cada vez más sublimizados y enaltecidos y consumando a través del Yoga, Ciencia de Redención por excelencia, el más glorioso y elevado cumplimiento.
V.B.Anglada
Fuente:
www.trabajadoresdelaluz.com
02 de Junio 2018
www.trabajadoresdelaluz.com
02 de Junio 2018