Vuestra actividad neuronal organiza vuestra experiencia consciente. Vuestros ritmos generales como criaturas os aportan automáticamente períodos de descanso y de concentración intensa.
La noche y el día constituyen el marco dentro del cual se expresa vuestra experiencia; dicho marco facilita a la mente consciente el estímulo y la relajación necesarios, y permite la correcta asimilación de los sucesos. Tal como se ha mencionado, incluso en ese caso los mecanismos innatos del cuerpo pueden alterar tal disposición para abarcar más información.
Por regla general tenéis bastantes dificultades para afrontar los sucesos de cada día, y más aún los de la semana siguiente; por lo tanto, en la secuencia de sucesos, la realidad de las acciones probables suele estar oculta a vuestra vista. Esta realidad más compleja es una propiedad permanente de vuestra esencia como criaturas. Además, existís como criaturas más de una vez. En cada una de vuestras existencias «reencarnadas» os enfrentáis a la misma relación con las probabilidades. En cada caso, también, la naturaleza de la mente consciente establece su propio ámbito de identidad, lo cual permite centrarse en la acción «presente». Estas encarnaciones son todas simultáneas.La noche y el día constituyen el marco dentro del cual se expresa vuestra experiencia; dicho marco facilita a la mente consciente el estímulo y la relajación necesarios, y permite la correcta asimilación de los sucesos. Tal como se ha mencionado, incluso en ese caso los mecanismos innatos del cuerpo pueden alterar tal disposición para abarcar más información.
Una muerte no es más que una noche para el alma. La gran entidad a la cual pertenecéis sigue vuestros avances tan fácilmente como vosotros seguís el vuestro a lo largo de los días. La mayoría de vosotros os despertáis cada día en la misma cama en la misma casa o ciudad, y sin duda os despertáis como la misma persona en el mismo siglo. En este sentido, la entidad se despierta como una persona distinta "cada día" en un siglo distinto, y cada vida parece un día en su nivel de experiencia. Lleva consigo la memoria y la experiencia simultánea de cada uno de esos seres.
Una forma es básicamente no física. Lo que veis de la forma es sólo la parte que puede ser efectivamente activa o materializarse dentro de vuestro sistema de realidad.
"De modo que, a su manera, la entidad posee lo que vosotros podéis concebir como estructuras neuronales futuras."
Dentro de esa vasta forma está la vuestra, que, aunque es más reducida, ni se pierde, ni está limitada o predeterminada. Vosotros formáis vuestro rincón del universo, que a su vez es parte de otro universo. Dentro de éste, las acciones y creencias de uno afectan a todos. .
Cada parte es de vital importancia, y de uno u otro modo se produce una comunicación instantánea entre lo más pequeño y lo superior, la telaraña y la araña, el hombre, la entidad y la estrella, y cada uno teje su propia red de probabilidades a partir de la cual otros universos nacen continuamente.
¿Qué yo? ¿Qué mundo?
Quizás os parezca que todo esto tiene poco que ver con vuestra experiencia personal diaria, pero está íntimamente relacionado, ya que, tanto personalmente como en el conjunto de la humanidad, creáis en realidad «el mejor» de todos los mundos posibles.
La actuación de un gran atleta ofrece pruebas de las capacidades inherentes en la forma humana que apenas se utilizan. Los grandes artistas, con sus obras, manifiestan otros atributos latentes en la raza en conjunto. Aun así, representan trazados unidireccionales. Dentro de la experiencia de vuestra raza tal como la conocéis, se encuentran todas las pautas estructurales de un ser humano completamente desarrollado, en el que todas las tendencias inherentes se desarrollan libremente y se llevan a cabo.
Así tendríamos a una persona que exhibiría todas esas grandes facultades que la raza conoce y que, según su temperamento único -de artista, matemático, atleta, inventor-, llevaría a cabo todas las cualidades extraordinarias de su condición de criatura; las cualidades emocionales se emplearían al máximo de sus capacidades, y todas las cualidades o características raciales de la especie gozarían de total libertad.
Sabiduría y necedad se considerarían sólo aspectos, uno del otro. Religión y ciencia estarían libres de dogmas. De la misma manera, si seguís el «rastro» de vuestras experiencias y características, podéis descubrir vuestras facultades «probables» y, hasta cierto punto, desentrañar la naturaleza de las acciones probables que podéis materializar físicamente.
En vuestra experiencia presente hay vestigios o rastros de vuestros seres probables, así como en cada individuo hay indicios de todos los grandes talentos desplegados y desarrollados tan exuberantemente por una minoría. Es posible enriquecer vuestra experiencia con estos vestigios. En cualquier caso esto ocurre en el inconsciente, donde dichos vestigios conforman la base a partir de la cual elegís vuestra experiencia actual.
El próximo capítulo se dedicará a los métodos que os permitirán sacar el mayor provecho de un gran abanico de opciones, y aportar a vuestra experiencia diaria sucesos y experiencias que hasta ahora han permanecido «latentes». Por supuesto, en cada caso personal las opciones serán distintas, pero podéis hacer que ciertos conocimientos y conexiones íntimas con vuestras realidades probables formen parte de vuestra vida presente.
Así pues, podéis aprender a ahondar conscientemente en las dimensiones de vuestra vida atrayendo a ella el rico entramado de probabilidades.
¿QUÉ YO? ¿QUÉ MUNDO? SÓLO VOSOTROS PODÉIS RESPONDER. CÓMO LIBERAROS DE LAS LIMITACIONES
Puesto que vuestras creencias conscientes determinan las funciones inconscientes que producen vuestra experiencia personal, el primer paso es ampliar esas creencias.
En cierta medida, los conceptos presentados en este libro ya deberían haberos ayudado a hacerlo. Dentro de vuestra realidad subjetiva hay vestigios de todos los caminos que no se tomaron, todas las facultades que no se emplearon. Quizás os veáis principalmente como padres, u os identifiquéis con vuestro empleo o profesión.
En lo posible, olvidad por ahora esa luz habitual bajo la que os veis, y pensad sólo en vuestra identidad.
Escribid o enumerad todas vuestras capacidades físicas y mentales conocidas, tanto si éstas se han desarrollado como si no, y todas las inclinaciones que sintáis hacia cualquier actividad en especial, tanto las que sólo consideráis remotamente como las que os acuden vividamente a la mente.
Estas representan las diversas características probables entre las que elegisteis cuando activasteis vuestro principal interés particular. De estos atributos, por tanto, elegís los que ahora consideráis que serán vuestra realidad más básica.
Cualquiera de estas direcciones, si la seguís, puede enriquecer la existencia que conocéis, y a la vez generar otras probabilidades que ahora se os escapan. En gran medida, la imagen principal que habéis mantenido de vosotros mismos ha cerrado vuestra mente a otros intereses e identificaciones probables. Si pensáis en función de un ser multidimensional, comprenderéis que tenéis muchas más sendas posibles de expresión y realización de las que habéis estado utilizando. Estos logros probables "permanecerán" latentes, a menos que decidáis conscientemente sacarlos a la luz.
Sean cuales sean los talentos que percibís que tenéis, sólo pueden desarrollarse si así lo decidís. El simple acto de decisión activará entonces los mecanismos inconscientes. Vosotros, como personalidad, independientemente de vuestra salud, dinero o circunstancias, poseéis una rica variedad de experiencias probables entre las cuales elegir. Debéis daros cuenta de ello y asumir conscientemente la dirección de vuestra propia vida. Incluso si decís «Acepto lo que me ofrece la vida», estáis tomando una decisión consciente. Si decís «No puedo dirigir mi vida», también estáis tomando una decisión, y en ese caso una que os limita.
El sendero de la experiencia no está determinado. No hay ningún camino que no desemboque en otro. Hay una profunda red de acciones probables que siempre tenéis a vuestra disposición en cualquier momento. La imaginación puede ceros de gran valor, pues os ayuda a abriros a estos cursos de acción, y luego os ayuda asimismo a llevarlos a cabo.
Si sois pobres, elegid aquella realidad de entre muchas probables que no incluyen la pobreza, y que siguen disponibles. Si elegisteis la enfermedad, hay otra realidad probable y disponible en la que elegís la salud. Si estáis solos, existen amigos probables que no quisisteis conocer en el pasado, pero que están ahí.
Imaginad que esas facultades probables o hechos suceden. Al hacerlo, la intensidad del deseo los trae a vuestra experiencia. Repito que el ser no tiene fronteras establecidas. De hecho, hay muchos otros «yos» probables. Podéis hacer uso de sus facultades, al igual que en cierta manera éstas os llaman, ya que estáis estrechamente relacionados.
Debéis daros cuenta de que en realidad sois un yo probable. Vuestra experiencia es el resultado de las creencias. Vuestra estructura neuronal necesita cierto enfoque, por lo cual otras experiencias contrarias a vuestras suposiciones conscientes se mantienen latentes o probables. Alterad las creencias, y, con ciertas limitaciones cualquier
ser probable puede actualizarse.
Extracto de Habla Seth III
A través de Jane Roberts
http://www.trabajadoresdelaluz.com
12 de Diciembre 2017