V.B. Anglada - El Principio de la Autoconciencia.

c) El Principio de la Autoconciencia

Como ustedes se darán cuenta, estamos tratando de explicar ciertos "hechos" históricos eternamente Vívidos y palpitantes dentro de la Memoria de Dios con respecto a la Naturaleza y a la vida de la humanidad, en relación con el Yoga y sus Misterios, de una manera muy rápida y tratando de ser lo más concretos que sea posible, quemando etapas –por así decirlo– y dando saltos de miles de años en un intento de presentar el Yoga, en todas posibles variantes y modificaciones, como parte principal del desarrollo de la conciencia cósmica en nuestro planeta, como un indescriptible intento de la Divinidad de proyectar Su vida, Su amor, poder e inteligencia creadora por medio de las Mónadas humanas, a través de los interminables ciclos del tiempo y concretándose definidamente en aquél Arquetipo divino que ha de ser y que ha de realizar el ser humano, como enlace vital de la vida de la Naturaleza con la Vida del propio Dios.
Raja Yoga, el Yoga de la mente, aparece en la quinta subraza de la tercera Raza Raíz. El quinto principio cósmico, la Mente de Dios, se introduce en el cerebro de la humanidad que va surgiendo de las sombras del tiempo, por intercesión de los Ángeles Solares. Este acontecimiento, el más trascendente desde el ángulo de vista de la evolución planetaria, es una consecuencia de la encarnación en el planeta Tierra de los Señores de la Llama, Entidades muy evolucionadas procedentes del planeta Venus.

La importancia de tal acontecimiento marca la conciencia del hombre primitivo con fulgores de eternidad. Empieza a actuar el átomo permanente mental, creado por la experiencia mental del Logos planetario de nuestro Esquema Terrestre y vivificado por su encarnación física, Sanat Kumara(1), el primero de los grandes Señores de la Llama, Quien, utilizando su radiante vehículo etérico de la más elevada vibración y pureza, abarca en su luminosa esfera de proyección la totalidad del planeta y crea las fronteras misteriosas del mismo, el llamado esotéricamente "Círculo-no-se-Pasa".

(1) Sanat Kumara ocupa, en relación con el Logos planetario, idéntica posición que el Maestro Jesús en relación con Cristo.

Durante incontables períodos de tiempo la presión de la energía mental, el quinto gran principio cósmico, que en la primera subraza de la tercera Raza Raíz, la Lemur, inició su ciclo de manifestación en nuestro planeta, ha ido creando las requeridas condiciones de autoconciencia dentro del ser humano. El hombre, el rey de la creación, el gran intermediario planetario entre los Reinos que evolucionan, empieza a auto reconocerse. Ya no forma parte como un elemento ciego más del proceso histórico de la vida que va desarrollándose, sin capacidad alguna de reacción inteligente; ahora empieza a ver los acontecimientos que se van produciendo a su alrededor como “algo parte de sí mismo". El empieza ahora a escribir su propia historia, empieza así a crear el karma individual, su gran aportación al insondable secreto de la Naturaleza. No es todavía plenamente consciente de su verdadera función como engarce de unión entre las dos grandes orillas o fronteras de la historia, la material y la espiritual. 

Raja Yoga, la ciencia de unión por medio de la mente, va realizando calladamente su misión en el cerebro de los seres humanos. Algunos de ellos, los más audaces y los mejor preparados de acuerdo con la acción de los ciclos universales operando sobre el planeta, van adquiriendo sin embargo acusados tintes de autoconciencia y si bien no conocen exactamente el lugar que ocupan en el plan evolutivo, o conciencia jerárquica, adoptan espontáneamente una posición de fuerza o poder y se erigen en dirigentes o conductores de grandes comunidades. Ahí, en este punto y en lo que respecta a la evolución de la humanidad, se inicia la casta de los caudillos y de los sacerdotes que durante milenios gobernarán la Tierra e imprimirán nuevas derivaciones en los cauces de la historia.


d) El Principio de Discernimiento

Pero, la evolución característica y fundamental del Raja Yoga, su alto valor cualitativo y la línea segura de su meta y objetivos, aparecerán más adelante, aproximadamente en la mitad de la Cuarta Raza Raíz, la Atlante. Ciertas modificaciones internas en el Plan de la Jerarquía espiritual con respecto a la humanidad en su conjunto, expresadas esotéricamente como necesidades de la Vida del Logos planetario a través de Su cuerpo de expresión, el Planeta, obligan a ciertos definidos reajustes:

1. Una gran parte de los Adeptos que procedentes de otros lugares del Sistema Solar cooperaron con los Señores de la Llama en el desarrollo espiritual de la Raza de los hombres, vuelve a reanudar Sus excelsas y anteriores funciones dentro del Universo. Consecuentemente, y ahí se demuestra ostensiblemente el éxito espiritual del Raja Yoga, el puesto jerárquico que Aquellos exaltados Seres ocupaban en el orden evolutivo del planeta ha de ser cubierto por los Hijos de los Hombres que, desde luengas edades, se estuvieron preparando para ello.

2. Para facilitar una atención especial del Logos planetario sobre las Mónadas espirituales individualizadas durante la época lemuriana, son cerradas, simbólicamente hablando, las puertas iniciáticas por las que las Mónadas espirituales que evolucionaban en el Reino animal se introducían en el Reino humano. Como consecuencia de ello una nueva corriente de energía se introduce en la mente de los hombres en desarrollo espiritual con los siguientes resultados:


a) La proyección de Vida espiritual que descendía de los Altos Lugares hasta coincidir en los mundos materiales se deriva en dos amplias vertientes; una se vuelca sobre el principio mental de los seres humanos y la otra se introduce en su corazón(2). Hasta aquí, la mente y el corazón, la incipiente conciencia y los primitivos destellos de sensibilidad operaban conjuntamente como una sola unidad de expresión. La vida material con sus distintas e innumerables sensaciones se convertía en una automática respuesta sensible que llegaba a la mente; de idéntica manera, la vida espiritual que desde las Alturas operaba sobre la mente, se transformaba automáticamente también en motivos de sensibilidad. A partir de aquel momento, sin embargo, se produce la necesaria, positiva y al propio tiempo dolorosa escisión. Por vez primera en la historia de la Raza humana se establece la gran división del corazón y de la mente, del aspecto emocional y sensible de acercamiento a la vida y de la facultad razonadora.

(2) Examinada la glándula pituitaria (directamente enlazada con el centro Ajna, del entrecejo), se la ve dividida en dos partes. La posterior, que segrega "pituitrina", está conectada con el proceso de desarrollo intelectual. La anterior, cuya secreción es desconocida, está relacionada con la evolución del chacra cardíaco.


b) Esta división origina el sentido mental de Discriminación o de Discernimiento. El ser humano empieza realmente a razonar, a crear consecuentemente el fruto, durante millones de años, amargo del karma individual


c) En virtud de este hecho, son creadas las avenidas del Raja Yoga que desde aquel momento también comienza a actuar como verdadero motor de la evolución humana. Aparece la mente como un sexto sentido, como un instrumento de percepción del alma en los tres mundos, físico, emocional y mental y como un medio de contacto con la Divinidad a través del Ángel Solar (en el tercer subplano del plano mental). La división de las energías espirituales y materiales que antaño fueron la expresión de un fenómeno conexo, la aparente separación en el tiempo de ambos principios constituyentes del proceso de la evolución universal en el hombre, es causa de aquello que esotéricamente denominamos "la gran herejía de la separatividad” origen del dolor y del conflicto que durante edades harán presa del corazón humano. 

Pero, el fruto amargo de la prueba, de este doloroso karma que debe arrastrar el hombre, de esta punzante agonía de sentirse desvinculado de todo cuanto le rodea y aún del propio Dios, traería como consecuencia el poder de amar y la capacidad de valorar conscientemente el proceso histórico de la vida y un acercamiento progresivo a las fuentes espirituales o monádicas de procedencia.

3. La escisión del Espíritu y Materia, de Vida y Forma, de mente y sensibilidad se manifiesta también ostensiblemente en los niveles esotéricos, en donde la evolución dévica o angélica se desvincula de la vida humana. Desde aquel momento el ser humano debe soportar solo, completamente solo, el peso de la vida, el fluir de los acontecimientos y la rudeza del ambiente social lleno de fricciones que se está creando. Él es entonces el promotor directo, causa y efecto de todas sus reacciones psicológicas. Así, el hombre, como un fenómeno realmente social, aparece en el marco de la historia escribiendo las más nobles y al propio tiempo más dolorosas páginas de la misma.

Raja Yoga opera desde entonces dentro de la conciencia humana desarrollando el poder de distinguir y la capacidad de discriminar cuanto es percibido y los motivos subyacentes en todas las percepciones y contactos son divididos dentro de la mente para descubrirlos en su esencia y reconocerlos así en su propósito de base. 

De este poder discriminativo de la mente, de esta facultad de separar para mejor descubrir las cosas en su origen, surgirá en determinada vuelta de esa inmensa espiral de vida que es la evolución planetaria como un todo, un poderoso clamor invocativo, una desesperada pregunta hacia lo Alto, una reorientación de todas las fuerzas de la personalidad en desarrollo, centralizadas en la mente, el corazón y la voluntad, hacia un aspecto superior espiritual y trascendente que se intuye aunque no se conoce, y esa etapa, que se inicia a finales de la Raza Atlante como característica de un proceso de elevada sensibilidad hacia los valores internos, continúa en las primeras subrazas de la Raza Aria, dotando a los seres humanos de la capacidad de establecer contacto con su verdadero Ser, o Yo superior, en un nivel más elevado del plano mental y prosigue incesantemente en su ascensión espiritual invocativa durante todo el proceso histórico conocido de la Raza Aria. 

Un punto álgido de este proceso surge con destellos de eternidad en los albores de la quinta subraza de la Quinta Raza(3), nuestra Raza actual, marcando el principio de lo que será una Era típicamente invocativa, de reorientación mental consciente y definida y de ascensión constante hacia las regiones del Ser superior. La relación del hombre con su Ángel Solar, el Conocedor de todos los Misterios, aparece aquí como una Meta claramente señalada. Los "dones del Espíritu Santo" que antaño sólo se dispensaba a los elegidos, pueden ser conquistados ahora por todos los seres humanos conscientes y de buena voluntad que así lo deseen. 

(3) Que debe testimoniar el quinto gran principio cósmico de la mente

La Puerta de los Misterios Sagrados y la Iniciación que permite abrirla, se halla al alcance de todo verdadero investigador del mundo espiritual y, términos como aspirante y discípulo, constituyen las tónicas del momento, pudiendo ser aplicados indistintamente a todos los hombres y mujeres de buena voluntad en el mundo, capaces de realizar el requerido esfuerzo de aproximación espiritual y de afrontar la prueba del Fuego exigida en estos drásticos momentos de transición de Eras que estamos viviendo.


e) Hacia el Principio de Síntesis por el Yoga

Surge así del insondable marco de la historia planetaria el cuarto de los grandes Yogas de la evolución humana: Agni Yoga, el Yoga de Fuego o Yoga de Síntesis, que aparece como una rutilante promesa de redención para todos los hijos de los hombres cansados del tormento de la vida, de aquellos que ardientemente buscan colmar el misterio de la propia redención.

Agni Yoga, tal como veremos más adelante, expresa la capacidad libre del pensador de proyectarse fuera de sí mismo en busca del Fuego creador, de conquistar las cumbres de la más elevada unidad, de vencer "la gran herejía de la separatividad” gestadas en eras históricas del pasado y de quemar con el Fuego conquistado todas las limitaciones de los cuerpos y vehículos que utiliza como medio de expresión. Expresa el contacto con ciertos elevados niveles del plano mental y establece relación con los primeros subplanos del plano búdico conquistando la idea arquetípica que ha de desarrollar la Quinta Raza y preparando la labor inmediata de la sexta subraza de la misma que ya, a mediados de la Era de Acuario, mostrará algunos de sus más excelsos y acabados tipos.

La práctica de Agni Yoga, "para aquellos que se sientan llamados” les iniciará en el arte del silencio que, convertido en música, la voz de los ángeles, les permitirá adquirir poder en los mundos invisibles y en las nuevas dimensiones dentro de la conciencia, pero, mayormente, el poder de controlar concientemente todos sus vehículos, de integrarlos perfectamente y de ofrecerlos humildemente a la disposición del Ángel Solar, el verdadero promotor de la evolución y celoso guardador de los Misterios sagrados de la Divinidad en el corazón del hombre.

Siendo el Ángel Solar un ciudadano del Quinto Reino de la Naturaleza, un alto Iniciado, un Maestro de Compasión y de Sabiduría dentro de la Jerarquía planetaria, su misión es revelar el Verbo divino por medio del alma humana, la cual, a su vez, tiene la misión o cometido de preparar el Cáliz, o Tabernáculo(4) que debe acoger el Verbo. De este Verbo de Revelación hallamos sutiles referencias en todos los tratados religiosos, filosóficos y místicos de todos los tiempos.

(4) Los tres vehículos periódicos: mente concreta, vehículo emocional y cuerpo físico.

Con el Ángel Solar, el Arquetipo perfecto de la Raza Aria, llegamos al final de una etapa en la historia de los Yogas planetarios. Lo que va a producirse de ahora en adelante, los nuevos Yogas y los nuevos Misterios a ser revelados y actualizados, ya no serán de la incumbencia del ser humano ni un producto de sus esfuerzos por adaptarse a un determinado aspecto creador, o ruta evolutiva definida, sino que será cosa del Ángel Solar, de ese Enviado de Dios que "conociendo el fin desde el principio", sabe perfectamente cuál es la Meta inmediata.



f) El Yoga del Futuro

Avizorando las rutas del futuro que el Ángel Solar permite ver iluminadas, se perfila un nuevo tipo de Yoga, una nueva Ciencia mística de unión con la Divinidad, que pese a la lejanía con que parece proyectarse en "la historia todavía no-escrita", ya está siendo actualizada por muchos hijos de los hombres que se esforzaron en el pasado y que, en el presente, pueden experimentar la Gloria del Aliento de Dios a través del Ángel Solar.

Esta nueva Ciencia mística de unión con la Divinidad la denominaremos Devi Yoga, la del inteligente contacto de los seres humanos con el mundo de los devas, los agentes creativos de la Voluntad de Dios en el éter, los verdaderos constructores de los Reinos de la Naturaleza y hermanos en Espíritu de la Raza de los hombres.

Devi Yoga, el Yoga del futuro, es un luminoso interrogante formulado con caracteres de fuego dentro del corazón humano y sólo el desarrollo creciente del centro cardíaco en el desenvolvimiento evolutivo de la humanidad en este planeta Tierra, puede dar la clave de su expresión en el tiempo y de su vinculación cósmica. Es el Yoga del contacto con las huestes angélicas que desde el principio mismo de los tiempos colaboraron con el testimonio de "su gracia" en la relación y vinculación del hombre con el Ángel Solar, su verdadera y única inmanente realidad, construyéndoles formas cada vez más sutiles y adecuadas a la expresión del Arquetipo diseñado por el Logos planetario allá en lo oculto de Sus designios inviolables. 

Es posible que a finales de la sexta subraza de nuestra quinta Raza Aria, un número considerable de egos humanos haya evolucionado lo suficientemente como para permitirles esta relación indescriptiblemente brillante y maravillosa con el mundo de los devas, la conquista del Devachán y aun el Misterio de los Rayos. Esto exigirá naturalmente por parte de aquéllos una coordinación e integración completa de los tres vehículos inferiores, una relación conciente con el Ángel Solar de sus vidas y cierto contacto definido a través del centro cardíaco con los primeros subplanos del plano búdico.

No podemos naturalmente extendemos mucho acerca de este Yoga que, tal como hemos dicho, pertenece todavía a una etapa posterior del proceso evolutivo de la humanidad. Puede ser dicho, sin embargo, que ciertas jerarquías de devas han establecido ya contacto definido con algunos seres humanos(5) a quienes han confiado ciertos conocimientos acerca de sus vidas, misiones y expresiones que pueden ser transmitidos inmediatamente a la humanidad conciente de nuestros días y que constituyen el andamiaje o estructura de lo que será Devi Yoga. Esperamos de todo corazón que "el testimonio de Gracia" de tales enviados celestes, de estas Entidades angélicas, sea cada vez más evidente y ostensible y pueda ser registrado en el corazón de los hombres y mujeres de buena voluntad. Este es al menos nuestro deseo más profundo y el inspirador de todas nuestras buenas razones.

(5) Muchos de los llamados contactos con seres extraterrestres; no son sino contactos dévicos efectuados durante el sueño o por materialización física de ciertas Entidades angélicas.


g) La Gran Escisión

Este es un punto muy importante y les rogamos acojan nuestras conclusiones con una mente muy amplia y profunda. Nuestro intento es aclarar tanto como nos sea posible este aspecto, tan oscuro todavía para el naturalismo y la antropología. Según nuestras observaciones y la ayuda prestada por ciertas Entidades superiores del mundo dévico que permiten el acceso a los "registros akáshicos", o memoria cósmica de la Naturaleza, hemos podido comprobar que esta escisión primaria no se repite, sino que al dividirse en dos la entidad andrógina, esta gigantesca ameba a la que nos hemos referido, cada parte separada empieza a desarrollar caracteres de sexo. Continúa presente la naturaleza esencial, pero la división ha creado ya para la naturaleza futura de las razas que irán apareciendo en el devenir del tiempo, dos tipos bien definidos, el hombre y la mujer, el sexo masculino y el femenino, empezando a actuar ya definidamente el principio de generación. 

Observaciones posteriores a las que nos indujo la sensación de que algo quedaba incompleto en nuestro estudio, nos permitieron comprobar el hecho de que a partir de la segunda subraza de la primera gran Raza Raíz, de la que no quedan rastros en la Tierra, aparecían ya netamente destacados los caracteres del sexo. Según nos ha parecido observar, los órganos reproductores de la especie empezaron a cumplir su misión creadora a mediados de la tercera subraza de aquella primera Raza, aunque de manera muy limitada y de acuerdo con un proceso de alta selectividad (que no todas las unidades semiindividualizadas poseían) y a la presión de los elementos externos... Apelamos, como siempre, sin embargo, al testimonio de la propia intuición de ustedes, ya que se trata de unos puntos muy difíciles de aclarar y que no pueden ser comprobados objetivamente.

Siguiendo el hilo de esta misma idea y tratando de ampliarla en lo posible de acuerdo a cuanto fue dicho en anteriores ocasiones y, como siempre, a lo que pudimos percibir en la luz de los registros akáshicos, nos extenderemos ahora por otras zonas esotéricas relacionadas con lo que fue el principio de nuestra Raza Humana. Veamos:

1. Al iniciar el Logos planetario su ensayo sobre lo que debería ser la humanidad terrestre, había ya en la Tierra un Reino animal muy especializado, producto de un remanente lunar, es decir, proveniente de una emanación, o corriente de vida de los Señores Pitris, las Entidades creadoras de aquel viejo planeta, cuyos gérmenes, de acuerdo con el principio de Fraternidad Cósmica, fueron transportados a nuestra Tierra para su ulterior evolución. El hombre-animal, al cual nos hemos referido ya en otras ocasiones y que era oriundo de nuestro planeta, presentaba unas características realmente impresionantes. Era tosco, gigantesco y escasamente desarrollado. La consideración de esta idea nos lleva a una importante conclusión, avalada por la investigación esotérica: el remanente lunar, o sea, el Reino animal terrestre proveniente de aquel viejo planeta, hoy un satélite de la Tierra, estaba más evolucionado que el propio hombre-animal al que se refieren los antiguos tratados ocultos y que eran de procedencia terrestre...

2. La Individualización del Reino animal, es decir, la Iniciación al Reino Humano, afectó simultáneamente a la mayor parte de las unidades del Reino animal procedente de la Cadena lunar y de la raza de hombres-animales oriundos del planeta. En todo caso, y "por obra y gracia del Espíritu Santo" –y nunca podrá ser formulada esta mística sentencia con más propiedad– el germen de la mente empezó a actuar en ambas corrientes evolutivas en orden a cualidades despiertas y a ser estructurado el Principio de Autoconciencia.

3. Las diferenciaciones raciales que se irán produciendo en el transcurso del tiempo están directamente vinculadas con esta diferenciación de base. La humanidad terrestre será siempre solamente Una, pero existirá una bien definida especialización(6), una amplitud de vida mayor a la que ya nos hemos referido anteriormente al definir “la casta de los caudillos y de los sacerdotes”. No queremos significar con ello que la Vida sea distinta, ya que sólo Una Vida existe en nuestro Universo, regida por el Amor y expresada como “acercamiento vital", sino que nos referimos a Jerarquía, a la Ley que se expresa por medio de Aquellos que "habiendo vívido más, poseen más experiencia", la experiencia de la Vida del Espíritu.

(6) Determinada por la más elevada evolución de aquel remanente lunar.

4. La escisión que se produce en las primeras formas andróginas, semilla de la humanidad terrestre, y el establecimiento de la dualidad de los sexos como resultado de aquélla es, al parecer, el principio del karma humano. Puede ser supuesto, sin embargo, que algo parecido o muy similar quizá sucedió en la evolución lunar.(7)

(7) Véase, por favor, el capítulo “Las leyes del karma", del libro “La Jerarquía, los Ángeles Solares y la Humanidad”

Sea lo que fuere, la evolución humana a partir del fenómeno iniciático de la Individualización, sigue una trayectoria idéntica para todas las unidades de vida animal lunar y planetaria, que lograron acceder a la gloria de la mente. El proceso iniciático que determinó la Individualización tuvo lugar, tal como hemos visto en afirmaciones anteriores, durante el período evolutivo de la quinta subraza de la Tercera Gran Raza Raíz.



V.B.Anglada



Fuente:
www.trabajadoresdelaluz.com
24 de Julio del 2018