Tus cuatro rostros. I

- M.Cristina
Esta es la primera de cuatro partes de este trabajo de Jim Self. Los cuatro rostros a que se refiere son nuestros yoes (emocional, mental, físico, espiritual).
Afectuosos saludos de Cris

Estos cuerpos son perecederos, pero los moradores de estos cuerpos son eternos, indestructibles e impenetrables." Frase del Bhagavad Gita

Philip, Emma, Mendelson y Spatia han sido compañeros de departamento por varios años y están continuamente aprendiendo cómo convivir en paz y cooperación. Cada uno es un individuo de carácter fuente y tiene sus agendas, pasiones, capacidades y deseos bien definidos. Llega el comienzo de la primavera y los cuatro compañeros quieren dar una fiesta. Es una ocasión perfecta para que cada uno demuestre su creatividad y su genio. El desafío que enfrentan es cómo armar una fiesta exitosa para sus invitados y al mismo tiempo permitirse mutuamente una expresión creativa plena. Verán: la idea de Mendelson de lo que es buena música es música clásica, a volumen suave, como fondo, para que los invitados puedan charlar y discutir temas interesantes. Emma quiere música que movilice las emociones y que impulse a moverse y bailar. Philip, que tiende a dominar, cree importante mostrar a los invitados su buen gusto y abundancia, en tanto a Spatia le gustaría que sea algo sencillo. 

Como puedes ver, cada uno tiene su propia opinión sobre cuál sería la mejor fiesta. ¿Podrán estas cuatro personalidades diversas unir fuerzas y armar una fiesta que los satisfaga a todos y también a sus invitados?

Tú también tienes cuatro aspectos individuales muy singulares, que componen juntos ese que tú eres como ser total. Tienes un Yo Emocional, un Yo Mental, un Yo Espiritual y un Yo Físico. Una integración plena del yo requiere que los cuatro aspectos sean todos reconocidos, satisfechos y respetados. Todos deben ser honrados, y se les debe dar lo que necesitan para sanar y permanecer sanos. Esta integración pone equilibrio en tu vida interior y externa. Los yoes emocional, espiritual, mental y físico son como patas de un banco. Si no están parejas, equilibradas, el banco se vuelca y lo que esté apoyado en el asiento se cae.

Una fiesta diseñada por un grupo de compañeros en conflicto y desacuerdo puede resultar en una incomodidad para todos los participantes.

La persona que permite que su Yo Emocional domine su vida no está conectada a tierra y puede crear continuos dramas y caos en su vida. Siempre hay algo que "anda mal". Su desafío personal es la neutralidad y el enfoque. Una persona que permite que su Yo Mental domine su vida puede experimentar una falta de calidez que le impide formar amistades, o puede preocuparse excesivamente y enfocarse predominantemente en el futuro. Su desafío es el juicio. Una persona que permite que su Yo Físico la domine, puede estar mental y emocionalmente subdesarrollada y encuentra que su cuerpo es su único interés. Puede amar lo material y volverse obsesivo o desanimarse cuando su cuerpo envejece o deja de funcionar como esperaba. Su desafío personal es la codicia. Una persona cuyo enfoque principal está en los aspectos espirituales o no físicos suele encontrar difícil entender las costumbres del mundo y relacionarse con los demás. Las necesidades del cuerpo, la mente y las emociones pueden ser descuidadas o ignoradas. 
El desafío de esta persona es el aislamiento.

Otra manera de imaginar estos aspectos es reconocer que representan los cuatro cuadrantes de tu cerebro.

El Dr. Paul MacLean, ex jefe del Departamento de Evolución del Cerebro en el Instituto Nacional de Salud Mental, habla del complejo-r, o cortex reptiliano, como la porción localizada en el tronco cerebral. Se ocupa de la supervivencia, el territorio y la procreación. También ha sido llamada "el Cerebro de Lagarto" por Glynda-Lee Hoffmann en "La Dote Secreta de Eva". Allí es donde vive tu Yo Físico.

El sistema límbico o cortex del mamífero está localizado encima y alrededor del complejo-r, y es el asiento del Yo Emocional. La mente racional, o neo-cortex, es esa masa familiar de materia gris con circunvoluciones. Allí es donde reside el Yo mental, y es el centro del intelecto, el análisis y el razonamiento.

El cortex pre-frontal está ubicado directamente detrás de la frente y también lo llaman lóbulos frontales. Es donde reside tu Yo Espiritual e intuitivo. Es la porción del cerebro que la ciencia apenas ha descubierto, sin embargo ha sido parte de nuestra anatomía humana por unos 200.000 años.

Todos estos cuatro aspectos son esenciales para una experiencia humana completa. Negar alguno o poner énfasis en uno por encima del otro crea un desequilibrio en el sistema completo, y el banco de cuatro patas se cae al piso. Una manera efectiva de equilibrar y alinear estos cuatro aspectos es personificarlos. Como en un jardín de infantes para adultos, haz de cuenta que estas cuatro partes de tu cerebro y tu personalidad son compañeros de departamento que ofrecen contribuciones únicas e igualmente valiosas. Juntos pueden crear la mejor fiesta que jamás se haya concebido.


- El Cuidado y la Alimentación de tus Cuatro Yoes: el Yo Emocional

Personificado, este aspecto tuyo puede ser un niño inmaduro cuyas emociones son bastante evidentes.

Imagina un niño al que se le permite expresar plenamente su energía-en- movimiento, su e-moción. No habla, de modo que debe expresar sus necesidades a través de sueños, patrones de conducta, caprichos, y fuerza de voluntad. Llora, tal vez sin entender por qué. Se ríe de cosas tontas. Este niño es volátil e impredecible. A veces se siente vulnerable y otras veces vehemente con los demás. A veces el Yo Emocional (llamémoslo Emma) se siente mal comprendido, no cuidado, o no respetado. Cómo Emma comunica esto suele ser errático, y los otros yoes generalmente no la entienden. Cuando Emma grita para que la oigan, los Yoes Físico y Mental empujan fuerte para hacerla callar. Emma internaliza su fuego y, más pronto o más tarde, este hoguera de energía-en- movimiento se manifiesta de modos que ponen aún más incómodos a los otros yoes.

Si a tu Yo Emocional no se le permite la libertad, eventualmente afectará al Yo Físico (Felipe; recuerda que esto es el jardín de infantes) causándole dolor físico o enfermedad. El Yo Mental (Mendelson) puede experimentar confusión y falta de claridad mental. Cuando este niño que lloriquea se convierte en una bestia grandota y fuera de control, Mendelson y Philip ya no pueden ignorar su malestar, y deben permitir a Emma que contribuya a la fiesta de la casa (tu experiencia de vida) como a ella le guste. Un Yo Emocional sano y respetado disfruta de su trabajo. Aquí hay algunos ítems describiendo ese trabajo.

1. Todas las emociones - las estimuladas por estímulos y datos internos así como las que responden a datos y sucesos externos.

2. Cómo nos sentimos con respecto a nosotros mismos en general, si nos gustamos, nos valoramos o nos respetamos a nosotros mismos.

3. Los sentimientos de convicción que adherimos a nuestras creencias.

4. La relación que une padres e hijos.

5. Las relaciones íntimas con un otro significativo.

Además de simplemente reconocer a tu Yo Emocional y personificarlo, ¿qué más puedes hacer para ayudar a esta parte de ti a alinearse?

1. Establecer una línea de comunicación. Hablar con ella y descubrir lo que Emma, tu Yo Emocional, disfruta y necesita.

2. .Estimular las emociones y observarlas cuando atraviesan tu experiencia. Mirar películas que evoquen emociones, y no solo las socialmente aceptables como amor o tristeza. Alquila una película que estimule el miedo, la irritación o la ira y nota dónde reside esa emoción dentro de tu cuerpo. Después de la película, podrías querer hacer separaciones con respecto a ella, mandando a tierra la película desde esa parte del cuerpo que está incómoda, usando tu cordón de arraigo o cable a tierra.

3. Cuando notes que surgen a la superficie emociones cómodas o incómodas, díselo verbalmente a alguien (tu perro también cuenta), dile cuáles son tus emociones y dónde están. Puede que no encuentres las palabras; está bien. Simplemente hazlo tan cercano y específico como puedas. Esto valida a tu Yo Emocional y le ayuda a sentirse aceptado.

Aprender a sanar tu Yo Emocional puede ilustrarse con la historia de Ben. Ben estaba experimentando la frustración de un proceso de divorcio de seis años. Al mirar a Ben, uno veía un hombre gentil, tranquilo, muy anclado. Sin embargo, admitía que podía enejarse espontáneamente y ese aspecto siempre lo asustaba.

Se sentía fuera de control y tenía miedo de lastimar a alguien. Cuando usó las Herramientas de Energía de Corrientes de Energía y Arraigo, Ben personificó a Emma (su Yo Emocional) como un dragón feroz, cuidando su tesoro oculto. Le dio permiso a Emma para existir y expresarse.

Ben le habló a Emma y le permitió ser plenamente quien ella es. Cuando su Yo Emocional oyó un "Hola" y se sintió reconocido, tuvo permiso para expresarse. A la brevedad, por medio de un proceso cómodo, seguro, no amenazante, de imágenes juguetonas, Ben y Emma se hicieron amigos. La resistencia que Ben había experimentado previamente como miedo y duda, desapareció.

El Yo Emocional de Ben ahora se comunica con él por medio de leves sensaciones no dolorosas, particularmente en su abdomen. Esto le da a Ben una señal de que se activan sus emociones, y que tienen alguna información para él. El aumento en la percepción conciente de Ben y su aprecio por este aspecto de sí mismo ha abierto una puerta de comunicación que le permite reconocer cuando está en buen camino o si se está yendo de él. Ben puede reconocer una emoción fuerte antes de que se salga de control. Ahora su relación con su Yo Emocional es activa, segura, sana y creativa. Ben ha notado que se está riendo más y que puede enojarse sin el impulso de pegar a algo o a alguien. Durante nuestro trabajo juntos, Emma se transformó de dragón feroz en león, luego en pastor alemán, luego en golden retriever, a medida que Ben continuaba permitiendo que esa energía-en- movimiento simplemente estuviera bien.

Ben también liberó una buena cantidad de resistencia respecto a su ex-esposa, Suzie. Cuando Ben reconoció y permitió que existieran su resentimiento y enojo con ella, sin resistencia ni juicio, se volvió innecesario para él expresarlo. Ben simplemente notaba las emociones que surgían y decrecían en su cuerpo como sensaciones y rigideces. En un corto período, la ex-esposa llegó a un acuerdo fácil con Ben.

Como Ben liberó la resistencia y la carga que tenía, el patrón de relación con Suzie se interrumpió, y ella ya no tenía contra qué pelear. Ella completó rápidamente los papeles de divorcio y pronto se dedicó a su próxima relación.


En la Segunda Parte: El Yo Físico.


por Jim Self y Roxane Burnett
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Traducción: M. Cristina Cáffaro
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Fuente:
http://www.trabajadoresdelaluz.com
22 de Marzo 2018