V.B. Anglada - Vida y labor dentro del Ashrama. I

* Funciones de los Ashramas

La abundancia de métodos para el desarrollo espiritual que se puede notar actualmente y desde hace casi un siglo, facilitados principalmente por las escuelas esotéricas y filosóficas del mundo, son un claro indicio de la importancia de los Ashramas en esta era de transición que estamos viviendo. Prescindiendo de la cualidad y características de los sistemas empleados para el desenvolvimiento espiritual de los aspirantes del mundo, hay que reconocer en líneas generales que todo el proceso de desarrollo interno y todas las técnicas de entrenamiento específicas para el mismo, obedecen sin distinción alguna a la gran necesidad mundial de estímulo y ayuda superiores. Existe un gran clamor invocativo que se eleva de “las pequeñas voluntades de los hombres” hacia las Alturas pidiendo angustiosamente un alivio divino a las grandes necesidades humanas. 
Este clamor puede ser oído por Aquellos que son los responsables directos del Plan de perfección del mundo y que desde elevadas zonas, allende la razón humana dirigen inteligentemente el progreso evolutivo de la Raza.

Como precedentemente lo señalamos, desde el principio de los tiempos, la Ley de Fraternidad oculta que emana del Corazón de la Deidad, ha intervenido en el desenvolvimiento evolutivo del planeta, desde el reino mineral hasta el reino humano, pasando por los reinos subhumanos. 

El proceso iniciado en lejanísimas edades, prosigue un curso inmutable y tiende actualmente en su fase principal a convertir al hombre en una individualidad divina, plenamente apercibida de todos sus poderes y facultades superiores. Esta fase, en la que intervienen activamente unidades avanzadas de la raza de los hombres y miembros conscientes de la Gran Fraternidad Blanca o Jerarquía Planetaria, es definitiva en lo que a la humanidad como un todo se refiere, debido a que todo ser humano que logra ser admitido dentro de esta Fraternidad oculta y es capaz de penetrar en sus profundos secretos, se convierte automáticamente en un servidor consciente del Plan planetario y en un vínculo de relación entre los seres humanos capaces de pensar y sentir correctamente y Aquellos Grandes Seres que cooperan inteligentemente con la divinidad en el desarrollo del proceso evolutivo de la Naturaleza.

Esta gran ley de vinculación fraternal que permite la continuidad de este desarrollo, halla su punto de aplicación principal en los discípulos mundiales. Al mencionarlos reiteradamente no buscamos establecer una jerarquía distinta dentro de la humanidad, sino señalar un hecho en la Naturaleza que todo hombre rectamente orientado debe forzosamente considerar algún día. La existencia de los discípulos y la incorporación de los mismos al trabajo activo de vinculación, presupone un orden universal de relación que abarca la infinita vastedad de lo creado.

En el estudio que haremos acerca de los discípulos del Ashrama, la palabra “vinculación” tendrá siempre una relación con la analogía universal.

La función de los Ashramas, es precisamente establecer este fin vinculativo. Son ellos el intento que lo divino hace, en su gracia infinita, para acercarse a los hombres y compartir con ellos el trascendente Secreto de su propia Vida. La “vinculación” como ley de la Naturaleza tiene directa relación con los Misterios Sagrados de la Divinidad.

Los lazos de vinculación familiares y sociales forman parte de este intento de aproximación de Dios al hombre. Esta vinculación es todavía más profunda y vívida cuando se refiere a los discípulos y a la ley de atractividad que los reúne en el Corazón del Maestro en el silencioso retiro de un Ashrama. Los Ashramas son los vestíbulos de la Casa del Padre a la que se refieren los tratados místicos. Tales vestíbulos toman también el nombre de “Aulas de Sabiduría”, y se supone que todo discípulo que ha llegado hasta allí, está preparado para dar el paso trascendente que va de lo humano a lo divino. La vinculación de los discípulos con su propia Alma solar, y con el Maestro que es Su Mentor en el Ashrama, presupone un acercamiento a la Jerarquía planetaria y, por lo tanto, al gran Plan de perfección del mundo. 

Todos estos conceptos son consustanciales y forman como eslabones de la misma cadena que enlaza y vincula todos los reinos de la Naturaleza, los planos de evolución, las razas, los hombres y los continentes. Comprender el alcance universal de esta ininterrumpida serie de vinculaciones, es lo que confiere la aproximación a un Ashrama. Trabajar en esta forma presupone un amplio sentido de orientación espiritual y el punto de partida para la gran aventura de la búsqueda. Ésta se inicia con las sencillas, aunque sentidas prácticas de la buena voluntad y prosigue hacia adelante, etapa tras etapa, hasta culminar en el gran misterio que revela la Iniciación. 

Este Misterio principal es, en realidad, un conjunto de misterios menores, de la misma manera que un elocuente discurso es un conjunto de frases y palabras; el misterio más asequible a los hombres, en el proceso de la vinculación, es el desarrollo de la buena voluntad. De ahí el énfasis sobre la obra vinculativa del Nuevo Grupo de Servidores del Mundo, cuyo objetivo inmediato en lo que al común de los hombres se refiere, es el desarrollo de la conciencia humana realmente social, basada en las sencillas prácticas de correctas relaciones.

Cuando la buena voluntad, inspirada por el deseo de bien, se hace inteligente, en el sentido de ser adecuadamente enfocada y dirigida -como en el caso de los discípulos mundiales- se tiene abierto el camino que conduce al Misterio universal latente en nuestro interior. Se empieza a ser eficaz dentro del trabajo activo de la Jerarquía que ya puede utilizarnos, lo sepamos o no, en el desarrollo de una parte específica de su Trabajo en el mundo.


* La interioridad de un Ashrama

La interioridad de un Ashrama, lo mismo que la interioridad de cualquier persona, tiene zonas que por sus especiales características han de permanecer forzosamente secretas e irreveladas para el mundo profano, ya que constituyen su “sancta sanctorum”. De este lugar secreto o corazón místico del Ashrama, emergen la luz y la vitalidad, la inspiración e iniciativas del discípulo consciente. Este centro es realmente esotérico, y corresponde hablando propiamente no solamente a los latidos del Corazón del Sol, como ocultamente se define el Alma espiritual, o expresión consciente y sensible de nuestro universo, sino también a las energías que emanan de aquel Centro todavía más elevado y profundo que denominamos esotéricamente “El Gran Sol Espiritual Central”.

Esta relación o vinculación es de orden trascendente y realmente imposible de ser racionalmente explicada, pero debo decir que una vez que se ha hecho consciente en la mente y corazón de un discípulo, constituye un misterio revelado, la expresión de una parte del Propósito de la Divinidad expresada en aquello que técnicamente llamamos INICIACIÓN. La “interioridad de un Ashrama” tiene que ver con ciertas actividades de la Jerarquía, regidas por un Aliento superior al que gobierna las labores corrientes, o más conocidas, como la identificación de ciertos Maestros con determinadas tareas de orden mundial, ya sean de tipo social, económico, religioso, cultural, político, etc., y que son llevadas a cabo por medio de sus varios discípulos en el mundo, miembros de Sus respectivos Ashramas, o a través de algunos discípulos o aspirantes espirituales pertenecientes al Nuevo Grupo de Servidores del Mundo.

La “interioridad de un Ashrama” rebasa en mucho el campo conceptual de la mente concreta del promedio general de los aspirantes espirituales, sumida ordinariamente en penosos interrogantes acerca de sus particulares destinos y profundamente preocupados por sus karmas personales. Se refiere concretamente a la relación del Ashrama con SHAMBALLA, “El Centro donde la Voluntad de Dios es conocida”.

A aquellos que han estudiado esoterismo o teosofía, les parecerán quizás demasiado elevadas estas consideraciones, pero debemos recordarles, sin embargo, la gran afirmación esotérica con la que todos estamos familiarizados: “La Jerarquía es el Ashrama de Sanat Kumara”. ¿Qué quiere significar esta afirmación? Simplemente, que los “siete y cuarenta y nueve Ashramas de la Jerarquía” a que se refieren los tratados ocultos, es decir, los siete Ashramas principales a cargo de los Siete Chohanes, o Señores de Rayo, y los siete Ashramas que dependen directamente de cada uno de estos Ashramas principales, constituyen el “Aula de Sabiduría” inmensa dentro de la cual actúan incesantemente la Voluntad, el Propósito y la Vida de Sanat Kumara, el Gran Señor Planetario.


* La acción de las energías de Shamballa sobre los Ashramas

La presión de Shamballa, Centro de irradiación y Morada del Señor del Mundo, sobre los distintos Ashramas de la Jerarquía, transmitida por los Siete Grandes Señores de Rayo en nuestro planeta y canalizada a través de los distintos Maestros de Sabiduría, cada cual en Su propia línea de Rayo, llega paulatinamente siguiendo la ley natural o jerárquica de la “propia medida” o grado de absorción, a todos los discípulos componentes de cada uno de los cuarenta y nueve Ashramas de la Jerarquía y a todos los grupos de actividad o de servicio ashrámicos distribuidos por el mundo. La parte de esta terrible energía ígnea de Shamballa o, más propiamente explicado, la parte de voluntad dinámica y Propósito del Señor del Mundo que los miembros o discípulos de un Ashrama sean capaces de recibir, resistir y convertir en motivos de acción correcta o de servicio creador, constituyen de hecho su participación consciente e inmediata en el destino iniciático, o de perfección de la humanidad, que cada cual ha de cumplir y realizar en su propia vida.

La “interioridad de un Ashrama” es pues mucho más extensa y profunda de lo que a simple vista parece, pues involucra factores y circunstancias que por su alta trascendencia escapan a la más sagaz investigación y comprobación. Esto explicará en una elevada medida por qué me refiero siempre “únicamente” a mi Ashrama y dejo las implicaciones profundas de lo que no me es posible revelar, a la capacidad intuitiva de los lectores.

Puedo afirmar no obstante, ya que esto entra plenamente dentro del marco de mis propias experiencias espirituales, que la potencia eléctrica que emana de Shamballa se hace sentir profundamente dentro del Ashrama, mayormente en vísperas de grandes y decisivos acontecimientos mundiales, y penetra intensamente en las mentes y corazones de los iniciados y discípulos que lo componen. 

No puedo entrar naturalmente en detalles acerca de cómo esta fuerza o potencia de Shamballa es recibida y canalizada por el Maestro del Ashrama y distribuida después “en orden de merecimientos”, a todos los miembros del mismo, pero sí debo decir que el impacto de Shamballa produce una notable y manifiesta aceleración del ritmo normal o corriente de la vida del Ashrama, con profundas tensiones en la vida psicológica de los distintos miembros y, consecuentemente, grandes crisis y dificultades en sus vidas personales, que le obligan a constantes y reiterados esfuerzos de equilibrio y reajuste. La potencia extraordinaria de Shamballa incidiendo en la vida de un discípulo es responsable asimismo de las energías del fuego eléctrico que determinan y promueven el proceso de la INICIACIÓN con sus inmensas posibilidades y oportunidades.

No obstante su elevada trascendencia el Centro de Shamballa, que ante la mayoría aparece como algo misteriosamente lejano, no lo es realmente si nos atenemos a las reglas lógicas de la analogía hermética, mediante las cuales todo centro planetario, por elevado que sea, tiene su correspondencia en el hombre. Shamballa tiene así su correspondencia microcósmica en lo que a la actividad humana se refiere en la voluntad individual, cualificando a ésta con ciertos elementos dinámicos de vida que se expresan como intención de permanencia vital, deseo de ser y propósito de realización espiritual. 

Al hablar de ciertos hechos objetivos relacionados con el Ashrama de segundo Rayo que tomamos siempre como ejemplo, nos referiremos una y otra vez a Shamballa, a este Centro máximo de tensión espiritual del planeta, de la misma manera que al tratar de definir ciertos hechos o circunstancias de la vida psicológica del hombre, consideraremos consustancial e indisolublemente los tres aspectos constituyentes de la conciencia, o sea, la voluntad, el amor y la inteligencia. La analogía, una Ley fundamental de nuestro Universo, es pues correcta en el caso especial que nos ocupa y hay que decir claramente que Shamballa, morada del Señor del Mundo, es, en Su elevada trascendencia, el Centro de la Voluntad de Dios, así como la Jerarquía planetaria constituye el Centro de su infinito Amor y la Humanidad, como un todo, el Centro a través del cual Dios expresa su energía mental, inteligente y creadora

Sin poder entrar mucho en detalles acerca de Shamballa, que para los discípulos y aún para los Iniciados constituye todavía “el lugar mas secreto” de sus pesquisas y de su búsqueda espiritual, deberé referirme a este Centro muy frecuentemente para clarificar ciertos puntos, como por ejemplo los que hacen referencia al “fuego eléctrico” de la INICIACIÓN, cuya naturaleza logoica o divina constituye la inspiración máxima y el punto de atención supremo de todos aquellos que firme y sinceramente quieren transformar espiritualmente sus vidas. La experiencia iniciática puede ser descrita como “la transformación espiritual del hombre por la acción del fuego eléctrico”.


V.B.Anglada




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29 de Setiembre 2017