¿Sabes qué es la mística para ser feliz? A continuación te
explicaremos en qué consiste y cómo la puedes aplicar en tu caso particular
adaptada a tus necesidades únicas.
Pero antes de continuar, parece obligatorio saber qué es exactamente
la mística. Si no conoces algo, es imposible adaptarlo
a tu vida. ¿Te parece si te unes en un nuevo viaje hacia mundos encantados que
tal vez no conocías pero seguro que te harán mucho bien? Pues sube con nosotros
porque arrancamos ipso facto.
Qué es la mística
Podemos definir la mística como una corriente usada tanto en la teología
como la filosofía para tratar con fenómenos no explicables. Por ello se
basa en los conocidos como estados alterados de
conciencia.
Los estados alterados de conciencia son los que permiten al ser humano
alcanzar realidades más allá del raciocinio. Por ello, los creyentes,
cuando alcanzan un cierto nivel, son capaces de compartir alegrías y
más allá de la simple realidad con su propio dios en conjunción con
una profunda fe.
Por eso la mística no puede explicarse realmente de
forma racional. El estado que procura está más allá de toda comprensión.
Solo las personas que han llegado a niveles muy elevados saben de qué hablamos,
pero poder razonarlo con palabras se antoja complejo, ya que la conciencia y la
propia consciencia viven estados de enorme alteración, pero también gozo y
felicidad.
La mística para alcanzar a Dios
Muchas personas encuentran gran placer en el Dios de sus creencias.
De ahí que la mística para ser feliz tenga gran preponderancia en la religión.
Y es que no son pocas las que la usan para alcanzar el culmen de su fe y sentir
todo el gozo y grandeza de ese ser supremo y todopoderoso que le otorga un
estado tan elevado como placentero.
Por ello son muchas las creencias que defienden la mística como camino para
estar en conjunción con el Elevado. Entre ellas, podemos destacar el
cristianismo y la rama sufí del Islam.
El éxtasis místico del
cristianismo
Para muchos cristianos, el éxtasis místico es el camino a la iluminación.
Por ello, existen dos ejemplos muy claros que narraron sus experiencias en
obras que pasaron a la historia. Hablamos de San Juan de la Cruz y Santa Teresa
de Jesús. Puedes conocer su legado gratuitamente haciendo click aquí.
Tanto San Juan como Santa Teresa son el claro ejemplo de la búsqueda de
Dios a través del éxtasis místico. Este estado de conciencia alterado es
el camino hacia la iluminación. Solo mediante esta senda pudieron estar en
conjunción con el Todopoderoso y gozar de la luz y felicidad que para ellos
nada más que podía proporcionar el Ser Más Elevado de sus creencias.
La persecución de la mística
según los sufíes
Por otro lado, encontramos además a los sufíes, una rama del
Islam que busca la mística. También para ellos es un camino de
iluminación que les hace gozar de toda la bondad y felicidad que permite su
Dios.
La mística inducida
Si somos conscientes de que
usamos la mística para ser felices, no corremos riesgo. Sin embargo, existen caminos y atajos que pueden ser
traicioneros. Esta tiene que llegar por medios naturales, a través de la
fe y la creencia en un estado alterado que nos lleva a un mundo mejor.
Sin embargo, hay quien usa sustancia alucinógenas y
plantas para inducir el estado místico. Pero esta segregación de
compuestos externos es peligrosa. El
final es una pérdida de equilibrio homeostático que hace creer al cuerpo que
está aliviado y equilibrado, aunque en realidad no es así. Pese a la
percepción de bienestar inducido artificialmente, estamos extremando la
situación del cerebro, que puede terminar en búsqueda de hábitos nocivos para
la mente.
La mística para ser feliz a través de la espiritualidad
Sin embargo, la mística para ser feliz no puede llegar de
forma inducida. Ha de aparecer con naturalidad, y lo mejor para ello es la
espiritualidad. Por ello, y sobre todo como expresión religiosa, se
encuentran tres vías que permiten alcanzar los estados alterados y de bienestar
del misticismo:
- Hasta hoy, descubrimos una primera manera que
llamamos vía purgativa.
En este caso, la forma de purificar el alma es mediante la oración y la
penitencia. No obstante, recuerda, no se consigue nada si los sentimientos
no son puros, la fe es sincera y las creencias son profundas. Solo desde
esta situación se puede llegar al destino elevado de bienestar y
felicidad.
- Una segunda manera la encontramos en la vía iluminativa. Con el alma ya
purificada, llega el momento complejo de la tentación. Podemos llamarle el
demonio, el diablo o cualquiera de los muchos nombres que adopte. Sea cual
fuere, si de verdad deseas sostener la búsqueda sincera el amor de Dios,
has de superar esta complicada etapa.
- La tercera vía se llama vía unitiva. Esta es la de mayor gozo, ya que acaba con
el éxtasis. De repente, sentirás que tu cuerpo abandona su forma física.
Perderás tus cinco sentidos y llegarás a un punto al que muy pocos logran
alcanzar. Si bien se habla de fenómenos como bilocación, llagas sagradas o
levitación, la realidad más allá de eso es que parece rozarse el cielo con
las manos. De repente, una gran paz y bienestar se apodera de ti y
vives una experiencia mística lejos de toda explicación racional.
La mística para ser feliz
Para muchos religiosos, este
estado místico es una unidad con su Dios. Incluso algunos son santificados.
Pero lo cierto es que no es necesario tener una creencia concreta. Toda persona con fe profunda en algo, podría
alcanzar el estado místico necesario para encontrar la felicidad y el bienestar
dentro de si misma.
Sí que es cierto que alcanzado el estado místico más puro,
comenzamos a observar el mundo desde un prisma diferente. La
espiritualidad nos inunda y nada parece ya tan malo. Desaparecen los
blancos y los negros para dar paso a toda una gama cromática llena de bellos
matices.
Para lograr estos estados
alterados de conciencia, es necesario creer en algo con muchas fuerzas. La
mayor parte de las personas lo logran mediante la religión, rozando una
conjunción con su dios. Sin embargo, existen otras muchas opciones. Si tu fe se
radica en las personas, en los mitos, en las viejas oraciones, en la
meditación, en la ciencia, en el universo, en la astrología, en la numerología…
Los caminos de la mística
Como puedes observar, en todas
ellas encontrarás los caminos. Para ello, recuerda comenzar la senda mística purificando tu alma y vaciándola de
todo sentimiento o emoción negativa. Solo así llegarás al segundo ciclo.
No olvides que el segundo ciclo es la tentación. Tal vez no creas en el
demonio, pero puedes ser tentado de otras muchas formas. La
insustancialidad, la inutilidad de las técnicas místicas, la incapacidad para
llegar a un estado más elevado… descubrirás que se puede presentar de muchas y
muy diversas formas. Es más, en este momento es donde la mayor parte de las personas
abandonan la senda.
Por último, superados los ciclos más complejos, llega la
iluminación. Aquí verás la luz y disfrutarás de un estado tan
elevado, que cambiará para siempre tu comprensión del mundo.
Ahora, si te sientes con fuerzas, tal vez tengas la
preparación necesaria para usar la mística para ser feliz. Todo depende
de ti. Tu espiritualidad, la libertad y limpieza de tu alma y tu propio ser
darán la medida de tus posibilidades. ¿Te atreves a descubrir un nuevo mundo
más bello y gozoso?
Basado parcialmente en astrología ascendente por
Pedro, redactor de la Hermandad Blanca
http://hermandadblanca.org/
11 de Enero 2017