Nuestro Ser, y todo tipo de relación será puesta
a prueba (si no es que ya lo está siendo). Se nos orillará, a toda costa, a
resonar con nuestra Verdad, con aquello que nos hace vibrar, con nuestro Ser
Auténtico, con nuestro Yo Soy. Entonces, aquello que esté destinado a persistir
en nuestra vida… Persistirá. Y lo que no. De alguna forma u otra, se irá.
LA TRANSFORMACIÓN ES INMINENTE.
Cuenta Alejandro Jodorowsky, en uno de sus
libros, el siguiente relato1:
“En una pequeña aldea, un abuelo sabio pone a
prueba a sus cuatro nietos, tres varones y una hembra.
Cada uno deberá tomar una gallina y matarla en
un lugar donde nadie lo vea. Al que lo haga mejor, le regalará una flauta de
madera hecha con sus propias manos.
Los muchachos y la niña, parten decididos a
obtener el trofeo. Al cabo de cierto tiempo, el primero en regresar deposita a
los pies del anciano su gallina muerta. Le informa con mucho orgullo: -A pesar
de que en todos los lugares hay gente, trepé a la copa del árbol más alto y ahí
oculto entre las ramas, la degollé.
Llega el segundo nieto y también, ufano,
deposita ante los pies del abuelo la gallina muerta: -Me sumergí con ella en el
río para, debajo del agua, abrirle el vientre…
El tercer muchacho con aires de triunfador,
entrega su animal muerto.
-Me fui al cementerio y, camuflado por la sombra
de una tumba, le estiré el cuello.
Por el contrario, la nieta, apesadumbrada, llega
con la gallina en los brazos, viva. El sabio le pregunta: -¿Qué sucedió,
señorita? ¿Acaso en toda la aldea no hay un lugar sin gente?
-No es eso, abuelo. Usted nos pidió que
matáramos la gallina donde nadie nos viera, pero por muy desiertos que
estuvieran los sitios donde fui, la gallina siempre me estaba mirando.
El anciano, con una gran sonrisa, entregó a la
niña su flauta de madera.”
A eso que no podemos engañar en ningún momento,
es nuestra CONSCIENCIA. Es esa “gallina” que siempre nos está observando, que
siempre se da cuenta, nuestro “sabio interior” que es pieza clave en nuestra
transformación.
Cuando intentamos sabotearle, de una forma u
otra, sobreviene entonces el caos. Pero ¡Que no cunda el pánico!
El caos es la antesala de la transformación
Sí. Así como la noche que precede al amanecer;
la oscuridad que precede a la luz. Así como el Ave Fénix renace de entre las
cenizas.
Entonces hay esperanza. Por más caótica que
parezca nuestra vida, nuestra realidad, o alguna situación que estemos
atravesando, hemos de saber que cada suceso tiene un propósito y una razón de
ser; y que, indudablemente, todo nos lleva a un grado más alto en nuestro
Sendero de Evolución.
2016: El año del “caos”
¿Seré sólo yo, o también has notado que
últimamente pareciera que un sinfín de cosas/situaciones/personas, a nuestro
alrededor, están como en una especie de caos?
Mientras preparaba mi material para este
artículo, repasaba una lista mental de aquello que considero en aparente caos;
de las veces recientes en que he escuchado o sabido de amigos o conocidos que
están pasando por situaciones críticas; relaciones tambaleantes, separaciones,
rompimientos (y hablo de todo tipo de relaciones, no sólo las sentimentales),
pérdida de empleos, enfermedades, la vida patas pa’arriba, y un largo etcétera.
Dado que me agrada leer de todo un poco (desde
Astronomía y Astrología, pasando por Espiritualidad y otros, hasta Filosofía);
antes de que brindáramos para despedir al Año Viejo, llamaron mi atención un
par de artículos que resonaban con mi intuición: “El 2016 será un año decisivo;
de transformación inminente, de un poco (o un mucho) de caos…”
Incluso según la Numerología, 2016 es dígito 9
(2+0+1+6=9), y la energía del 9 trae consigo el fin de un ciclo (o varios), y
con ello momentos de crisis.
No suena muy esperanzador; pero la buena noticia
es que todo caos es una ilusión, un reflejo de nuestros patrones mentales
originados por o através del miedo. Como es adentro, es afuera. Y hay que tener
en cuenta que nosotros mismos hemos elegido (antes de nacer) pasar por todas y
cada una de las experiencias que vivimos en esta dimensión. ¿Para qué? He ahí
lo bueno. Lo que venimos a recordar, según los contratos que hayamos firmado en
otras vidas inclusive (aunque esa es otra historia que contar). Pero, ¿Para
qué?
PARA TRANSFORMAR. PARA EVOLUCIONAR. PARA
TRASCENDER.
Entonces, en lugar de enfocarnos en lo caótico
de una situación y vivir presas del miedo (Ego), podemos sacarle provecho y,
aprender o DESAPRENDER -según sea el caso-, y actuar.
No te cuestiones ¿Por qué?, sino ¿Para qué?
Centrémonos en el ¿Para qué? Porque de nada
sirve cuestionarnos los motivos, pero de mucho sirve comprender el fin.
Comprender que, Dios (el Universo/La Fuente, como quieras llamarle), nos está
empujando cada vez más a ser coherentes con lo que somos: Seres Divinos. A que
reconozcamos este Poder dentro de cada uno de nosotros. A QUE RESONEMOS CON
NUESTRA VERDAD. Y muchas veces, esto implica dejar atrás ataduras, viejas
máscaras, patrones de conducta que no nos ayudan, relaciones y pensamientos
tóxicos que nos hacen enfermar, o peor aún, irnos apagando, alejándonos de la
Luz, de la Verdad.
¿Para qué tengo que vivir esta experiencia?
¿Para perdonar? ¿Para ser más paciente? ¿Para aprender a amarme a mí misma(o)?
¿Para liberarme de la culpa? ¿Para entender de qué se trata la humildad? ¿Para
actuar de forma distinta? ¿Para ver la vida desde una perspectiva más positiva?
Para empezar de cero. Para reinventarnos cada que lo necesitemos. Para
descubrirnos. Para encontrarnos. Para amarnos amando.
Todo hábito, positivo o negativo, inició con la
repetición de una acción; pero cuidado, el hábito crea una disciplina, y la
mayor parte de las veces, sin darnos cuenta esta disciplina se transforma en
una forma de vida. No postergues lo que sientas y sepas que debes hacer para
convertir el caos en transformación. El Universo capta nuestros mensajes a la
velocidad de la luz. Y cuando dejamos “para mañana”, alejamos cada vez más la
oportunidad de crecer; y accionar, hoy en día, es importante. La intención sin
acción, es como un ave sin alas.
Comparto contigo una oración canalizada momentos
antes de finalizar este texto, proviene del Amor, y en ella invocamos al
Arcángel Miguel. Si resuena contigo (si crees en Ellos), te pido que antes de leerla,
cierres los ojos un momento, y sientas un calor ligero que invade tu cuerpo, y
visualices un resplandor de Luz (el color no importa, siéntete libre de
percibirlo tú mismo/a, y si percibes algo más, siéntete libre de compartirlo en
un mensaje o comentario), todo lo que uno sienta/escuche/vea, etc… Es parte de,
y tiene un significado.
Repite con Fe:
“Amado Arcángel Miguel, en el Nombre del
Todopoderoso Yo Soy, te pido que con tu Fuerza y tu Luz Divinas, ayudes a
transmutar en mi vida toda energía negativa, todos los lazos que tenga -de esta
vida o de vidas pasadas- con situaciones o personas que no he perdonado o no me
han perdonado; con tu Poderosa Espada, te pido que cortes estos lazos que
drenan y estancan mi energía, que me hacen sentir agotado, con desgano,
confundido, apesadumbrado; te pido Arcángel Amado que esta situación de caos
que estoy viviendo, termine en la medida en que yo aprenda la lección y
trascienda la prueba que estaba escrita en el libro de mi vida; que logre hacer
uso de mi Sabiduría Divina para transformar mis pensamientos negativos, y así
evitar emociones que me enfermen o me dejen sumido en la ilusión del caos.
Que tu escudo sea mi escudo. Tu Azul radiante
sea la Luz que me guíe en el despertar de mi consciencia, después de momentos
de oscuridad. Ayúdame a entender los propósitos de cada experiencia, ser
agradecido, y actuar en la medida que honre mi Amor Propio, para beneficio no
sólo mío, sino de los demás.
Así sea, así es ya.”
AUTOR: Luzía Morales
Fuente:Hermandadblanca.org,
compartiendoluzconsol.wordpress.com
19 de Abril del 2016