La relación entre la Glándula
Pineal y el Sol es un emblema de la relación entre el hombre y el cosmos.
Probablemente uno de los ejemplos más estimulantes y significativos del
principio hermético más citado en el ámbito de la esoteria: “cómo arriba, es
abajo” (la holofrástica de la existencia). Un principio de
correspondencia que pese a ser el fundamento cognitivo de la “ciencia” antes de
la ciencia, es decir de los padres de la ciencia (de personajes como
Paracelso, Giordano Bruno y el mismo Isaac Newton, quien hizo una traducción de
la Tabla Esmeralda), ha sido relegado al terreno de la superstición o
del pensamiento mágico; relumbrando herejía en la estructura racional de la
mente científica. Sin embargo, hoy en día tenemos evidencia “científica” que
sugiere convincentemente que el cosmos –”el mundo de las esferas”—tiene
una influencia en la psicobiología humana. Y la clave para
entender esta “influencia”, no ya sólo desde el plano simbólico de la
astrología, es la glándula pineal, ese gran misterio de la psique.
Este acercamiento a este
enigmático tema –sin duda una de las vetas centrales del misticismo
humano—viene a colación de las recientes tormentas solares que han estado
arribando al planeta con renovada intensidad, como generalmente ocurre en
julio, pero marcando esta vez una especie de despertar dentro del ciclo de 11
años de nuestra estrella central. La posibilidad de que nuestro estado
de ánimo e incluso nuestro estado de salud general se vea afectado por una emanación
de partículas energéticas en el Solhace algunos años le habría parecido
como una aberración o un anatema a la mayoría de los científicos; hace
cientos de años, les habría parecido como algo completamente natural e
ineludible. Hoy en día algunos estudios, y sobre todo un
entedimiento del funcionamiento de los campos magnéticos y de la glándula
pineal, muestran claramente que las llamadas tormentas solares inciden en
nuestro estado de ánimo y en nuestro comportamiento.
EL EFECTO DE LAS TORMENTAS SOLARES
EN TU CEREBRO
El prestigioso sitio de
divulgación científica New Scientist publicó hace 4 años un artículo en el que se citan una serie de estudios que
investigan la relación entre las tormentas solares, el geomagnetismo y
el comportamiento humano. Particularmente interesante es el trabajo
del científico ruso Oleg Shumilov, quien, partiendo de la premisa
de que muchos de los animales son sensibles a los campos magnéticos (¿y por qué
no el ser humano?), investigó la afectación del geomagnetismo en la
psique humana. Shumilov correlacionó datos de la actividad geomagnética de
1948 a 1997 y descubrió que durante los picos de actividad, de marzo a mayo, en
julio y en octubre –detonados por tormentas solares– había un incremento
paralelo en el número de suicidios en la ciudad de Kirovsk (un estudio en
Australia y otro en Sudáfrica replicó el hallazgo de Shumilov).
Otro estudio, realizado por Michael
Rycroft ex director de la Sociedad Europea de Geociencias, encontró
una correlación entre perturbaciones cardiovasculares y perturbaciones
geomagnéticas. Según Rycroft, problemas de salud geomagnéticos afectan
hasta al 15% de las personas (así que tal vez tú seas una de ellos, por si
querías descubrir el algoritmo de causas y efectos que determinan tu estado de
salud actual).
Tal vez no sea la Luna (o por
lo menos no sólo ella), también magnética, la que nos altera las hormonas y
desquicia. Un estudio publicado en el British Journal of Psychiatry
(todos estos estudios pueden ser consultados en el link a New Scientist) muestra un incremento del 36.5% en
hombres admitidos a un hospital por depresión en la semana posterior a una
tormenta geomagnética.
¿Cómo es que estas llamaradas
solares, también responsables de los sublimes fuegos de plasma de
las auroras, nos afectan tanto? Al parecer se debe a que alteran
nuestra producción de melatonina, un neurotransmisor que se produce en la
glándula pineal, responsable de regular nuestro patrones de sueño y biorritmos.
Según la psiquiatra de la Universidad de Columbia, Kelly Posenr, la
actividad geomagnética puede “desincronizar los ritmos circadianos y la
producción de melatonina”.
La glándula pineal es una
glándula endocrina que yace entre los dos hemisferios cerebrales, a la altura
del entrecejo. Aunque no se conoce bien bien su funcionamiento –hasta hace poco
más de 50 años se pensaba que era un excedente de la “evolución” sin una
función determinada, acaso solamente el centro de numerosas especulaciones. Hoy
sabemos que por lo menos produce melatonina, una hormona cuya
producción se ve afectada por la luz. La oscuridad, por ejemplo, hace
que se secrete melatonina –y es por esto que nos es más fácil dormir en la
oscuridad (pero en realidad diferentes longitudes de onda de luz hacen que
se secrete melatonina en diferentes frecuencias). Esta hormona juega un
papel también en el trastorno afectivo estacional (“la depresión
invernal”); interactúa con el sistema inmunológico, tiene propiedades de
antienvejecimiento y sirve como antioxidante.
Si bien es importante recalcar
que para la ciencia actual la glándula pineal es todavía una
región relativamente inexplorada, sabemos que contiene vestigios de una
retina y parece operar como transductor magnético. Las células pinealocitas
en muchos vertebrados no-mamíferos son similares a las células de la retina
(algunos reptiles cuentan con un tercer ojo parietal fotosensible que les
permite usar al Sol como compás; las aves son capaces de “ver” el campo
magnético a través de fotorecpetores que se encuentran en la glándula
pineal ). Algunos científicos creen que las células pineales en
todos los vertebrados comparten un ancestro evolutivo en común con las
células retinales (no es quizás casualidad que la glándula
pineal históricamente sea identificada como “el tercer ojo” o con un ojo
dormido, (literalmente parece que es un tercer ojo dormido).
Aunque las producción de
melatonina en la glándula pineal podría estar determinada por una conexión con
los nervios ópticos, es interesante explorar la posibilidad de que estapequeña
glándula en forma de cono de pino tenga, en sí misma, una cierta capacidad
fotoreceptora y magnetorecpetora. Recientemente se ha descubierto la presencia
de minerales ferromagnéticos (es decir que pueden actuar como
magnetos) en la glándula pineal. Un estudio realizado en la Universidad de
Ben Gurion, en Israel, encontró lapresencia de microcristales de calcita en
la glándula pineal. Los autores del estudio señalan que “estos cristales
podrían ser responsables de una transducción biológica electromagnética”, lo
que es sugerido por su “estructura y propiedades piezoeléctricas”. ¿Son
estos minerales los que interactúan con los campos geomagnéticos producidos por
la lluvia de fotones del Sol que choca con la atmósfera de la Tierra?
Por otro lado, el Dr.
Andrew Nichols ha determinado una correlación entre la
actividad geomagnética y la perececpión de fenómenos paranormales.
LA PERCEPCIÓN DEL SOL INVISIBLE
Hasta ahora hemos visto, desde
una perspectiva científica, que la glándula pineal, a través de una
sensibilidad –no del todo entendida– a los campos magnéticos, convierte la luz
del Sol en un determinado estado mental. Aquello que se genera a millones
de kilómetros de distancia en la corona de una estrella acaba siendo parte de
nuestra modulación psíquica (el Sol se convierte en tus pensamientos).
Esto, a grandes rasgos, parece ser un razonamiento científicamente intachable
. Esto de manera más sutil, es justamente lo que la filosofía mística
(o ciencia oculta) lleva diciendo miles de años.
Si bien el descubrimiento
de la afectación psicobiológica a los fenómenos astronómicoses una
incipiente y aún controversial línea de estudio en la ciencia moderna,antiguamente
incluso se tenía una disciplina específicamente dedicada a estudiar la
patología humana y su relación con eventos astronómicos y movimientos
planetarios (más allá de la astrología): las iatromatemáticas
Que la glándula pineal podía
ser un órgano para percibir una luz invisible (un campo
magnético, por ejemplo) fue claramente atisbado por el pensamiento
védico. En los Upanishads se habla del ser humano como una entidad
compuesta por 10 puertas. Nueve de ellas (los ojos, las fosas nasales,
los oídos, la boca, la uretra y el ano) llevan hacia fuera, a la
percepción del mundo exterior. La décima puerta, el tercer ojo(ubicado
en el ajna chakra, en el entrecejo, en el caso de Shiva, entre una
guirnalda de serpientes) es el puerto de acceso a los mundos interiores (al
decir interiores la referencia es a las habitaciones interiores de la mansión
de la mente de Dios, donde yacen los mundos superiores, las dimensiones
astrales). El tercer ojo es siempre, a través de diversas culturas, la
apertura divina –la visión holográfica– dentro del ser humano.
En el Bhagavad Gita se
habla de la apertura de esta puerta en el momento cúlmen:
Aquel que en el momento de la
partida no distrae su mente y su amor, estando en el Yoga (en fusión con
Ishvara [el Sol detrás de la oscuridad], con el Dios Creador, la Conciencia
Primordial), quien abre el pasaje de energía entre los ojos – aquel obtiene el
más Alto Espíritu Divino.
Según la filosofía vedántica
advaita, el ser humano proyecta sus propios atributos en el Brahman, el supremo
espíritu cósmico, de suyo inconmensurable. La aparición del infinito Brahman en
la finita mente humana es conocida como Ishvara, también representado en el
Bhagavad Gita como el Sol. De aquí es posible extrapolar una relación
intrínseca en la recurrente representación de la divinidad como el Sol en la
mente humana, de la luz como lo divino.
La evolución religiosa de
esta relación entre la glándula pineal y el Sol (una relación
del hombre como imagen de Dios) tiene un claro hito en Egipto. Aquí tenemos una
serie de repersentaciones que parecen indicar que los egipcios tenían
conocimientos de la glándula pineal asociados con un tercer ojo u ojo
espiritual. Por una parte tenemos la representación como un ojo
único de Horus, el dios del Sol, hijo de Osiris e Isis (“el hijo del nuevo
eón”) y como tal símbolo de la fusión de los opuestos –al igual que la glándula
pineal yace en el centro del cerebro, entre los hemisferios y entre los dos
ojos. Este símbolo parece haber evolucionado en el símbolo cristiano del
Ojo de la Providencia(recordemos que Cristo es un avatar arquetípico de
Osiris) y en el masónico del Ojo en la pirámide destruncada (el
Ojo que Todo lo Ve). Ahí mismo tenemos el báculo de mando de Osiris,
en el cual aparece un cono de pino con dos serpientes entrelazadas. Sin dudauno
de los símbolos más poderosos de la historia, evocando el conocimiento, la
medicina y la alquimia –quizás en un preclaro atisbo,
justamente a través de la visión interna, del ADN—y posiblemente
también a la serpiente kundalini (una conexión entre Shiva y
Osiris), la energía vital que se eleva desde los genitales hasta el
trecer ojo y la coronilla, a su paso encendiendo y depurando los centros
energéticos.
El cono de pino al
parecer es un símbolo de la glándula pineal, activada a través del
encauzamiento de la energía kundalini. La forma conífera de esta
glándula hizo que se le llamara “pineal” o relativa al pino, según fue acuñado
por el médico griego Galeno. La presencia del cono de pino puede
observarse en el báculo del Papa y en la misma Plaza de San Pedro,
donde una inmensa estatua del cono de pino está rodeada de unos
pavorreales (aves relacionadas con la divinidad en Egipto).
Estos dos símbolos, el
cono de pino y el ojo en un triángulo, aparecen en
numerosas iglesias y templos alrededor del mundo. Por ejemplo, en la
Catedral de la Ciudad de México puede observarse el Ojo de la
Providencia en más de un altar y en los motivos pineales,
que para el observador incauto podrían confundirse como meras
decoraciones, en la estructura de la nave. Aunque también habría que decir
que en la espiral que forman los conos de pino se ha observado la
secuencia Fibonacci y la proporción del número áureo, así que además
de esta connotación esotérica, tiene una armonía estética que podría
atraer sin la necesidad de una significación oculta.
Es curioso que el padre del
racionalismo –esa filosofía eminentemente atomista y dualista–, Rene
Descartes, haya entrevisto, en lo que para sus críticos fue un
delirio, un centro unitario espiritual en el cerebro humano. Descartes famosamente
designó la glándula pineal como el asiento del alma. La paradoja es
doble, el hombre que concibió el racionalismo (después de un revelador
sueño) usó lo que a la postre parece ser más la intuición que el pensamiento
racional para ubicar el tercer ojo. En todos los demás sitios
Descartes encontraba la dualidad, menos en esta glándula pineal, la que
describió como una flama pura que era llenada por espíritus animales y la
cual integraba la percepción humana. Este “gran error” de la anatomía
filosófica de Descartes hoy en día parece como un destello de genio.
No pretendemos aquí comprobar
la existencia del alma humana o que ésta se encuentra en la glándula pineal; sí
buscamos formar conexiones significativas que inspiren a la exploración
del simbolismo y del sentido de nuestra vida dentro del misterio. En este
espíritu es interesante traer a colación el trabajo del Dr. Rick
Strassman, una de las pocas personas que ha podido realizar estudios con
dimetiltriptamina (DMT), una poderosa molécula de acción psicodélica que, según
este médico de la Universidad de Nuevo Mexico, podría ser secretada por la
glándula pineal y podría ser responsable de detonar lo que se conoce como
experiencias cercanas a la muerte. Hay que enfatizar en que, pese a lo que a
veces se dice, Strassman no ha probado que la glándula pineal genere DMT o que
el ser humano secrete, muy similar en su composición a la serotonina, en el
momento de su muerte. Sin embargo, Strassman sugiere que la glándula
pineal cuenta con todos los precursores necesarios para generar DMT y
es el asiento lógico de esta sustancia que por otro lado, como la
melatonina, parece tener una relación con la generación de vívidas
imágenes oníricas, parafraseando a Shakespeare, parece
ser la “sustancia de la que están hechos los sueños”.
Curiosamente la
ayahuasca, “la viña de los espíritus”, está compuesta de dos
plantas que parecen tener alcaloides que son secretados de manera natural en la
glándula pineal. Por una parte la chacruna, la planta que contiene DMT, y
por otro lado la lianaBanisteriopsis caapi, que contiene alcaloides
conocidos como beta-carbolinas, los cuales actúan como inhibidores de la
monamina oxidada y hacen activo el DMT vía oral.Alcaloides beta-carbolinas
como la pinolina y la triptolina se forman en la glándula pineal de manera
natural. Chamanes y sanadores que utilizan ayahuasca sostienen que sus
visiones no son alucinaciones, ¿acaso esto se debe a que químicamente se
consigueactivar el tercer ojo en la glándula pineal?
Esta relación entre los
espíritus y la glándula pineal tiene otra conexión, que para algunos
podría ser sólo una casualidad, pero que para otros apunta a que lo que decíaDescartes podría
ser una inesperada verdad metafísica. En los textos del Bardo
Thodol (o Libro Tibetano de la Muerte) se dice que el alma
reside en el mundo intermedio (en el bardo) por 48 días y en el día 49
reencarna en el feto humano. Aparentemente la glándula pineal puede ser
detectada el día 49 en el feto humano, más o menos el mismo tiempo al
que se puede observar por primera vez los genitales de un bebé. Esto ha sido
tomado, de manera especulativa y sin base científica, como una especie de guiño
de que es a través de la glándula pineal que el alma –o aquella porción
divina que posee al cuerpo—entra al mundo. De cualquier manera merece
una investigación más profunda.
Buena parte de las prácticas de
meditación que conocemos, inundadas sin duda de la filosofía new
age que transforma las viejas tradiciones en cómodas versiones pop que se
ajustan a nuestra idiosincracia moderna occidental, se centran en la
activación o al menos en la concientización de la glándula pineal (tercer ojo).
Proliferan dietas, audiocassettes, canalizaciones, aparatos cuánticos y demás
parafernalia ritualística dedicada a este “santo grial” (o micro star
gate) de la conciencia humana (algunos incluso aseguran
activar tu glándula pineal por sólo $9.99). Se habla al mismo tiempo de una
supuesta conspiración mundial para mantener esta glándula en un estado
de sopor masivo. Y ciertamente la mayoría de las personas
adultas tienen la glándula pineal calcificada –algo que ha sido
observado tempranamente en niños de hasta 2 años. Dentro de la teoría de la
conspiración se cree que esto se debe al flúor que se utiliza
en las pastas de dientes y que se ingiere en el agua potable de
las ciudades –algo que aparentemente sería hecho de manera intencional por los
Iluminati (¿quién más?) dueños celosos del secreto del Ojo que Todo lo
Ve, para negar a las masas el poder de una glándula pineal sana
(percibiendo el rostro verdadero) y activa en un mundo fantasmagórico, más allá
de la ilusión de Maia-Matrix. No ahondaremos sobre este tema, harto complejo y
pantanoso, que suele caer en la más obtusa paranoia; el lector puede
aventurarse por su cuenta.
La pregunta fundamental es
si el tercer ojo, ubicado en la glándula pineal, esa puerta
solar secreta en el cerebro humano, es solamente una metáfora de la
iluminación (y de la aniquilación de la dualidad) o verdaderamente un órgano
en estado de duermevela que puede activarse a través de ciertas técnicas
arcanas y de una correcta interacción con la energía electromagnética que
proviene del cosmos en la forma de fotones (la partícula que no tiene
antipartícula, unidad cuántica de la información en su estado puro e
indeterminado). Muchos de los grandes místicos de la historia de la
humanidad han hablado metafóricamente de la iluminación haciendo referencia a
un ojo que percibe lo que yace velado y que desencadena un cambio sustancial en
la conciencia orgánica.
En el evangelio de Mateo (6:22)
se dice “La luz del cuerpo es el ojo; de esta forma si tu ojo es uno,
todo tu cuerpo estará lleno de luz”.
Se le atribuye a Buda haber
dicho, “Oh hombre de nobleza, recuerda el cielo puro abierto de tu
naturaleza verdadera. Regresa a él. Confía en él. Es tu hogar”, lo que se
interpreta como una metáfora de la (re)apertura del tercer ojo –también
simbolizado como una perla de luz azul.
William Blake en
su poema Augurios de Inocencia, donde también describe un fractal
(un mundo en un grano de arena) también habla sobre este misterioso ojo: “We
are led to believe in a lie, when we see not though the Eye”. Se nos
guía a creer en una mentira, cuando no percibimos con el Ojo, el Ojo que nació
“cuando el alma dormía en rayos de luz”. ¿El Ojo que ha sido secuestrado
por fuerzas oscuras?
Sir Thomas Browne lo
evoca tangencialmente en una frase que siempre me ha parecido hermosa y
enigmática: “Life is a pure flame and we live by an invisible Sun within us” (“la
vida es una llama pura y vivimos por un Sol invisible dentro de nosotros”).
Ese Sol invisible, en una interpretación libre, debe de ser el ojo
secreto que participa en la luz divina.
Una última pincelada de
esta relación entre el ojo y el Sol, según los Brahma
Sutras,cuando un hombre es llevado más allá de la muerte “la palabra se
convierte en fuego e ilumina, la respiración se convierte en viento y purifica,
y el ojo se convierte en el Sol y arde”.
El misterio está cifrado en el
lenguaje de los símbolos. La trinidad entre el Ojo, el Sol
y Dios es uno de los andamios simbólicos más profundos y enigmáticos.
Podemos hablar mucho sobre esta relación y hasta encontrar destellos poéticos
de iluminación verbal, pero no estaríamos más que rodeando una
representación, sembrando un laberinto. Si queremos comprender el
secreto de este misterio, tendremos que probar con nuestro propio cuerpo abrir
ese ojo interno. Todo lo demás será solamente reciclaje metafísico en
torno a un espejo, donde hay un ojo atrapado que no puede mirarse a sí mismo. O
donde alguien cuenta una historia sobre una supuesta sociedad secreta que se
hace llamar “los Iluminados”.
LA ANTIGUA PRÁCTICA DE MIRAR AL
SOL
La energía del Sol es la fuente
que alimenta el cerebro. La luz del Sol que entra y sale
del cuerpo humano más fácil y directamente a través del ojo humano, siempre
que no se filtra por las lentes coloreadas. Los ojos son los portales a
través del cual la luz del Sol entra en el cuerpo.
Mirar al Sol es una práctica
antigua que puede inducir la curación del cuerpo y la mente.
Actuando como un lente
fotográfica, el ojo humano es capaz de descomponer todo el espectro de
la luz solar en los rayos de colores diferentes – una especie de
prisma ocular. En una cámara, los diferentes rayos de luz reaccionan
con las sustancias químicas de la película y codifican las imágenes que tome en
consecuencia. Del mismo modo, al entrar en la glándula pineal en el
cerebro, los rayos de luz diferentes son químicamente codificados en el cerebro
y se transmite a los órganos y sistemas del cuerpo.
Los órganos vitales del cuerpo
dependen de colores específicos del espectro de luz. Para
que las células del riñón funcionen correctamente, por
ejemplo, requieren la luz roja. Las células del corazón necesitan
de la luz amarilla y las células del hígado requieren
la luz verde. Deficiencias ligeras en cualquiera de los órganos y
sistemas del cuerpo pueden llevar a la enfermedad. Regular al Sol mirando puede
ayudar a restablecer el equilibrio y la eficiencia de todas las células
del cuerpo.
La glándula pineal es una de
las glándulas más investigados del cuerpo. Los científicos han establecido
que la luz brillante estimula la producción de la serotonina y
melatonina en la glándula pineal, pero hay otros neuroquímicos
producidos por la glándula pineal, que tienen efectos más profundos y
complejos, aparte de la regulación de los estados de ánimo, el sueño, la
función reproductora y la temperatura corporal.
Los científicos se refieren
a la glándula pineal como el “tercer ojo atrofiado”.
De hecho,junto con la pituitaria, es el chakra tercer ojo o centro de
energía, mejor conocido como latente en lugar de atrofiado. De acuerdo a
los escritos de Max Heindel rosacruces, en el pasado
distante, el hombre estaba en contacto con los mundos interiores/exteriores a
través de la glándula pineal y la pituitaria activa. Considerada como la
fuente más poderosa y la más alta de la energía etérea a disposición de los
seres humanos, el tercer ojo siempre ha sido importante en el
inicio de los poderes psíquicos (clarividencia y ver las auras, etc).
Para activar el “tercer ojo” y
percibir las dimensiones más altas, la glándula pineal y la pituitaria deben
vibran al unísono, lo cual se logra mediante la meditación o mirar al Sol. Cuando
una relación correcta se establece entre la funcionamiento de la personalidad a
través de la pituitaria y el funcionamiento del alma a través de la glándula
pineal, un campo magnético se creado. La pineal puede generar su
propio campo magnético, ya que contiene magnetita. Este campo puede
interactuar con el campo magnético de la tierra. El viento solar en
la madrugada, cargando el campo magnético de la Tierra, estimula la glándula
pineal. Por esta razón muchas enseñanzas espirituales afirman que el
período de entre 4 y 6 de la mañana es el mejor momento para meditar y
que la salida del Sol es el mejor momento para mirarlo. En esos
momentos, la glándula pineal estimula la hipófisis para que secrete la
hormona de crecimiento humano. Es por eso que a menudo quienes experimentan
esta práctica tienen un rápido crecimiento de las uñas y del cabello, la
restauración del color del pelo y el rejuvenecimiento general.
Cleopatra solía colocar un imán en la frente para estimular la pituitaria para
restaurar su juventud y buena apariencia.
Las frutas y las plantas tienen
la capacidad de la captar y almacenar la energía solar.
Recibimos nuestra energía del consumo de frutas y plantas. Cuando
comemos frutas y verduras de hoja verde, estamos comiendo energía solar
almacenada.
La técnica de mirar al Sol exige
no más que tiempo y atención y es muy simple. Uno debemirar el Sol sólo en
las horas de la mañana o por la noche, alrededor de una hora o menos después
del amanecer o antes del atardecer. Mira el Sol, sale o se pone una vez al
día. En el primer día, mirar al Sol de una manera relajada por un
máximo de 10 segundos. En el segundo día, mire por 20 segundos,
luego la adición de unos diez segundos todos los días sucesivos. Después de
diez días continuos de mirar al Sol que se busca al Sol durante unos 100
segundos. Los ojos pueden parpadear y no es necesario ser
constante. Para recibir los beneficios principales de mirar al Sol, es
necesario aumentar la duración de la manera anterior hasta llegar a tres meses.
Esto le trae a la duración de 15 minutos.
En esta etapa, la energía solar
de los rayos del Sol pasan a través del ojo humano, se carga el tracto
hipotálamo – la vía detrás de la retina que conduce al cerebro humano. A
medida que el cerebro cada vez recibe energía extra a través de esta vía, se
encuentra una drástica reducción de la tensión mental y las preocupaciones.
Con el acceso a esta fuente adicional de energía, que son propensos
a desarrollar una mentalidad más positiva y una mayor confianza en sí
mismos. Si usted sufre de ansiedad y depresión, usted encontrará que estas
desaparecen. La tristeza y la depresión se sabe que aumenta con la
reducción o la falta de exposición a la luz del Sol. Con menos
preocupaciones y temores, su cerebro puede utilizar la energía que se ahorra y
se suministra, además, para la curación y la mejora del bienestar
físico y mental.
Uno de los beneficios
reportados con mayor frecuencia de una práctica regular de mirar al sol, es la
mejora de la visión.
Dador de vida, de oro rayos, la
atenta mirada eterna, llamado ‘el principio’ y “la verdad absoluta” por la
sabiduría, El Sol es también el primer médico reconocido de la
humanidad. Hemos convertido al Sol para curar desde nuestros inicios.
Fuentes
*keenawareness.blogspot.com.es/2012/02/solar-healing-pineal-gland-activation.html
*pijamasurf.com/2012/07/el-ojo-en-el-cielo-la-conexion-magnetica-entre-el-sol-y-la-glandula-pineal
Publicado por Jaizki
sabervscreer.wordpress.com
http://squitel.blogspot.com
14 de Abril del 2016